Entre las diversas irregularidades por las que fueron sancionados con 104 millones de pesos los partidos políticos, la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral (INE) reportó desórdenes financieros, contables, de pagos y gastos sin justificación partidaria.
En las 112 conclusiones del dictamen al informe anual del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fiscalización reportó que el partido registró incorrectamente en la cuenta "Remuneración a dirigentes", gastos que correspondían a personal del área administrativa; 56 banquetes de la Corriente Democrática Progresista sin documentación soporte de realización y asistentes; ni presentó 24 estados de cuenta bancarios y sus conciliaciones.
Tampoco presentó evidencia de la difusión de 17 mil 100 libros, ni justificó gastos ni el objeto partidista por concepto de coffee break, adquisición de prendas de vestir, compra del medicamento "factor de trasferencia poliespecífico", servicios de alimentos, entre otras.