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PENSADOR AMATEUR

AYOTZINAPA COMO DUELES

FEDERICO SÁENZ-NEGRETE

43 cicatrices nos rasgan el alma, cualquier vida humana es sagrada, defendible. Hasta la del empleado gasolinero que fue quemado en vida por "compañeros" de nuestros 43 desaparecidos y trágicamente asesinados "estudiantes" de la normal Isidro Burgos en el estado de Guerrero.

Ya nos hemos enterado de quiénes, cómo y por qué le arrancaron la vida a estos muchachos mexicanos que intentaban resolver la vida como ellos descifraban que así debería ser. Ya va saliendo el peine del modus operandi de los crueles verdugos. Decir que el país está indignado es quedarse apenas en el inicio, en la tímida orilla.

Algo sospechamos los mexicanos, algo oscuro y turbio que no nos gusta. Esta capacidad de un alcalde de una pequeña ciudad para dar órdenes imperiales con la crueldad de un sátrapa. Esa manera de concebir el ejercicio del poder que se suponía era para servir a la sociedad. Este enojo nacional encontró en nuestros 43 desaparecidos el punto de apoyo para ejercitar la palanca de la rebelión ciudadana, espero que a través de la democracia.

"La verdad nos hará libres" expresó el padre Solalinde, un hombre a toda prueba, un pastor de buena ley. El nos informó lo que había ocurrido con bastante anticipación y fue silenciado, rudamente, por los padres de las víctimas. Esta reacción me detuvo en seco. Lejos de buscar el consuelo por tan desgarradora pérdida, los padres montaron una rueda de prensa y con toda frialdad y cálculo político, expresaron que la lucha no se afectaba por esas declaraciones y que pedían al sacerdote que se quitara del camino.

Este frentazo que me di contra la pared me hizo reaccionar. Preguntas incómodas me vinieron a la mente. Revise el cronograma que han publicado sobre los hechos. Los muchachos asaltaron autobuses y se los robaron para transportarse a más de dos horas de distancia. No fue un viaje improvisado. Algunos irían armados, pues se reporta un "enfrentamiento a balazos" al llegar a los linderos de Iguala. ¿Quién intoxicó ideológicamente a los muchachos? ¿Quién planeó y organizó el "comando" a Iguala para reventar un acto político? ¿Quiénes conforman un grupo y el otro?

No nos debemos de conformar con el deslinde policiaco de este caso, tenemos que ir al fondo. Desarticular los orígenes de tan nefasto poder de un lado y del otro. Los ciudadanos demócratas tienen que ser objetivos y mesurados, manejar la información con libertad. La cólera y el entusiasmo desbordado son útiles solamente a confabulaciones golpistas.

En este caso hay asuntos muy obscuros de ambos lados. Si queremos ser fieles a nuestros 43 asesinados, no debemos permitir que los usen como "carne de cañón", como instrumentos de utilidad política. No permitamos que un bando y el otro, ni tampoco el Supremo Gobierno, se queden en la superficie del asunto forense o de la intriga política. Aquí hay un asunto de fondo que explica tanta crueldad. Aquí el único que tiene razón es el cura Solalinde, la verdad nos hará libres.

A ver si no se trata esto de un caso de "trata de blancas ideológico". Al tiempo.

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