Un museo suizo anunció el lunes que aceptó una serie de obras de arte que le dejó en su testamento el coleccionista alemán Cornelius Gurlitt, pero añadió que trabajará con Alemania para asegurarse de que cualquier obra robada a los judíos por los nazis sea devuelta a los propietarios legítimos.
En 2012, las autoridades alemanas confiscaron 1,280 piezas del apartamento de Gurlitt cuando investigaban un problema de impuestos y entre ellas había obras de Pablo Picasso y Marc Chagall. Gurlitt falleció en mayo, y había designado al Museo de Arte de Berna, en Suiza, como su único heredero.
El presidente del museo, Christoph Schaeublin, dijo a reporteros en Berlín que la institución aceptó las obras tras unas negociaciones largas y complicadas.
"El objetivo final era aclarar cómo el Museo de Arte podría cumplir con las responsabilidades impuestas por las condiciones de herencia", declaró Schaeublin.
Poco antes de fallecer, Gurlitt llegó a un acuerdo con el gobierno alemán a fin de que se revise si alguna de las obras fueron robadas a judíos por los nazis. Las autoridades han enfatizado que el acuerdo beneficiaría a cualquier heredero, y Schaeublin dijo que el museo realizará una investigación exhaustiva a fin de determinar el origen de las obras.
Según el acuerdo que el museo forjó con las autoridades alemanas, una comisión creada por el gobierno investigará si alguna de las piezas fue robada, y quién es su legítimo dueño.
Si no se puede hallar el dueño de una obra en particular, esa obra deberá ser exhibida con la aclaratoria correspondiente "para que el legítimo dueño pueda tener la oportunidad de presentar su reclamo".
Las autoridades alemanas dijeron que todas las obras permanecerán en Alemania hasta que la comisión investigadora concluya su misión. Habrá un informe sobre el desarrollo de la pesquisa "en el trascurso de 2015".
Uno de los primos de Gurlitt también ha presentado un reclamo, y el lunes un tribunal de Munich determinó que ese reclamo deberá resolverse antes de poder exhibir las obras.
