La Universidad Nacional de México fue inaugurada hace 103 años. La autonomía fue alcanzada por la Universidad en 1929, cambiando su estructura y su nombre a lo que hoy es la UNAM. (ARCHIVO)
El 21 de septiembre del año 1551, durante el virreinato, se creó la Real Universidad de México, que inauguraría sus cursos hasta el 25 de enero del año 1553. Esta alcanzó el grado de Pontificia, luego lo perdió y finalmente fue clausurada once años después de iniciada la etapa independiente en México.
Dicha universidad es el antecedente directo de dos casas de estudio, la Universidad Pontifica de México y la Universidad Nacional Autónoma de México.
La institución fue inaugurada algunos siglos después, el 22 de septiembre del año 1910, durante el período del porfiriato, sin embargo es importante saber que no tenía la autonomía que posee ahora.
La fecha elegida para la inauguración de la entonces Universidad Nacional de México fue la culminación de la celebración de las fiestas del centenario del inicio del movimiento independentista, como relató el periodista Miguel Ángel Granados Chapa en uno de sus editoriales, y a tal evento asistieron Porfirio Díaz y Justo Sierra, entonces presidente y secretario de instrucción pública, respectivamente.
"La nueva institución, que reunía las escuelas de bellas artes, ingeniería, jurisprudencia y medicina, que con modalidades diversas habían sido parte del régimen colonial, y la escuela nacional preparatoria, surgida al cobijo de la restauración republicana, cristalizaba un viejo proyecto de Sierra", detalla Miguel Ángel.
Tal proyecto de Justo se convirtió en la máxima casa de estudios del país, anhelada por estudiantes capitalinos y de provincia.
Actualmente la universidad, que alcanzó su autonomía en 1929, durante el gobierno del presidente Emilio Portes Gil, quien también autorizó la construcción de la Ciudad Universitaria, alberga a más de 316 mil estudiantes.
La UNAM es hoy una de las mejores cien universidades del mundo, su campus central ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y en 2011 fue galardonada con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
