Óscar de la Renta

Para Lydia Lavín y Cristina Pineda, reconocidas diseñadoras mexicanas, así como para el crítico de moda Alejandro Brofft, la elegancia fue el sello peculiar de este creador de la moda, fallecido recientemente.

Lydia Lavín, quien se ha distinguido en las pasarelas internacionales por la elegancia en sus diseños confeccionados para personalidades como Michelle Obama, reconoció que la influencia de De la Renta, no se puede reducir a un país, ya que con sus creaciones influenció al mundo entero con sus diseños.

“Él proyectaba a una mujer latina-hispana, moderna y sofisticada, lo que permitió que los ojos del mundo voltearán a ver Latinoamérica, con sus belleza y colorido”, dijo la diseñadora.

Cristina Pineda, diseñadora y fundadora, junto con Ricardo Covalín, de la prestigiada firma Pineda Covalín, destacó que no sólo el trabajo del diseñador dominicano es digno de admirarse, sino también el lado humano que siempre mostró y que lo llevó a convertirse en un icono de la moda que nunca perdió sus raíces.

Aunque mucho se resalta la gran escuela que De la Renta dejó, el especialista y crítico de moda, Alejandro Brofft, exaltó que una de las grandes aportaciones que legó fue una moda sencilla y sofisticada, que acaparó las miradas en Estados Unidos, que lo llevó a ser el diseñador consentido de mujeres de la política y del espectáculo internacional.

“Él supo trabajar la imagen sobria, sofisticada y elegante; y hay que reconocer que supo insertarse muy bien en el aparato estadounidense, mientras que con México tuvo una buena cercanía, gracias a que sus prendas lograron comercializarse a través de diversas licencias”, concluyó Brofft.

UN GRANDE

Óscar de la Renta llegó a ser un símbolo de la moda internacional, uno de los más importantes diseñadores del siglo XX, por vestir a grandes personalidades del espectáculo, la política y la realeza, por lo que fue llamado el caballero que vistió a las mujeres.

Óscar Arístides de la Renta Fiallo nació en República Dominicana el 22 de julio de 1932, bajo el techo de una familia prominente, su madre fue la dominicana Carmen María Antonia Fiallo, quien junto con el puertorriqueño Óscar Avelino de la Renta, eran dueños de una compañía de seguros.

De pequeño, a Óscar lo que le atraía era el arte y cuando cumplió 18 años, su padre lo envió a estudiar a la Real Academia de Bellas Artes, de San Fernando, en España, donde se interesó por el mundo del diseño de modas, al conocer a uno de los modistos más reconocidos de la época, Cristóbal Balenciaga.

Jamás intuyó que al paso de los años lograría colocarse como uno de los diseñadores más afamados en el mundo, vistiendo, entre muchas otras famosas, a Jacqueline Kennedy.

Iniciaba la década de los cuarenta cuando el destino lo llevó a su primer éxito, el boceto de un vestido para Beatriz Lodge, la hija del entonces embajador de Estados Unidos en España, al que calificaron de fabuloso.

Ese modelo traía a la suerte de su lado, pues la joven Beatriz, ataviada con un De la Renta, fue portada del semanario Life, con lo que este diseño dio la vuelta al mundo. A partir de ahí, comenzó a realizar bocetos para las principales casas de moda españolas.

Años más tarde, en 1961, abandonó España. Tocó las puertas de Christian Dior y de Antonio del Castillo; ambos lo aceptaron, pero Óscar de la Renta optó por trabajar junto a Del Castillo, como asistente en la ciudad de París. Este último, ayudante de Balenciaga, había recibido una interesante oferta de la firma francesa Lanvin, y juntos probaron fortuna en la Ciudad Luz.

Trabajaron apenas dos años porque, en su continua búsqueda de novedades, De la Renta quiso probar suerte en Nueva York, ciudad que con el tiempo se convertiría en su lugar de residencia definitivo.

Fue gracias al consejo de Diana Vreeland, poderosa editora de modas, quien creyó que la casa Elizabeth Arden le permitiría brillar y hacerse un nombre por sí mismo, por lo que le convenció a cambiar de continente.

En La Gran Manzana Elizabeth Arden, otra de las personalidades en el mundo de la moda, se enamoró de sus modelos y le ofreció un puesto como diseñador de alta costura y confección de su casa.

Con Arden trabajó de 1963 a 1965, año en el que se puso a las órdenes de la diseñadora estadunidense Jane Derby, a quien reemplaza cuando la dama fallece; sobre los cimientos de esta casa de modas, De la Renta crea su propia firma.

Con el lanzamiento, en 1965, de su primera colección prêt-à-porter, Estados Unidos le ayudó a promocionar su propia marca, usando su nombre, y convirtiéndose al instante en uno de los diseñadores más reputados a ambos lados del Atlántico y haciendo del nombre “Óscar de la Renta” un auténtico emblema de la industria.

Sus diseños se caracterizan por ser femeninos, estilizados y con un corte que tiende hacía lo clásico. Sus prendas están dirigidas a mujeres de clase media alta, que han superado la veintena y que buscan en los diseños ligeramente glamorosos, un fiel aliado que estilice sus figuras.

En 1965, y ya establecida su propia firma en Nueva York, tuvo con Jacqueline Bouvier Kennedy una relación con las primeras damas estadunidenses que se volvería particularmente estrecha con Nancy Reagan, Hillary Clinton y Laura Bush.

En 1967, contrajo matrimonio con la entonces editora de moda de Vogue Francia, Françoise Langlade, lo que le convirtió en el centro de todas las miradas. En plena efervescencia de mayo de 1968 lanzó su primera línea para boutique: perfumes, ropa masculina, joyería, complementos, elementos decorativos e interiorismo con el sello De la Renta se distribuyen al mundo entero.

LA EXPANSIÓN DE SU MARCA.

En los ochenta, se divorció de Françoise Langlade para casarse poco después con Annette Reed. Ambos adoptaron un niño dominicano llamado Moisés.

Hace unas semanas, la propia Michelle Obama lució por primera vez uno de sus diseños, lo que se interpretó como una reconciliación. De la Renta, que no temía a la polémica, había criticado que Michelle llevara un diseño de Alexander McQueen en una cena de estado, así como el conjunto que eligió para su primer encuentro con la Reina de Inglaterra.

Recientemente, Hillary Clinton presentó una retrospectiva de la obra de De la Renta y definió su trabajo como el mejor ejemplo de la “elegancia y belleza”.

En los últimos tiempos De la Renta también se convirtió en una presencia habitual en la alfombra roja que conduce a los premios Oscar por donde actrices como Cameron Diaz, Nicole Kidman, Oprah Winfrey, Kristen Stewart o Penélope Cruz han lucido sus creaciones.

El legendario diseñador de moda dejó un último recuerdo de su talento hace escasas semanas, vistiendo de novia a Amal Alamuddin, la esposa del exsoltero de Hollywood, George Clooney.

De la Renta falleció en Connecticut, Estados Unidos, a los 82 años, tras padecer un cáncer que le fue diagnosticado en 2006.

Le sobreviven tres hermanas, su hijo Moisés, sus tres hijastros y sus nueve nietos. Alex Bolen, su yerno, es el director de la compañía.