Yoga terapéutico

Dicen que el yoga esta de moda y la verdad es que, moda o no esta disciplina hindú milenaria día a día tiene más adeptos. Se han comprobado múltiples beneficios físicos, espirituales y mentales con su practica e incluso actualmente el yoga es recomendado para sobrellevar los efectos secundarios de alguna enfermedad.

Para conocer más sobre el yoga terapéutico platicamos con Oscar Pérez García, licenciado en psicología y maestro certificado en Yoga por Sadhak Yoga Institute y Yoga Alliance, quien comenta que la práctica de yoga contempla muchas cosas, no solo las posturas físicas conocidas como 'asanas', se trabaja el cuerpo, la mente, integra acciones, meditación, respiración y alimentación, entre otras cosas. La palabra 'yoga' quiere decir: la unión entre cuerpo, mente y espíritu. Buscando la armonía y por lo tanto la salud.

Mucho se ha hablado de la suspensión de actividad física cuando se presenta alguna enfermedad, pacientes que tienen o tuvieron cáncer, se preguntan qué tan benéfico pudiera resultar la práctica de yoga en esas condiciones. El licenciado Oscar Pérez comenta que la aprobación de hacerlo la debe de dar el médico, y de ser así, acudir con algún maestro certificado al cual se le deben platicar los padecimientos, para de esta forma asegurar que la práctica sea fluida y segura.

La práctica de yoga, a un nivel físico, activa el sistema muscular, el linfático e incrementa el flujo sanguíneo a través del cuerpo, activando de igual manera las glándulas alrededor de él. Con esto se incrementa el proceso de desintoxicación, por lo que los pacientes con cáncer tienen la posibilidad de deshacerse de manera más rápida y eficiente de todas las toxinas que pudieran haber causado en primer lugar el padecimiento. Al mismo tiempo, el sistema inmunológico se activa, por lo que la persona con cáncer es menos propenso a contraer otro tipo de enfermedades por el estrés al que el cuerpo está expuesto debido al tratamiento y las preocupaciones que la enfermedad conlleva.

Por otro lado, el trabajo riguroso que se hace con la respiración durante la práctica ayuda a oxigenar más la sangre y a su vez a las células, lo que les facilita la entrega y repartición de nutrientes a lo largo del cuerpo. Una importante ventaja del yoga es, que por ser una disciplina personal, uno decide cuándo hay que parar y cuándo empujar un poco más tu cuerpo, por lo que un paciente que aún se siente débil por el tratamiento, no se ve con la obligación de tener que terminar una secuencia o hacer lo que los demás practicantes en la clase hacen, esto los libera de la posibilidad de sentirse intimidados u obligados a forzarse.

Los practicantes que han estado sometidos a algún tratamiento para cáncer notan antes de un mes los pequeños y grandes avances en su vida, generalmente suceden dentro de las dos o tres semanas de práctica, donde incrementa su autoestima, tienen más seguridad en si mismos y capacidad de ver que no son víctimas de su cuerpo, sino que pueden trabajar con él, sentirse mejor física y mentalmente hablando.

También mejora considerablemente el aspecto mental, ya que con el simple hecho de trabajar con nuestro cuerpo en un ambiente seguro, sin demandas, con música relajante, con momentos de paz, de quietud y meditación, se hace conexión con lo que realmente se es, más allá de un cuerpo con una enfermedad, que siente dolor, es algo que trasciende, algo que sólo en calma y silencio se encuentra.

La frecuencia en la practica dependerá del paciente y de las indicaciones del medico. Cada día las investigaciones avalan beneficios considerables en el estado físico en general de pacientes con cáncer, no presenta efectos secundarios y la relación costo-beneficio del yoga terapéutico se debe considerar. La reacción positiva de los pacientes, el grado de satisfacción y el bienestar sugiere que se debe seguir investigando.