Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia volvieron el viernes a la mesa de conversaciones con el gobierno con la presencia de nuevos negociadores.
Tras varias semanas de receso, las partes retomaron el diálogo que se desarrolla en esta capital con la presencia de más de una docena nuevos guerrilleros entre los delegados, entre ellos alias Pastor Alape, cuyo nombre es Felix Antonio Muñoz, y alias Carlos Antonio Lozada, legalmente Luis Antonio Losada, dos comandantes del Secretariado, la más alta instancia de la organización.
"Aquí estamos los guerrilleros de las FARC, con toda nuestra carga artillera política, resueltos a jugárnosla por la paz de Colombia", dijo a periodistas el jefe del equipo rebelde, Iván Márquez, cuyo nombre legal es Luciano Marín Arango.
Márquez dio la bienvenida por sus nombres de guerra a los nuevos delegados.
Por su parte, Alape leyó una declaración en la cual los rebeldes aclararon que no están dispuestos a rendirse sino que, tal como el acuerdo preestablecido de negociación lo especificaba, harán llegado un acuerdo una "dejación de armas".
"Significa la no utilización de las armas para hacer política. Esto es válido para la guerrilla y para el Estado. Si hay paz, las FARC ya no usarán las armas para hacer política", expresó Alape.
Las partes comenzaron en 2012 un proceso de paz con el apoyo de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile que podría llevar al cese del conflicto en suelo colombiano que lleva más de 50 años.
El diálogo se centra en una agenda prestablecida de seis puntos. Actualmente la cuestión sobre la mesa es el resarcimiento a las víctimas. Anteriormente llegaron a convenios sobre otros tres: los problemas de la tierra, la participación política de la guerrilla y el combate al narcotráfico.
