Columnas Social

El Camino de Santiago en el Siglo XXI

(Cuarta parte)


La Catedral de Burgos.

La Catedral de Burgos.

Alberto Cisneros

La agenda del viaje me indicaba que mi siguiente etapa era hasta Salvatierra, lo que significaba cruzar la mayor parte de la zona montañosa del País Vasco en un solo día. Para cuando llegué a Salvatierra, habían pasado casi 12 horas, de las cuales 10 o algo así fueron cuesta arriba. Me mantengo en buena forma, he competido formalmente en deportes la mayor parte de mi vida. Esta etapa en bicicleta, fue quizá la prueba física más demandante a la que he sido expuesto. Llegué a la cima de cuatro montes. No sé si en este orden precisamente: Mandubia, Otzaurte, Urbasa y Opakua. La bicicleta llevaba más de 20 kilos de sobrepeso: Computadora, libros, cámara, herramientas, ropa. La gente local que me veía resoplando y subiendo con todo ese equipo me gritaba "¡Agur Valiente!", y otras palabras en Euskera, para mí indescifrables, que si no eran para darme ánimo, al menos tuvieron ese efecto. En un punto del trayecto, tuve que emplear la técnica de quedarme viendo al asfalto, ya que si alzaba la mirada para ver el tramo de montaña restante, había el riesgo de que la voluntad se rompiera. Ya recostado en la cama del albegue de Salvatierra, estaba tan cansado que no pude dormir más que un par de horas esa noche, lo que suena a contradicción, pero no lo es. Estaba también muy feliz, lo que también suena a contradicción, pero tampoco lo es. Esa etapa fue visual y sensorialmente espectacular, aparte de experimentar ese sentimiento de descubrir fuerzas que uno no sabía que existían dentro de sí. Ese sentimiento no hay nadie quien lo pueda comprar. Como dicen los que prueban y expanden sus límites en cualquier disciplina: "Los miedos y los límites son casi siempre sólo una ilusión".

Dejé el País Vasco para entrar en la Provincia de Castilla y León -Castilla "La Vieja"-, el corazón del antiguo Imperio, la cuna del idioma que tantos hablamos. El camino y los albergues en estas etapas están llenos de peregrinos. Tenía una vaga expectativa de cómo serían los albergues, ya que muchos de ellos son administrados por las iglesias locales, yo estaba mentalizado para soportar iniciativas proselitistas y sermones con tal de tener un lugar donde dormir, ducharme y lavar la ropa por diez euros o menos, pues nunca hubo necesidad de ello, aparte, los peregrinos vienen de todos los rincones del mundo y de muchas otras religiones (o de ninguna). Había obviamente muchos católicos (solos y en grupos organizados), pero había protestantes del Norte de Europa, América y Oceanía, budistas asiáticos, musulmanes europeos y africanos, ateos e inclusive parejas gay. Nadie nunca cuestionaba sus orígenes, opiniones o preferencias y a nadie se le cerraba la puerta a menos de que el albergue estuviera lleno. La Iglesia Católica, tan aporreada por la opinión moderna por sus prácticas anacrónicas e intolerantes, pues no hay rastro de tal cosa en El Camino, al contrario, ¿qué otra religión despliega tal grado de apertura y tolerancia permitiendo que todos participen en uno de sus más antiguos rituales? ¿Cuál sería la reacción de un grupo organizado de protestantes o una pareja gay haciendo una peregrinación a los templos de Nepal o a La Meca?

En los albergues, la conversación es fácil. Todo mundo está a modo, desinhibido, con tal de que se encuentre un idioma en común. El marco invita a sacar temas profundos e interesantes, muchos conceptos que a mí no se me habían ocurrido. Aquí se presentan algunos conceptos ahí tratados.

Los mexicanos hemos sido indoctrinados a repetir a coro "Ellos, los conquistadores españoles", "Ellos robaron", "Ellos violaron", "Ellos saquearon", "Ellos vandalizaron". Los españoles son rápidos en apuntar que en aquel entonces los boletos a América no eran de ida y vuelta para el 98% (más o menos) de los que hacían el viaje. Así que aunque las órdenes, hábitos y cultura venían de España, los descendientes lineales de esos conquistadores, violadores, saqueadores, vándalos… somos "nosotros", los que hoy somos mexicanos.

Los mexicanos somos también descendientes lineales de esos ingenieros, de esos educadores, de esos artistas.

Los indígenas no eran muy amables entre ellos que digamos. Si no se exterminaron entre ellos, era porque se necesitaban de esclavos y/o porque no tenían la tecnología para exterminarse entre ellos.

En resumidas cuentas, la historia de España, México, Nueva Zelanda, Korea, etc., es la historia del ser humano.

La Iglesia católica está llena de escándalos. Casos de corrupción y sed de poder. ¿Qué otra institución, religiosa o no religiosa, está libre de escándalos y no alberga o ha albergado gente corrupta y con sed de poder? ¿Wall Street quizá? ¿La comunidad de políticos? ¿El mundo del espectáculo? ¿El mundo de los negocios? ¿El mundo de los deportes? Las afirmaciones de infalibilidad de la Iglesia Católica y su falta de transparencia es lo que más le afecta, más que sus errores que muchas otras instituciones comparten. (Parece que el Papa Francisco al menos ha logrado aceptar esta condición y echar luz a estos temas. Cambiarlos es totalmente otro boleto).

También hay casi siempre en los albergues un grupo ultraliberal, que tiene por ritual fumar marihuana tan pronto se llega al albergue. Se puede hablar con ellos, hasta que no se puede hablar con ellos. Ninguno de los conceptos anteriormente tratados viene de esa fuente luego de sus dosis.

Art Noveau en Burgos.
Art Noveau en Burgos.

En la Plaza de Burgos.
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El Cid Campeador, Burgos.
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Detalle de la Catedral de Burgos.
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