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Hartazgo

FEDERICO REYES HEROLES

La sociedad está harta, afirma el Presidente, harta de sentirse vulnerable. Vulnerable por la incertidumbre de llegar al trabajo o transitar a Cuernavaca o Acapulco sin caer en una trampa tendida por un puñado. Vulnerables porque unos pocos impiden un desfile muy popular. Vulnerables al observar que los aeropuertos son objetivos cada vez más apetecibles. Cómo no sentirse vulnerables cuando las bombas "molotov" llegan a Palacio Nacional y la toma y destrucción de instalaciones públicas ya ni siquiera son nota. La vulnerabilidad destruye la confianza básica que surge conducir la vida por senderos que queremos ciertos. Por más que nos quejemos de ella, la rutina, es necesaria. Un corazón poco rutinario en sus latidos es un problema.

La vida está construida de expectativas. Hay cierta seguridad mínima -llegar a un hospital- que está destruida en México. La Capital es la víctima simbólica más deseada, pero ya no es la única. Hay muchos símbolos. Las sociedades urbanas y la nuestra ya lo es mayoritariamente, son mucho más frágiles. Un túnel en Manhattan es un punto de fragilidad de la Gran Manzana o Heathrow en Londres o Narita en Tokio. Aquí ni siquiera somos capaces de proteger nuestras fragilidades y hacerlo de manera eficiente y ostensible.

1.- Discrecionalidad.- Mantener el orden público no es un acto discrecional, es un mandato. La discrecionalidad abre un espectro de posibilidades al vandalismo. Vienen elecciones, no van a someternos. Quiere ser presidente, no se va a exponer. Ese margen de discrecionalidad es la antípoda del Estado, Stato que deviene de Status, lo establecido. Si lo establecido se tambalea, la autoridad se erosiona y provoca vulnerabilidad generalizada. Se atreverán, se preguntan los vándalos como si fuera una cuestión de valentía personal. Los dejarán hoy, se preguntan las víctimas. Mejor cierro mi comercio y me largo. Las autoridades no son consistentes. Un Estado fuerte es aquel en el cual las expectativas son claras. Si se rebasan estas fronteras van a proceder, no hay duda ni para la potencial víctima ni para quien pretende violentar el orden. Hay certidumbre. Esa es la fortaleza del Estado.

2.- Derechas e izquierdas.- Reprimir es de derecha tolerar es de izquierda, tal el estereotipo. Mantener el orden no tiene ideología. Atender a un mandato de ley no es reprimir. Las leyes son responsabilidad del Legislativo, también las sanciones y las penas. Lo que no puede volverse costumbre es que la ley mandate y los ejecutivos de los tres órdenes de gobierno se vayan a chiflar a la loma. De allí proviene el hartazgo, esa tolerancia hacia la ilegalidad que tiene una larga historia y que revive a los machetes y las "molotov".

3.- Asunto de generaciones. La Constitución es muy clara. Cuando se accede a la plena ciudadanía también se accede a un listado de responsabilidades. Pensar que los jóvenes, por serlo, tienen derecho a violentar la ley es crear una falsa expectativa. En español no tenemos un equivalente para "enforcement" que precisamente es ese mandato no discrecional para que la ley se cumpla, se demande lo que se demande, diez o mil policías.

4.- Puerta revolvente.- La "Teoría de las ventanas rotas" (Wilson y Kelling) mostró que permitir o tolerar delitos menores lo único que provoca es una escalada de violencia, una competencia de los violentos con sus propias metas. Si pude D podré E sin consecuencias. Si los delitos menores son vistos como asuntos menores, se provoca es una embriagante expectativa de ascenso. Imaginemos a todos los violentos que se sienten triunfadores por haber lanzado bombas molotov a las autoridades sin consecuencia alguna. ¿Cuál será su próxima meta? Si ya incendiaron la Puerta Central del Palacio Nacional por qué no prender fuego a...

5.- Protocolos.- La certidumbre de un estado de derecho proviene en parte de los protocolos, ellos son el primer rostro de la ley. A la acción X corresponde la reacción 33, que no se dude. La inexistencia o no aplicación de los protocolos debilita a las autoridades, pero también abre un flanco a los ciudadanos por los excesos de la autoridad. ¡Protocolos públicos, conocidos y acatados por favor!

6.- Incentivos.- Un Estado de Derecho "fuerte" no es más represor, por el contrario. Pero debe ser consistente y sistemático. Sólo así se despersonalizan las decisiones. Las actuaciones ciudadanas se ajustan a las expectativas de lo que puede ocurrir si se viola la ley. Eso conduce al autocontrol como bien lo explicó Norbert Elías. En un estado de derecho sólido la contención de las acciones llega después del autocontrol. Pero si los incentivos son perversos, es decir, viola la ley que nada te ocurrirá, el autocontrol no tiene sentido. Al final del día el estado es cultura. El hartazgo es muy peligroso.

P.D. La pregunta sigue en el aire, el patrimonio está allí, pero ¿hay conflicto de intereses en la adquisición de la casa o no? ¿Quién va a calificar el asunto, la SFP, que es parte del Ejecutivo? Por eso necesitamos un sistema nacional anticorrupción. La actual estructura no conviene a nadie. EPN se juega su credibilidad.

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