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Ecodesarrollo, sustentabilidad y economía multicolor

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

De pronto todos hablamos de sustentabilidad, hemos repetido tantas veces el término que ya lo incorporamos a nuestra jerga verbal cotidiana, o a nuestros escritos agregándolo aquí o allá sin ninguna trascendencia. Como decimos en México, hemos choteado el término por repetirlo en exceso.

Muchas cosas se aprenden por repetición, aunque no parece ser el caso de la sustentabilidad. Si así fuera, se observarían grandes cambios sociales, económicos, y ambientales en nuestro país, en nuestro estado y en nuestro municipio. Desde luego, no sólo por la actuación de los gobiernos o de las grandes empresas sino por todos los que formamos parte de esta sociedad, aunque, habría que señalar que las acciones de del primero serían fundamentales por la amplitud de su influencia y por su capacidad de crear condiciones para el desarrollo de todo el conjunto social.

Tenemos que aceptar que el término es atractivo y que incluso ha dado lugar a discusiones bizantinas sobre la mejor manera de traducirlo del inglés, que si sustentable o sostenible.

Otros términos no han tenido la misma suerte, en los tiempos de mayor influencia del libro de Raquel Carson "Primavera silenciosa", en el que se cuestionaba el uso indiscriminado de agroquímicos y su temible contaminación, y cuando Pimentel descubre que la rentabilidad energética de la mayoría de los sistemas intensivos de producción agropecuaria era negativa, se adopta el término de "ecodesarrollo". Esto ocurre en la Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, llevada a cabo en Estocolmo Suecia en 1972, en la que desde entonces ya se perfilaba la actual crisis ambiental y social: calentamiento global, cambio climático, pérdida de biodiversidad y pobreza.

El ecodesarrollo es definido por uno de sus principales teóricos, Ignacy Sachs, como un desarrollo deseable desde el punto de vista social, viable desde el punto de vista econo→ mico y prudente desde el ecolo→ gico. En el corto período en el que se enfoca la degradación socioambiental a través de dicho concepto, surge una visión diferente del desarrollo, decía E. F. Shumacher, "desarrollo significa más que la transición de pobre a rico". Esto lo escribió en su libro memorable "Lo pequeño es hermoso. Un estudio de la economía hecho como si la gente importara."

Es evidente la influencia de Sachs y del ecodesarrollo en el importante documento conocido como Informe Brundtland: Nuestro futuro común, en 1987, en el que científicos y políticos se pusieron de acuerdo en aceptar el concepto de Desarrollo sustentable y sus ejes principales: la integración de la conservación y el desarrollo, la satisfacción de las necesidades básicas humanas, la libertad de autodeterminación social y diversidad cultural, y la conservación de la integridad ecológica.

A 22 años de que se puso en operación este concepto, a través de la interminable Agenda 21, porque sigue creciendo en convenios y adendas, muchísimas cosas nuevas han surgido. Quizá el concepto que más atrajo la atención por un tiempo fue el de la economía verde, el cual pretendía y pretende ser, un camino para transitar de un modelo de desarrollo insustentable a uno más verde y sustentable.

Se trata de un concepto que surgió casi al mismo tiempo que el de desarrollo sostenible, en el año 1989 fue introducido por Pearce, Markandya y Barbier en su libro Blueprint for a Green Economy, en el cual desarrollan algunas de las políticas que serían necesarias para alcanzar el desarrollo sostenible.

De acuerdo con el PNUMA una economía verde puede generar el mismo nivel de crecimiento y empleo que una economía convencional, teniendo un mejor desempeño que ésta a mediano y largo plazo y generando beneficios ambientales y sociales significativamente mayores. Existen, por supuesto, muchos riesgos y grandes desafíos en este camino, particularmente si se toma en cuenta que los resultados y productos de la mayoría de los tratados y convenciones de la Agenda 21, en particular los de equidad económica, han sido negativos.

Esta fue una conclusión de la última cumbre llevada a cabo en 2012, la cual es prácticamente la misma a la que se llegó en la Comi sión Brandt, sólo que en 1980, en la que se informa sobre el fracaso para reducir la pobreza y la degradación ambiental. Algo no está funcionando ¿no es cierto?

Precisamente, Gunter Pauli en su libro la Economía Azul, retoma esta duda cuando dice que: "en tiempos de zozobra económica, cuando los expertos parecen incapaces de ofrecer otras soluciones que no sean parches o recetas con los mismos modelos, apenas disimulados, que han causado la crisis global". Para Pauli, tanto la economía financiera, basada en el crédito y la deuda, como la economía verde, que trata de preservar el medio ambiente a costa de grandes inversiones, se han revelado ineficaces.

El planteamiento básico de la economía azul consiste en lo siguiente: "servirse del conocimiento acumulado durante millones de años por la naturaleza para alcanzar cada vez mayores niveles de eficacia, respetando el medio y creando riqueza, y traducir esa lógica del ecosistema al mundo empresarial. ¿Qué les parece?

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