El coach de Pats tendrá pocos días para levantar el ánimo del equipo. Belichick cierra un amargo capítulo
Tras una de las más dolorosas derrotas de la era de Bill Belichick como entrenador en jefe de Patriotas de Nueva Inglaterra (14-41 ante Jefes de Kansas City), el equipo se alista para recibir a los invictos Bengalíes de Cincinnati.
Con una de las peores actuaciones de su mariscal de campo, Tom Brady (14 completos de 23 intentos para 159 yardas, un pase de anotación y dos intercepciones) a cuestas, el entrenador decidió sentar en el último cuarto al ganador de tres anillos de Super Tazón para darle actividad al novato Jimmy Garroppolo.
Sin embargo, en la conferencia después del partido y en la que sostuvo ayer vía telefónica, el coach evitó entrar a la polémica por el cambio de su quarterback titular, cuando el marcador lucía imposible de revertir y se limitó a esbozar una sonrisa al ser cuestionado sobre una posible rotación en la posición para la siguiente semana.
Por otro lado, Belichick insistió que la culpa no se debe centrar en un solo hombre, "creo que Kansas City hizo un gran trabajo, hay que darles el crédito, pero tampoco hicimos nada para ayudarnos. La línea ofensiva no ayudó a la defensiva y viceversa".
"Simplemente no nos complementamos como equipo, nos pusimos en situaciones difíciles y tuvimos entregas de balón en la segunda mitad y el juego se nos fue de las manos. Pienso que fue una combinación de varias cosas", analizó.