ENTRADA.- La Procuraduría General de la Republica resolvió ejercitar la acción penal, la aprehensión y consignación como presuntos responsables de haber cometido el delito de homicidio calificado a tres miembros de las fuerzas armadas que participaron en los lamentables hechos de Tlatlaya en el Estado de México.
SOPA.- La resolución de la PGR se fundó en una serie de pruebas periciales, interrogatorios y careos que arrojaron como resultado lo siguiente: "Que tras la confrontación que duró entre ocho y diez minutos, tres soldados del batallón 102 ingresaron a la bodega donde se encontraban los delincuentes (que ya se habían rendido) y realizaron una secuencia nueva de disparos que no tienen justificación alguna". Por su parte anunció la Secretaría de la Defensa Nacional que seguirá de manera independiente un proceso militar a otros ocho soldados por desacato y violaciones a la Ley Militar, a la disciplina y por desobediencia.
PLATO FUERTE.- Este es sin duda alguna, un hecho que pone en entredicho la actuación del ejército mexicano en la inacabable lucha en contra del crimen organizado. Fue Felipe Calderón Hinojosa cuando era presidente del país, que resolvió declararle la guerra al crimen organizado, primeramente en su estado natal Michoacán y después en todo el país. Opiniones hubo en aquellos años y que se han venido repitiendo actualmente, en el sentido de que involucrar a las fuerzas armadas en esta lucha traería consecuencias no deseables para el país, sin embargo y ante la terca realidad, la federación al comprobar que las policías municipales, estatales y federales se encontraban, en unos casos infiltradas y en otros eran copartícipes de los delitos, tuvo que sostener la decisión.
Las fuerzas armadas desde la cúpula hasta el último soldado, no tienen vocación, ni tendrían razón para tenerla, de fungir como policías. Su conducta, educación, antecedentes y formación profesional les provoca actuar de manera muy diferente a las policías tradicionales. Más aún, cuando ven caer herido o muerto a uno de sus compañeros militares su reacción es ésa, de ejército, mucho más después de un cerrado combate con intercambio de balas en las que arriesgaron la vida.
Por estas y otras muchas consideraciones la opinión general exigía que no participaran en tareas de policías rurales y menos urbanas; pero las cosas se dieron así y ahí tenemos las consecuencias, que ahora en nada ayudarán a mantener el espíritu de combate de los militares para con el crimen organizado.
Dentro de los lamentables sucesos en Tlatyala parece surgir una nueva política del gobierno federal, para enfrentar ante la opinión pública este tipo de hechos, de tal manera de no llegar a ocultarlos ni de hacerse cómplice o fomentar la impunidad.
Se trata de un duro golpe a la impunidad que tantos sinsabores le ha costado al pueblo y a los gobiernos que sí la han venido tolerando, impunidad y ocultamiento que había sido la regla general en el pasado.
Que la PGR haya consignado a los presuntos responsables y que el ejército haya cooperado en la integración de la averiguación previa federal, pone de manifiesto una nueva política del actual gobierno y que el ejército respeta los derechos humanos, al margen de las dificilísimas y complicadas tareas que les ha impuesto el jefe nato de las fuerzas armadas.
POSTRE.- Con motivo de la solicitud de licencia de Gustavo Madero Muñoz a la presidencia nacional del PAN, en unas cuantas horas fue designado en su lugar Ricardo Anaya Cortez. Será necesario saber quién es este nuevo dirigente del PAN.
Se trata de un activo militante de los azules, tanto en la administración federal como dentro del poder legislativo. Fue presidente de la Cámara de Diputados de México de 1 de septiembre de 2013 al 6 de marzo de 2014. Se trata de un político joven que tiene apenas 35 años de edad. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales y licenciado en Derecho, es egresado de la Universidad Autónoma de Querétaro, en donde obtuvo título con mención honorífica.
Ha sido también profesor titular de las materias de Derecho Constitucional y Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro. A los 21 años, fue candidato del PAN a Diputado local por el XIV Distrito de Querétaro, que comprendía los municipios de Arroyo Seco y Pinal de Amoles logrando para su partido un incremento en la votación de más del 400 por ciento respecto de la pasada elección.
Fue presidente del Comité Directivo Estatal de su partido en el Estado de Querétaro de febrero de 2010 al 31 de marzo de 2011, y el 1 de abril de 2011 y nombrado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, subsecretario de Planeación Turística de la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal.
Por sus antecedentes y por su cercanía a Gustavo Madero quien materialmente lo designó, parecería ser un político muy cercano a quien le puso el dedo a los grupos panistas involucrados en los "moches" y bacanales en playas mexicanas. Tampoco es un candidato de unidad que tranquilice a las diversas tribus celestes, muy especialmente a las del señor Ernesto Cordero, el ariete de Felipe Calderón para llegar a recuperar el edificio de Gabriel Mancera.
Veremos y esperaremos.
