¡Papá, quiero un celular!
Los smartphones se han vuelto un asunto crucial en la actualidad ya que se han convertido en la principal herramienta comunicacional entre las personas, pero, ¿cuál es la edad apropiada para que un niño adquiera su primer celular sin repercusiones negativas?
La tecnología se ha vuelto una herramienta indispensable para que la comunicación sea de más fácil acceso. Uno de los dispositivos más utilizados para esto son los teléfonos móviles inteligentes o smartphones, dispositivos que tienen muchas más funciones que la telefonía básica, es decir, realizar llamadas o mandar textos.
Un smartphone puede tener diversas funciones tales como: organizadores de actividades, juegos, redes sociales, mensajería instantánea, lectores de documentos, plan de datos (internet), entre otros, mientras que un teléfono celular rudimentario tiene las funciones básicas para comunicarse.
Otorgar un teléfono celular básico a sus hijo puede ser de gran ayuda para los padres al momento de querer localizarlos cuando encuentran fuera de casa por alguna actividad escolar, deportiva o social. Con esta herramienta pueden realizar una llamada o mandar un texto y comunicarse con sus hijos casi de inmediato. Pero, ¿cómo decidir a qué edad es adecuado otorgarle un smartphone en vez de un teléfono celular básico?
EDAD Y TECNOLOGÍA
La Sociedad Canadiense de Pediatría y la Academia Americana de Pediatría han expuesto que no es conveniente que los niños en un rango de edad de los cero a los dos años tengan ningún tipo de exposición a la tecnología, ya que en ese lapso el cerebro triplica su tamaño y continúa desarrollándose hasta los 21 años de edad. El desarrollo temprano del cerebro está determinado por los estímulos ambientales, o por falta de ellos. Estimular a un cerebro en desarrollo a través de la sobreexposición a la tecnología se relaciona con el déficit de atención, el aumento de la impulsividad y la baja tolerancia a la frustración por la disminución de la capacidad autorregulatoria, entre otros.
Para niños con rango de edad de los tres a los cinco años el uso de la tecnología debe restringirse a una hora diaria, para los niños de seis hasta los 18 años debería limitarse a dos horas diarias.
Es importante recordar que tener un teléfono celular, ya sea básico o inteligente, es cuestión de necesidades y no de edad. Si está pensando en otorgarle a su hijo (a) un smartphone es recomendable que la edad mínima sea los doce años y que se haga siempre bajo supervisión parental.
EXPLICAR LAS REGLAS DEL JUEGO
Es importante primero tener claro si su hijo o hija está preparado para asumir la responsabilidad de tener un móvil propio y de acatar sus reglas sobre el uso del teléfono.
Algunas de estas recomendaciones para los padres:
Permitir únicamente la descarga de aquellas aplicaciones que sean estrictamente necesarias y las autorizadas por los padres.
Establecer puntualmente a quiénes puede atender o llamar y a quiénes no.
Pedir prudencia y cuidado al utilizarlo.
Dejar en claro lo que puede o no hacer con el móvil.
No permitir que los menores se lleven el móvil a la cama por la noche ya que pueden sufrir de privación de sueño por estar revisando constantemente el dispositivo.
Guardar y mantener en silencio el dispositivo durante las reuniones familiares.
En los momentos específicos de convivencia familiar, como lo es la hora del desayuno, comida o cena, ningún dispositivo debe estar en la mesa; es importante asignar un lugar específico para colocarlos durante ese tiempo.
No permitir que se lleven el dispositivo a la escuela ya que esto puede repercutir en una baja concentración, falta de atención y bajo desempeño escolar entre otros.
PELIGROS Y AMENAZAS
De acuerdo a una investigación llamada Redes y Menores, tres de cada cuatro menores de 18 años nunca apaga su dispositivo móvil, lo que indica que se encuentra en un modo llamado 'always on' (siempre conectado) que permite que reciba llamadas o mensajes a cualquier hora de la noche, lo que interviene con sus horas de sueño y produce discusiones dentro de la familia por un estado de ánimo voluble.
También se pueden presentar situaciones problemáticas en el desempeño escolar del hijo por el uso excesivo del móvil, ya que deja de lado sus responsabilidades primarias como lo son las tareas, trabajos, lecturas, etcétera.
Otros peligros asociados al uso excesivo del smartphone son la adicción al uso del dispositivo, acceso a contenidos inapropiados, amenazas a la privacidad del menor, ciberbullying o acoso entre menores, el grooming o acoso de un adulto a un menor con intención social.
Como padres se debe estar muy atento al uso que el hijo tiene del móvil así como a los cambios en su comportamiento, darle un seguimiento de supervisión de llamadas, mensajes e información tanto entrante como saliente, de tal modo que el adolescente o niño no se sienta invadido, no hacerlo en presencia de ellos. Esto es recomendable cuando el usuario no es mayor de 21 años.
Predicar con el ejemplo es una pieza clave para que los hijos integren de la manera en que les demandamos el uso del dispositivo móvil, así que como adultos formadores también es importante tener un adecuado manejo del teléfono móvil dentro del hogar y en la convivencia familiar.
La tecnología es un reto para la sociedad, hay que conocerla, experimentarla y manejarla de manera adecuada para poder sacarle el mayor provecho y poder orientar así a nuestros hijos a un manejo adecuado y provechoso de ella.
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