¿Consumismo o ahorro?

La sociedad actual se ha vuelto consumista, se compra y se desecha en poco tiempo, esto tiene que ver con un fondo cultural y con el "bombardeo", tanto de publicidad, mercadotecnia y como del comercio.

En estas próximas fechas, en las que se desarrollará el Buen Fin, comienzan a llamar la atención de muchos las ofertas, las mensualidades sin intereses, el dos por uno o el compre hoy y pague hasta el 2015, aún cuando no se necesiten los artículos deseados o no se tengan recursos para adquirirlos.

Sin embargo, muchas veces las necesidades son una parte que vende la sociedad, influye la mercadotecnia que ha evolucionado hasta lograr envolver a la gente y hacerle pensar en "necesidades" que no son reales, muchas veces lo que se busca es reconocimiento, automotivación o seguridad emocional.

Cuando este tipo de necesidades como las compras, el obtener artículos o cosas materiales se vuelve la razón principal de pensar y sentirse bien de una persona es cuando se vuelve un problema, explicó Bertha Martínez Trujillo, psicóloga especialista en diferentes técnicas terapéuticas.

Por otra parte, la imagen de éxito, tanto del hombre como de la mujer, está enfocada actualmente al tener, verse bien, al sentido de competencia con el otro; el sentido de pertenencia a un grupo o una sociedad depende para la mayoría de ello, de un tipo de casa, de coche, de ropa, u otros artículo en referencia al consumo.

Esto es un problema social y cultural, por lo que es más difícil que se contemple una idea de éxito a través del verdadero bienestar emocional, el autoestima, un equilibrio espiritual.

Para quienes consumen por necesidades emocionales, suele crecer el problema el adquirir sus artículos o cumplir sus deseos, puede resultar contraproducente, cuando no se tiene suficientes recursos, se recurre a las mensualidades, se acumulan los abonos y se extienden por plazos amplios, lo que termina generando sentimientos de culpa, angustia y estrés.

Cada persona tiene sus carencias, en base a ellas pueden tener diferentes necesidades, una baja autoestima, puede desencadenar alto consumo de productos de belleza, ropa, accesorios para sentirse mejor, pero no llega a satisfacerlos.

Ante esto, la psicóloga Blanca Landeros Díaz, explicó que experimentan frustración, más sensación de vacío, estrés, enojo; incluso puede experimentarse teniendo o no los recursos, en ocasiones si se tiene los sentimientos pueden ser los mismos después de comprar todo lo deseado y en caso de no tenerlo, quedar con el sentimiento de frustración por no poder conseguirlo.

Hay situaciones más complejas, que van más allá y que tendrían que tratarse de manera individual, por lo que no siempre se puede generalizar, pueden ser deseos sólo por el aspecto cultural y social que se ha impuesto en los últimos años, o bien, ser generado por una necesidad que emocionalmente se está presentando para llenar un vacío.