Han quedado listos los enfrentamientos para la liguilla del futbol mexicano. Los ocho mejores pelearán por el título, o eso es lo que nos gusta pensar, aunque algunos se cuelen de verdadera "lágrima".
Este bondadoso sistema de competencia, donde se parte de cero en la postemporada, permite que el último lugar tenga la misma oportunidad que el superlíder, nomás que sin presión y con todo que ganar y casi nada que perder.
No son infrecuentes las ocasiones en que un cuadro que llega casi por casualidad a la fiesta grande se levanta con el trofeo, fruto de esos imponderables del futbol y de que al final no hay que llegar primero sino hay que saber llegar.
Hace seis meses el campeón defensor, el León, lucía noqueado al iniciar la última fecha. Era tal la cantidad de combinaciones que debían darse para que los verdes avanzaran que se antojaba como un verdadero milagro. Pues los planetas se alinearon, los del Bajío entraron y al final, obtuvieron el bicampeonato.
En el actual torneo, varios equipos tenían en las manos su destino empezando por la citada fiera, sin embargo, no fueron capaces de traer un buen resultado en su visita a Tijuana y a ver la liguilla por televisión.
Cruz Azul pretendía salvar una mediocre temporada ganándole a uno de los planteles más pobres de la liga, los Leones Negros, sin conseguirlo. Con el empate, se consumó una temporada para el olvido, otra de muchas, para encarar ahora el mundial de clubes con poca ilusión y escasa esperanza.
Quizá el peor de todos sea Santos, ya que enfrentaba en casa al Puebla, con todo dispuesto para derrotarlo y seguir con vida. Incluso se fueron arriba con ventaja de dos anotaciones pero no supieron conservarla y los de La Franja, de la mano del gran Cuauhtémoc Blanco, les sacaron el empate y los echaron del banquete. Una vez más Pedro Caixinha exhibió su incapacidad para manejar resultados.
El "ganón" con todo este desbarajuste fue Pumas, quien amaneció el domingo con la noticia de que todo dependía de ellos, si lograban vencer a Rayados en Ciudad Universitaria.
El cuadro auriazul saltó con hambre y se encontró a un rival desdibujado y apático frente al que consiguió su primer triunfo como local de la temporada, justo cuando más lo necesitaba. De esta manera, se verá las caras ante el América buscando hacer la clásica "chica" del postrer invitado a la liguilla.
Lo malo de todo esto es que con la calificación se maquilla la pésima temporada del cuadro del Pedregal. Lo mismo pasó hace seis meses y la dirigencia piensa que con lo que hay alcanza y la realidad es que no.
La calificación se convierte en una cortina de humo para ocultar la mala planeación y los resultados raquíticos pero no es privativo de Pumas. Lo mismo hubiera sucedido si el último pasajero hubiera sido León, Santos, la "Máquina Celeste" o hasta el Querétaro.
Sea como sea, estamos completos. Suerte a los participantes.
