El camino hacia el arte
El tiempo es un continuo que como seres humanos nos hemos preguntado muchas cuestiones sobre él. Quizá esté dentro de nuestra naturaleza hacerlo, quizá es algo que atrae nuestra atención y por eso nos llama por medio de preguntas a conocerlo.
Hasta ahora, muchos han contribuido a explicarlo desde diferentes campos del saber por lo que hay; filósofos, físicos, científicos, teólogos, entre otros que desde su postura aportan a la respuesta, ideas variadas en complejidad y que denotan el campo del saber del que provienen, así en su diferencia reside la validez de estas ideas.
Sin embargo una constante en el estudio del tiempo, es que para su mayor comprensión se secciona, pueden ser siglo, eras, o periodos históricos. De esa manera se pueden poner fechas aproximadas de cuando comienza un periodo y termina otro, naturalmente el cambio se forma en la época anterior y nunca habrá una fecha exacta para esta sucesión.
Una práctica común ponerle un nombre a estos periodos, para que no se queden en el número de siglo que comprenden. La mayoría de estos nombres son adjudicados en periodos posteriores, y son escasas las ocasiones en las cuales se autodenominan de algún modo, como lo es el renacimiento, ya que las personas que eran activos en alguna disciplina tenían la conciencia de que debían volver a nacer para continuar con un desarrollo natural.
Por otra parte, en la hoy llamada edad media, ocurrió una situación peculiar que marcaría la forma de ver este periodo histórico y que crearía actitudes contrastantes en generaciones venideras. Comenzando con que su inicio se calcula con la caída del imperio Romano de Occidente hasta el descubrimiento de América. En un aproximado de diez siglos lo dividieron en una primera parte que se caracterizó por un decaimiento político económico, lo que sitúa a las personas en un contexto complicado para una calidad de vida próspera. Lo que a su vez predispone a priorizar las necesidades y estilos de vida, esto es reflejado en autores como Francesco Petrarca (1330) considerara éste un periodo obscuro, pero tomando este adjetivo otros autores después de él, lo generalizaron que incluso llegó a ser un calificativo de las artes de medievales, vistas entonces con cierto tono despectivo.
La generalización sitúa un problema real, ya que implica un juicio valorativo que tiende a lo negativo, incluso en el campo de las artes y no necesariamente tiene por qué ser de esa forma.
En esta época en Roma el arte y la religión estaban ligados no sólo por los lazos de la catequesis, pues las personas al no saber leer tenían contacto con pasajes bíblicos por medio de mosaicos delicadamente hechos, como en el que se representa la multiplicación de los panes en la Basílica de San Apollinare en Ravena, en la cual la premisa principal era la expresión clara y con sencillez del mensaje, un punto de gran valor para el arte fue la promoción que se hizo de la pintura, y en palabras de Gregorio el Grande "La pintura puede ser para los iletrados lo mismo que la escritura para quienes saben leer" por tanto la función que tenía era didáctica.
Otro de los postulados que hacen que este periodo se considere obscuro es el poco conocimiento que se tiene sobre lo que aconteció con exactitud al caer el Imperio. Sin embargo un dato que compete al campo de las artes es que no surgió un estilo estético/artístico claro o uniforme, incluso se llega a pensar que las producciones de esta época provenientes de pueblos bárbaros no cumplen los requisitos estéticos debidos, pero es de notar que no carecen de belleza e identidad. Que seguían aun sujetas a fines mágico-religiosos pero que en su contexto son parte fundamental de la historia de pueblos y el arte.
Gombrich describe a los artistas del medioevo como aquéllos que aprendieron a plasmar lo que sentían, a diferencia de los griegos que se guiaban por lo que podían ver. Esta característica es vital, porque le da un sentido distinto a lo que hacían, su intención era mostrar la fe a las personas, pero desde las manos de otra persona que también la compartiera.
Finalmente, el amplio periodo que abarca la edad media es un ejemplo de un largo recorrido en el que pese a las circunstancias poco favorecedoras, florece con modestia el arte, con un sentido y dirección que lo llevan a posicionarse como algo necesario no únicamente como elemento cultural. También es de mencionar que en nuestro interminable afán de conocer más, existen lagunas que por diferentes razones no podemos llenar y quedan vacíos. A los que después entre la suposición, el generalizar y los diferentes significados de una misma palabra se puede perder la esencia inicial y derivar en algo totalmente opuesto. Es por ello que la mejor herramienta para "iluminar" el periodo obscuro es la búsqueda que nos dará claridad y así se podrá entender que no necesariamente las sombras son malas.
