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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Entre las novedades que surgieron esta semana sobre el pavoroso caso de Javier Villarreal, hay una noticia buena y una mala para el gobierno de la provincia de Coahuila. La buena es que los documentos que describen el caso fueron sellados, con lo cual los curiosos y husmeadores de las travesuras de la administración del Profe Humberto Moreira, no podrán tener acceso a los detalles, en el mejor de los casos, hasta que se dicte la sentencia contra el extesorero o quizá jamás. Esto da un respiro al actual gobierno para desembarazarse por lo pronto de la dolorosa tarea de explicar los cabos sueltos que aún hay en esta historia y así poder mantener la versión oficial de que parte del dinero incautado por los agentes del Tío Sam no salió de las agujereadas arcas coahuilenses.

Pero la mala noticia para la administración es que Villarreal se declaró culpable de conspirar para lavar de dinero y para transportar dinero robado. Es decir, don Javier acordó con las autoridades gringas reconocer que había invertido y acarreado dinero sucio en Estados Unidos, pero que esto no lo hizo solo. Y aquí es donde se pone interesante la cosa, ya que los más avezados en estos temas sugieren que el zar financiero del moreirato versión 1.0 estaría dispuesto a colaborar con los fiscales para soltar la sopa de quiénes fueron sus cómplices en los enjuagues que lo llevaron a poseer una fortuna de varios millones de dólares. ¡Cataplum! No sería extraño que varios de los personajes involucrados en la red de corrupción que los fiscales dicen que operó en esta provincia, y en donde dicen hay hasta contratos para empresas fachada del narco, aparecieran en las declaraciones, claro está, prevaleciendo siempre el interés de los vecinos y no el de esta amada tierra. Mientras esto pasa, el gobierno prefiere llevar a cabo un espectacular montaje sobre transparencia anunciando, casualmente en la misma semana de la declaración del extesorero, un programa con el bonito nombre de "gobierno abierto".

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Corren como río las especies en radiopasillo del Gran Invernadero Municipal que se avecinan nuevos cambios y ajustes en el Cabildo de Torreón. Uno de ellos tiene que ver con la bancada prianista -perdón, panista-, la cual ha extirpado de su vocabulario la palabra oposición. Nuestros subagentes disfrazados de velitas de pastel nos informan que durante el festejo que le organizaron los cobradores -disculpe, regidores- a su patrón, Miguel Riquelme, con motivo de su cumpleaños, la síndica Gabriela Casale se apersonó en una de las sillas que estaban destinadas para los coordinadores de bancada, desplazando a Sergio Lara a un lugar secundario. Se comenta que este hecho en apariencia anecdótico evidencia que Casale se prepara para asumir las riendas de los ediles azules por órdenes de su jefe, el senador Luis Fernando Salazar. Sin embargo, dicen los que saben que no la va a tener nada fácil, ya que desde hace varias semanas doña Gaby prácticamente se mueve sola en la bancada sin que ninguno de sus correligionarios la secunde. El otro posible cambio es la salida de Lourdes Quintero, quien recientemente se llevó una tremenda regañada por parte del mismísimo Riquelme ya que, cuentan los subagentes, dejó tirada su tarea de coordinar una de las ceremonias de los festejos de la ciudad. Se sabe que Quintero, quien fue colocada en el Cabildo como parte de la estrategia del PRI de llegar a sectores altos de la sociedad torreonense, será puesta en la secretaría del PRI a nivel municipal, en mancuerna con el diputado electo Shamir Fernández, quien se perfila como nuevo jefe del tricolor, y que ese será el pretexto de su salida. Además, doña Lourdes ha generado ruido por supuestos contratos de decoración del nuevo edificio municipal que el ayuntamiento no ha transparentado. No obstante, se oyen otras voces que dicen que doña Lourdes pudiera ser candidata a diputada federal, con lo cual dejarían ver que el enojo del priismo con ella no es para tanto. Y a propósito de Shamir, el futuro legislador local que ya se prepara para sentarse en la silla del PRI local, misteriosamente cubrió su nombre en la notaría que, dicen, le fue entregada en la pasada administración estatal como premio por legalizar parte de la deuda de Coahuila. ¿Por qué habrá sido?

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Los atentos espectadores de la cosa pública local se preguntan qué es lo que le debe el alcalde Miguel Riquelme al exdirector de Protección Civil, Ricardo Handam, quien con todo y que dejó mucho a desear en el cargo y no pasó las pruebas para la certificación del Cenapred, ahora fue premiado para ocupar de forma interina la Dirección de Vialidad Municipal, luego de la licencia que solicitó Guillermo Flores. Incluso el mismo Handam se mostró sorprendido con el nombramiento y reconoció cándidamente que tenía que ponerse a estudiar para enfrentar sus nuevas tareas. Los opinólogos más sutiles comentan que tal vez don Miguel quiso armar una mancuerna de Vialidad metropolitana, ahora que este discurso está muy de moda, ya que, como se sabe, el hermano de Ricardo, Roberto, es el jefe de Tránsito de Gómez Palacio, lo que representa un hecho inédito en la historia de estas dependencias en la región y quizá en el país. Y ya que se habla de vínculos familiares, quien asume el mando el Protección Civil de Torreón es nada más y nada menos que Alberto Porragas, cuñado de Ricardo Handam, así que bien cabe aquí el dicho de aquel sabio popular de las masas televisivas, Pompín Iglesias: "¡Qué bonita familia!". Pero en caso de que Flores no regrese al puesto y que Handam sea ratificado, ya se barajan algunos nombres para ocupar la dirección de Protección Civil, entre ellos Roberto Moreno, quien asumió un tiempo el cargo en la pasada administración y fue cuestionado por andar haciendo travesuras en perjuicio de los empresarios; el ya conocido y controvertido Nelson Lozada, y un tal Daniel Ríos, quien recientemente obtuvo en Durango capital el nombramiento, no se sabe cómo, de capacitador de Protección Civil, labor que ahora realiza en Torreón con la ayuda de don Ricardo, y por la cual cobra, dicen, bastante bien. Pero también la salida del jefazo Flores de Vialidad ha generado especulaciones, como era de esperarse, respecto a los verdaderos motivos de su retiro momentáneo, las cuales van desde sus constantes pleitos con el teniente Adelaido Flores, director de Seguridad Pública, hasta la posibilidad de que sea contemplado para suceder a éste en un futuro no muy lejano. Habrá que ver.

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Gran malestar ocasionó entre un sector del panismo local una movida que intentó hacer el senador Luis Fernando Salazar, suspirante a la gubernatura de Coahuila, durante una ceremonia del partido. Nuestros subagentes vestidos de matracas desvencijadas nos informan que el antiguo discípulo de Guillermo Anaya quiso aprovechar la celebración del 75 aniversario del PAN en la sede local para presentar su informe de trabajo en el Senado. La idea original era que luego de la develación de una placa en honor al fundador Manuel Gómez Morín se llevara a cabo una noche mexicana de bonita convivencia azul. Pero varios militantes que no simpatizan con Salazar se enteraron que éste quería meterse en la agenda de la ceremonia para hablar sobre sus "logros" en la Cámara Alta de la República, y comenzaron a hacer ruido con el argumento de que la dirigencia del partido no debería trabajar para el proyecto político personal de uno de sus integrantes. Al final, don Luis Fernando se abstuvo de llevar a cabo su plan y dicen que hasta optó mejor por no asistir bajo el pretexto de que tuvo que quedarse en el Senado. Este hecho demuestra que el legislador no las tiene todas consigo en su camino por conseguir su tan ansiada candidatura.

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Muy desangelado ha estado el anunciado Festival Nacional de Cine en Torreón, en el cual se esperaba la participación de numerosos actores de la pantalla grande y sólo terminaron viniendo unos cuantos. A esto hay que sumar problemas en la organización y ajustes de última hora que han causado disgusto entre varios cinéfilos. Dicen los enterados que el incumplimiento de las expectativas del festival de marras patrocinado por el Instituto Municipal de Cultura que preside ahora Ruth Idalia Ysáis se debe a que con los cambios en la dirección del organismo y la negativa del alcalde Riquelme a soltar más billetes, ya no hubo el suficiente recurso ni tiempo para organizarlo como se tenía programado en un principio. Cuentan que aunque hubo varias solicitudes para que se abriera la cartera, la respuesta desde el séptimo piso del Invernadero Municipal fue que le hicieran como pudieran porque ya no hay más dinero para actividades de Cultura, con lo que se deduce que en el Instituto van a tener que nadar de muertito en el cierre del año y colgarse de la agenda armada desde la urbe de adobe o la capirucha del esmog.

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