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Agoniza tinta de escribanos

MANTIENEN NEGOCIOS POR TRADICIÓN FAMILIAR

En peligro de extinción. Solamente quedan dos Escritorios Públicos que todavía prestan sus servicios diariamente en Torreón.

En peligro de extinción. Solamente quedan dos Escritorios Públicos que todavía prestan sus servicios diariamente en Torreón.

ROBERTO ITURRIAGA

Hermelinda Ávila Pérez es la propietaria de uno de los últimos escritorios públicos que existen en la zona urbana de Torreón.

Desde hace unos cuatro años se ha encargado de mantener una tradición que inició su madre hace más de 50 años en un pequeño local del Mercado Juárez, sin embargo, reconoce que su labor tiene los días contados ante el constante avance de la tecnología y otros factores económicos.

"Yo ahora hago esto sólo por las mañanas, ya no vale la pena abrir el negocio todo el día... básicamente sigo aquí por el recuerdo de mi mamá, a ella no le hubiera gustado que el escritorio público desapareciera, todavía vienen algunas personas que eran sus clientes, gente de ejidos, es más que nada una costumbre que no quieren que se pierda", dice Hermelinda.

Los servicios de escritorio publico se popularizaron en Torreón durante el Siglo XX, cuando la realización de documentos oficiales y trámites eran realizados a través de las pocas máquinas de escribir disponibles, que hasta la década de 1960 mantenían costos elevados y no tan accesibles para el grueso de la población.

Algunos de los escritorios públicos más populares se ubicaban en puntos como el Mercado Alianza, el desaparecido Mercado Villa, el Palacio Federal y el mismo Mercado Juárez, mientras que unos pocos menos conocidos funcionaban en zonas ejidales y áreas con menor población. Actualmente sólo quedan dos locales que ofrecen este servicio en la zona urbana, ambos se ubican en la entrada de la calle Acuña del Mercado Juárez.

UN OFICIO ESPECIAL

Las personas que trabajaban en un Escritorio Público regularmente contaban con un nivel educativo tal que les permitiera expresarse adecuadamente de forma escrita, profesionistas como los contadores públicos, abogados y hasta profesores se podían desempeñar regularmente detrás de la máquina de escribir, la buena ortografía, habilidad de retención de datos y limpieza eran "necesarios para desempeñar una buena labor de escribanos".

"En los buenos tiempos, allá por 1950 ó 1960, las personas iban a los Escritorios Públicos para casi todo, pedir que les redactaran alguna carta personal, escrituras de propiedades, facturas, oficios dirigidos a las autoridades, de todo... pero poco a poco se acabó eso, nuestra labor antes era indispensable, y ahorita es algo que seguramente va a desaparecer", afirma Hermelinda Ávila.

La mujer recuerda que las ganancias por los servicios en aquellos tiempos permitían que se le considerara incluso como una "actividad rentable", pues las jornadas de trabajo podían ser hasta de doce horas debido a la alta demanda de clientela o hasta trabajos especiales, tales como las redacciones de tesis, tareas escolares, informes de gobierno, trabajos de organizaciones civiles y otros más.

Los escritorios públicos que operan actualmente en el Mercado Juárez de Torreón no cobran más de diez pesos por cuartilla redactada, según una estimación de la propia Hermelinda Ávila, los días con "mayor clientela" se pueden llegar a atender hasta ocho personas, aunque regularmente tienen uno o dos servicios en toda la mañana, a veces ningún cliente aparece en el local para solicitar algún apoyo.

"Todos los días que pasan se ve menos gente, hasta 1980 todavía se dejaban ver los muchachos para que se les ayudara con sus tareas, muchos dueños de negocios venían para redactar facturas y eso nos sostenía de alguna forma, pero ahora ya no es algo de lo que se pueda vivir, a lo mucho uno puede llegar a ganar unos cuarenta pesos diarios, ya en los últimos años uno vivía de las facturas que nos llegaban... pero hasta eso nos cambiaron, ahora todas las facturas deben de ser electrónicas y nos quitaron lo poco que teníamos".

 INICIA EL DECLIVE DE LOS ESCRITORIOS PÚBLICOS

Hermelinda recuerda que fue a finales de 1970 cuando el declive de los Escritorios Públicos comenzó a notarse en la ciudad, pues el costo de las máquinas de escribir era relativamente accesible y prácticamente existía uno de esos aparatos en cada oficina de gobierno, escuela y lugar de trabajo. No obstante, fue la llegada de las computadoras personales y la Internet lo que terminó por sepultar las esperanzas de supervivencia de aquel tradicional servicio.

"Yo le veo a lo mucho unos tres años de futuro a mi Escritorio Público, no más”. — HERMELINDA ÁVILA, Encargada de Escritorio Público

Rápidamente las máquinas de escribir se convirtieron en tecnología obsoleta y las redacciones a través de hojas electrónicas brindaron mayores ventajas a los usuarios, la limpieza, los programas de autocorreción de ortografía, el ahorro de las hojas físicas y hasta la privacidad se volvieron en aspectos insuperables por los escribanos, sin importar sus estilos o buenos tratos, las computadoras habían llegado para quedarse y evolucionar a pasos acelerados.

"Yo soy licenciada y entiendo el cambio de las generaciones, por eso opté por comprarme una computadora y una impresora sencilla, mucha gente que no tenía computadora me venía a pedir cosas y yo nada más tenía mi máquina de escribir, lo malo es que la luz me sale muy cara y nada más la prendo cuando vienen a pedirme algo así, no tengo Internet y no puedo comprar más computadoras... yo le veo a lo mucho unos tres años de futuro a mi Escritorio Público, no más", asegura Hermelinda Ávila Pérez.

Fuera de sus labores como "escribana", Hermelinda se dedica a su hogar y puede vivir de otros ingresos que percibe a través de una pensión mensual, consciente de su futuro cercano ya cuenta con un plan para terminar con los servicios de su Escritorio Público, "todo va a quedar en mi casa, al local lo voy a transformar en otro negocio que sea más rentable, eso aún no lo decido, pero seguramente voy a cambiar radicalmente de giro... ni modo, eso es lo que nos espera".

 LA ACTUALIDAD DEL CAFÉ INTERNET

Magdalena Martínez es la administradora de un Café Internet en la colonia Eduardo Guerra de Torreón, su negocio inició hace ya siete años y desde entonces ha visto cambios "importantes en las necesidades de la gente".

Inicialmente las peticiones más usuales eran las de una computadora con conexión a Internet para que los estudiantes realizaran tareas, trabajos y para que algunos profesionistas pudieran redactar escritos oficiales.

Sin embargo, la popularidad de las redes sociales como el Facebook y el Twitter cambiaron a los visitantes de estos lugares por completo.

"Ya casi nadie viene a hacer tareas, muchas personas ya tienen su computadora en la casa y nada más vienen a que se les hagan impresiones, los que no tienen computadora se le pasan chateando, viendo YouTube... las ganancias las tengo en las impresiones más que nada".

Magdalena es apoyada por dos de sus hijos en el Café Internet, ante el cambio en la dinámica de sus clientes ha tenido que recurrir a otras medidas para obtener ganancias, tales como vender accesorios para las computadoras, adornos y hasta artículos de papelería en general.

Una hora en el Café Internet de Magdalena cuesta diez pesos, sin embargo, no siempre se ocupan las horas completas en las diez máquinas que tiene en servicio.

Además, debe absorber gastos de electricidad, pago a proveedores y hasta contemplar situaciones como la delincuencia.

"Me han asaltado muchas veces, me han robado tarjetas, memorias, pantallas, teclados, mochilas y hasta discos... se llevan lo que sea, todo eso es pérdida para nosotros a fin de cuentas".

El futuro del negocio del Café Internet es incierto para Magdalena Martínez y su familia, pues la llegada de los "teléfonos inteligentes" y los costos cada vez más bajos de algunas computadoras amenazan con terminar las rentas de sus equipos.

"A este paso lo único que vamos a tener que hacer es vender papelería y accesorios, mis hijos me han dicho que ya no es tan buen negocio rentar las computadoras... de hecho la renta del local cada vez está más cara y no sabemos si le vamos a seguir el otro año, tenemos que ver bien si no tenemos pérdidas", asegura Magdalena.

Trascendencia

Escritorios Públicos a punto de desaparecer.

⇒ Se hicieron populares en Torreón en el Siglo XX.

⇒ El encargado realizaba redacciones de toda clase, desde documentos oficiales hasta cartas de amor.

⇒ Con la llegada de las computadoras personales y el Internet se dejaron de lado las máquinas de escribir, y en consecuencia los servicios de los Escritorios Públicos.

Nueva generación. El servicio de Café Internet ha ocupado un nuevo espacio en las necesidades de la población actual.
Nueva generación. El servicio de Café Internet ha ocupado un nuevo espacio en las necesidades de la población actual.

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Escrito en: Relatos Urbanos crónica urbana

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