UNA vez que los Diablos se habían coronado con el sensacional juego cuarto de la final, Roberto Castellón, asesor del equipo y que está en cada uno de los partidos en la temporada, me dijo: "De repente comenzamos a ganar juegos que parecían perdidos en las últimas entradas y la costumbre continuó hasta el último partido de la final. Estoy seguro que por lo menos ganamos en la temporada 30 juegos que lucían perdidos. No hay duda que Miguel Ojeda encontró la química que necesita un campeón, ganar partidos viniendo de atrás. Cuando los Pericos se fueron arriba en la novena entrada del cuarto juego le dije a Roberto Mansur que como todos en el parque pensaron que el juego estaba perdido para los Rojos: "Hemos ganado tantos juegos viniendo de atrás que tengo esperanzas todavía".
Esto de ganar en la novena entrada, o de empatar en el último inning, lo traen los Rojos desde que debutaron en la Liga Mexicana hace 74 años. La primera victoria de su historia el siete de abril de 1940 fue en un juego viniendo del mundo de los muertos ya que en Monterrey los Industriales ganaban 4-2 al llegar la novena entrada donde empataron y luego cuatro en la décima para ganar 8-4, lanzando todo el juego Alberto Romo Chávez, uno de los más brillantes pitchers mexicanos de aquel tiempo.
A los pocos días anotaron tres carreras en la novena entrada en Santa Rosa, Veracruz, para convertir derrota en victoria. Luego en Torreón en el juego decisivo, anotaron dos en el noveno para empatar y luego ganar en el inning 11 con jonrones del "Profesor" Patterson y "Changa" Dukes, dos americanos de color.
Estos triunfos de última hora comenzaron a acompañar al equipo capitalino hasta nuestros días. El México llevaba récord de 10-11 habiendo jugado todos sus partidos en jira mientras se agrandaba el Parque Delta.
El ocho de julio de 1940 en el Delta los Diablos tuvieron su primer triunfo de novena entrada ante sus aficionados cuando Martín Dihigo y los Azules de Jorge Pasquel les ganaban 5-3 y en el noveno los colorados hicieron tres carreras para ganar 6-5 a los azulejos. Un cañonazo de "Changa" Dukes coronó el rally. Y en ese mismo año el juego que aseguró el segundo lugar para el México fue un 11-10 sobre Monterrey en el Delta anotando las dos del empate y gane en el cierre del noveno. Un hit del cubano Fernando Arencibia trajo la del gane.
Pasaron los años, las décadas, vino el nuevo siglo y como lo acabamos de ver, los Diablos siguen ganando siendo dueños de la novena entrada. O la décima como en el 2014.
