IVA generalizado
En un país como México, en el que diariamente se reforma aquí y allá, cada cierto tiempo toma protagonismo el tema del IVA generalizado, en especial cuando se habla de la escasa recaudación fiscal en el país. ¿Pero realmente sabemos de lo que se trata?
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) es un impuesto que deben pagar los consumidores al Estado por el uso de un determinado servicio o la adquisición de un bien. Es un impuesto que el fisco no recibe directamente del tributario, se aplica sobre el consumo y es financiado por el consumidor final. El cobro de este impuesto se concreta cuando una empresa vende un producto o servicio y emite la factura correspondiente.
La Ley del Impuesto al Valor Agregado, establece, en su articulo primero, que están obligadas al pago del IVA las personas físicas y morales que dentro del territorio nacional se desarrollen alguna de estas cuatro actividades específicas: enajencación de bienes, prestación de servicios independientes, otrogamiento de uso o goce temporal de bienes e importación de bienes o servicios. Asimismo, señala que el impuesto se calculará aplicando la tasa del 16 por ciento.
En ese sentido, quienes se dedican a alguna de esas actividades, deben enterar cada mes a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) la suma de las cuotas que corresponden al IVA de ese período. Realizar el cálculo de lo pagado y lo recibido a fin de definir el saldo, que puede ser a favor o en contra, esto quiere decir si el contribuyente le debe a Hacienda o al revés.
HISTORIA DE UN IMPUESTO
Muchas veces no nos cuestionamos el origen de las cosas, nacemos y ya están ahí y eso pasa generalmente en materia de impuestos. Es sabido que todos ellos tienen su génesis en la necesidad que tiene el Estado de financiar los grandes proyectos que la nación requiere. Algunos son presentados como un sacrificio que a la postre impulsará desarrollo económico y competitividad.
No obstante, podría decirse que en México el común denominador de las iniciativas fiscales es la tergiversación, ya que en la mayoría de las ocasiones sucede que la propuesta presentada por el Ejecutivo o grupo parlamentario en el Congreso y lo que finalmente se aprueba son cosas muy distintas. Esto debido a las modificaciones que las diferentes cámaras de representantes le hacen en función de muy diversos intereses, entre políticos, económicos, sociales y hasta internacionales.
Para entender el origen del IVA, es necesario remontarnos hasta aquellos años en que concluía la Segunda Guerra Mundial. Después del conflicto, México adoptó como fuente de recaudación el Impuesto sobre Ingresos Mercantiles y lo mantuvo vigente hasta 1979, un impuesto indirecto que gravaba cada una de las transacciones mercantiles que se daban en el proceso de fabricación, distribución y venta final de bienes y servicios.
Durante las tres décadas de vigencia de este gravamen México mantuvo limitaciones severas al comercio exterior. La intención era proteger a la industria mexicana, de tal forma que se mantuvo la llamada "economía cerrada". Es por ese motivo que los efectos negativos fueron menores a los que se darían en la actualidad.
Fue el 22 de diciembre de 1978, cuando fue expedida por decreto del Congreso de la Unión, la Ley del Impuesto al Valor Agregado, posteriormente publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 29 de diciembre de 1978, y que entró en vigor el primer día de enero de 1980, aunque en la practica el primer año se dejó como lapso para que los contribuyentes se enteraran y familiarizaran con la mecánica de pago.
Entre las razones que expuso el titular del Poder Ejecutivo Federal en la iniciativa de ley se destacaron los defectos del Impuesto sobre Ingresos Mercantiles, tales como el efecto "cascada", por cuanto que debía pagarse en cada una de las operaciones que se realizan con un bien, aumentaba los costos y precios, produciendo efectos acumulativos y afectando a los consumidores finales.
La iniciativa exponía también que existía la creencia entre los consumidores de que el Impuesto sobre Ingresos Mercantiles sólo afectaba el precio de los bienes y servicios que adquirían de manera particular, ignorando que su precio llevaba incluido dicho impuesto tantas veces como los bienes cambiaron de mano.
Como solución se volteaba hacia los “países avanzados”, donde, para eliminar los efectos nocivos del impuesto de etapas múltiples, se habían abandonado los impuestos tradicionales a las ventas y en su lugar había adoptado el Impuesto al Valor Agregado.
La realidad es que la razón por la que se implantó el IVA en México fue la necesidad de actualizar y modernizar sus sistemas de imposición, a través del fortalecimiento de su principal fuente de ingresos tributaria, que es el Impuesto Sobre la Renta (ISR).
El IVA también nació con la promesa de gravar a las personas con más ingresos y proteger a los trabajadores, pero esto finalmente dio origen a un sinfín de excepciones y tasas especiales que a lo largo del tiempo han sido distorsionadas de su espíritu original y han privilegiado sólo a ciertos grupos o sectores de la población.
EL IVA EN EL MUNDO
El IVA es un impuesto que se aplica en la mayoría de los países, aunque en cada uno con diferente tasa y excepciones. Se puede clasificar por zonas. En la Unión Europea, por ejemplo, las tasas están entre el 20 y 25.5 por ciento, mientras que en el área latinoamericana (con excepción de Argentina, donde la tasa es del 21 por ciento) no sobrepasa el 18 por ciento. Por otro lado, existen países como Japón y Canadá que manejan un 5 por ciento de IVA.
¿QUÉ ES EL IVA GENERALIZADO?
Como ya se mencionó, uno de los objetivos originales por los que fue concebido el IVA era gravar a las personas con más recursos y a su vez proteger a la población con menos ingresos. Esto mediante la instrumentación de algunas excepciones en la aplicación del nuevo impuesto, como el caso de los alimentos y los medicamentos.
Al hablar de un “IVA generalizado”, de lo que se habla es de gravar con un impuesto a todos los productos y servicios por igual, sin excepción alguna, con quizá algunas variaciones en la tasa de imposición.
Se han declarado a favor de la aplicación de esta medida el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y las legislaturas federales de los partidos en el poder como el PRI y el PAN, desde el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce De León, al igual que los gobiernos panistas. Además estuvo en debate durante la última Reforma Fiscal impulsada por el PRI y el presidente Peña Nieto.
Quienes lo respaldan, aseguran que es la mejor forma de recaudación de impuestos en México debido a que el 60 por ciento de la economía es informal. Señalan que el IVA generalizado permitiría una recaudación robusta apoyar a la gente de más bajos recursos, pues lo recaudado podría distribuirse por medio de programas sociales.
Los partidarios del IVA generalizado hacen énfasis en que en la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la cual pertenece México, el IVA es la principal herramienta para la captación de impuestos.
Todo esto fue apoyado por la declaración que hiciera en 2013 el secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría Treviño, en la que señaló que para que México cuente con recursos suficientes para cumplir con su obligación de apoyar a los más desprotegidos debería aumentar el IVA y bajar impuestos al trabajo, tendencia internacional cada vez más generalizada.
La lógica que impera, en este caso, dicta que para gravar a los contribuyentes que más ganan solo puede hacerse gravando el consumo, pues 'quienes ganan más, gastan más'.
También se suele referir que la proporcionalidad y equidad de los impuestos que establece el artículo 31, fracción IV de la Constitución, no se cumple en la actualidad ya que obtienen el mismo beneficio de tasa cero en alimentos y medicinas, tanto una familia que puede gastar cien pesos en ello como una que puede gastar mil.
CONTRA EL IVA GENERALIZADO
El rechazo al IVA generalizado en México ha provenido, más constantemente de las diferentes bancadas de los partidos llamados “de izquierda”, pues también el PRI llegó a oponerse cuando era oposición.
Para la izquierda, representada generalmente por el Partido la Revolución Democrática (PRD), en caso de aplicar esta medida la población vería disminuido su poder de compra y se reduciría el mercado doméstico.
Pero también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se ha pronunciado en contra de la recurrente iniciativa. El organismo advierte que si generalizara la tasa de 16 por ciento del IVA en medicinas y alimentos, la pobreza urbana se dispararía de 47 a 50 por ciento de la población.
La observación está fundamentada en análisis realizado por la misma CEPAL, el cual revela que si se aplicara de manera general la actual tasa del IVA de 16 por ciento también a medicinas y alimentos, la recaudación aumentaría de forma adicional en 2.0 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero la pobreza urbana subiría tres puntos.
Lo que se requiere es reconstruir una reciprocidad entre el Estado y los ciudadanos para crear una cultura tributaria que elimine la desconfianza que siente la población hacia sus autoridades, para lo cual es necesaria la creación de un círculo virtuoso entre la recaudación y la calidad de la gestión pública.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que, efectivamente, la recaudación en México es de las más bajas en América Latina, pero su sistema fiscal deja de recaudar cerca del seis por ciento del PIB debido a las exenciones y privilegios.
En ese sentido, existe la necesidad de impulsar un crecimiento que beneficie a toda la población, en particular a la de menores ingresos, y de cerrar las brechas sociales a través de políticas que permitan generar empleos y elevar los ingresos de los ciudadanos.
GENERALIZAR O NO GENERALIZAR, ¿ES LA CUESTIÓN?
En los últimos meses hemos sido testigos de una gran cantidad de reformas estructurales en el país, aprobadas mediante el ya fallecido Pacto por México, que le permitió al PRI contar con el apoyo del PAN y el PRD. Reformas cuyas consecuencias en la economía de los mexicanos de a pie no han sido explicadas profundamente.
En el paquete de reformas fue descartada la generalización del IVA, pero ello no se debe precisamente a la buena voluntad del gobierno. Entre las razones de esto está el hecho de que según estimaciones de la Secretaria de Desarrollo Social, la medida haría pasar, en forma automática, al nivel de pobreza alimentaria a 14 millones de personas. Un costo social y político que el gobierno no quiso asumir porque era muy grande, pues de hacerlo hubiera tenido que desembolsar gran parte de los recursos captados en apoyos a los afectados.
Pero, ¿entonces de dónde están saliendo los recursos para financiar las obras del gobierno? La respuesta es: del endeudamiento, lo cual no es de extrañar, ya que todas las economías del mundo tienen un margen de déficit para impulsar el desarrollo en una época de poco crecimiento.
El asunto es que el crédito debe ser muy bien manejado. Los recursos no deben despilfarrarse en el gasto corriente sino ser invertidos en las obras e infraestructura que el país necesita, tales como el financiamiento de la educación, de la salud y todo lo necesario para lograr el crecimiento económico que el país necesita. Además se debe cuidar siempre que la deuda no llegue a los niveles imposibles de solventar, como ha pasado en algunas entidades.
Entre tanto, la solución al dilema de generalizar o no el IVA se tiene que dar en breve tiempo ya que la dinámica internacional así lo exige.
