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Padres a distancia

Las cicatrices que deja la separación física y emocional

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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Marimar Centeno

Los niños pequeños aún hasta edad escolar, son más vulnerables y no tienen la madurez emocional suficiente para comprender la ausencia de alguno o ambos padres.

Juanito ya no extraña tanto a su papá, a sus cinco años se ha acostumbrado a verlo poco, ya que él, por su trabajo y por darle un mejor futuro, viaja mucho. Su trabajo principal está en otra ciudad, su mamá también trabaja porque hoy en día es más difícil llevar una vida más o menos decorosa con sólo un salario. El niño aún no lo sabe, pero esta distancia que no se limita a ser física, sino que también es emocional, quizá deje en él una cicatriz que en el futuro lo llevará a desarrollar, en el mejor de los casos, rasgos de una personalidad dependiente en sus relaciones interpersonales.

Aun cuando las razones de la ausencia sean justificables por los adultos, es muy probable que se registre en su memoria emocional una herida de abandono que manifestará en rasgos de depndencia sumisión o celos enfermizos en sus relaciones de pareja cuando sea adulto.

CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS

Las consecuencias que deja la distancia emocional en los niños dependen de su nivel de desarrollo. Cada uno reacciona de manera distinta a la ausencia de uno de los progenitores, esto se debe a factores como el temperamento, la edad y sus recursos personales, si es que estos últimos fueron reforzados por sus padres durante el tiempo que estuvieron juntos.

Aún en preescolar, está en riesgo de no avanzar con éxito hacia su próxima etapa de desarrollo, ahora sus reacciones son inconscientes. Cuando su papá se iba las primeras veces, corría a contestar cada vez que sonaba el teléfono con la esperanza de escuchar su voz, pero casi siempre se desanimaba al darse cuenta que no era papá quien llamaba. Empezó a manifestar síntomas en forma de llantos improvisados, rabietas y nuevos miedos, en su regresión infantil, volvió a mojar la cama, y se negaba a trabajar en el salón de clases, recurriendo a peleas constantes para llamar la atención de su maestra.

Su hermana, Fernanda, cursa cuarto año de primaria, aparentemente ella puede entender mejor las explicaciones sobre la ausencia de sus padres, pero ha mostrado episodios de tristeza, busca constantemente atención más asidua, ha hecho uso de mecanismos de defensa para intentar mitigar lo que siente; empezó a comer más de lo normal para aliviar su ansiedad; recurre a la negación y la fantasía, imaginando que al final del día su papá regresará a casa para no irse más; sobresale en sus calificaciones porque añora el reconocimiento de sus padres.

Su hermano mayor, que es ya un adolescente, presentó cambios en sus hábitos de limpieza. Está en una fase de avance y retroceso, él comprende muy bien por qué se hizo necesaria la ausencia, pero no significa que no sufra, su dolor, lo disfraza con su conducta retadora. Roberto está en la llamada 'edad difícil', su identidad debe consolidarse de manera definitiva y para que esto suceda es esencial tener un modelo positivo qué admirar y sentirse en un ambiente de aceptación y amor incondicional. Si la ausencia de su padre la vive de manera conflictiva, puede tener una crisis de identidad. Sus sentimientos de culpa se deben a que de alguna manera se siente responsable por la situación familiar que están viviendo, piensa que si no tuvieran que pagar su escuela tal vez sus padres estarían más tiempo con ellos.

Si sus casos no son atendidos, a largo plazo pueden provocar la búsqueda de la repetición de las situaciones de abandono que se han registrado en su memoria emocional, una fuerte tendencia al consumo de tóxicos para evadir lo que sienten: ansiedad y miedo al fracaso o al abandono, así como la adopción de relaciones de pareja insatisfactorias.

CÓMO AFRONTAR LA SITUACIÓN

La mejor manera de disminuir el daño originado por la distancia es hacer lo posible por estar presentes en los momentos especiales, como lo cumpleaños, la navidad y durante sus logros escolares.

En ninguno de los casos, los hijos son responsables de las decisiones y elecciones de sus padres, no tienen por qué cargar culpas que no les corresponden. Hablarles siempre con la verdad y no crear ilusiones o esperanzas que no será posible cumplir; es necesario que los niños empiecen a observar los valores de amor, sinceridad y respeto en sus padres porque serán su mejor ejemplo.

Buscarlos de una manera genuina y mostrar interés por las actividades que realizan, todo en el entendido de que habrá momentos también para establecer límites que son necesarios para su formación.

CONTRARRESTANDO LA DISTANCIA EMOCIONAL

Es muy importante recordar que el amor no se compensa por medio de regalos. Es recomendable usar a favor la tecnología para decirles a sus hijos en cada oportunidad lo mucho que los aman y lo orgullosos que se sienten de tenerlos porque son muy valiosos e importantes y que en todo momento están ocupando un lugar en su corazón. Aun así, es necesario tener bien claro que ninguna tecnología sustituirá la presencia y cercanía afectiva como los abrazos, sonrisas, miradas de complicidad y la calidez de las palabras que son esenciales para lograr un mejor desarrollo psicosocial en los niños.

Twitter: @marimar1133

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