Detective. En la trama del serial Verónica Mars ayudaba al FBI a resolver grandes crímenes.
No sólo la televisión de las grandes cadenas y con grandes audiencias floreció en 2004, también producciones más pequeñas que por su trama y la manera de hacerlas tuvieron importantes títulos que, a 10 años de haberse creado, se mantienen vigentes, en el gusto de un importante sector y han sido denominadas muchas de ellos como de culto.
Cómo pensar en la década pasada sin Verónica Mars, aquella chica que ayudaba al FBI a resolver crímenes a la vez que se daba tiempo para estudiar.
Tras debutar en septiembre de 2004 con una audiencia de casi tres millones de espectadores, abrió un nuevo género denominado "teen noir" (trama policíaca adolescente).
Para Natalia Marcos, especialista en televisión de El País, Veronica Mars es inteligente, audaz, divertida, interesante que por sus referencias a la cultura pop la hicieron trascender.
Pese a tener una legión de acérrimos, fue cancelada tras tres temporadas y con el enojo de miles, lo que aumentó su estatus de culto.
La serie logró que su protagonista Kristen Bell se convirtiera en la chica geek por excelencia y que protagonizara filmes como Burlesque y Scream 4.
Fue tanta la relevancia que la transmisión logró que hace menos de un año miles de fans a través de Kickstarter aportaron dinero para que una película se realizara este año con críticas divididas.
Un caso más afortunado que también se estrenó ese año fue Entourage, el programa en el que Mark Wahlberg se burlaba de las excentricidades y vicisitudes a las que se enfrentaban las nacientes y encumbradas estrellas hollywoodenses.
Una transmisión más de HBO creada ese año fue Deadwood, western que tras tres temporadas fue cancelado, lo que no le impidió ser de una de las series más aclamadas de la última década. "La agonía estuvo a la altura de lo esperado, dado el tono desgarrado, sucio, intenso y violento de esta serie", dijo David Milch, su creador.
