Hace casi ocho años, en el noticiero de López Dóriga muchos vimos las imágenes que iniciaron un cambio en México y que arrancaba en Coahuila: Karla López y Karina Almaguer se convirtieron en la primera pareja del mismo sexo en ser reconocida legalmente bajo la figura de los Pactos Civiles de Solidaridad (PCS), en enero del 2007.
Los PCS y las Sociedades de Convivencia (SC) de la Ciudad de México fueron las primeras leyes que otorgaban derechos a las parejas del mismo sexo en el país. La ruta de aprobación de ambas fue distinta. Mientras que en la Ciudad de México las SC tardaron cinco años en ser aprobadas, debido a la oposición de López Obrador, en Coahuila los PCS fueron aprobados en mes y medio, debido al apoyo del gobernador Humberto Moreira.
En 2009, apenas dos años después de la aprobación de las SC, en Ciudad de México se aprueba la iniciativa del asambleísta David Razú para permitir el matrimonio igualitario. Desde entonces hemos visto cómo el mapa de México se empieza a dividir entre los estados donde se han aprobado uniones civiles para parejas del mismo sexo (Colima 2013; Jalisco 2013), una veintena de estados donde abogados han ganado amparos para que parejas del mismo sexo se puedan casar y, finalmente, apenas este mes Coahuila aprobó el matrimonio igualitario.
Entre 2007 y 2014 poco ha cambiado en Cohuila. El estado no ha vivido la alternancia en el poder ejecutivo. A Humberto Moreira lo sucedió su hermano Rubén y el PRI controla 15 de los 25 diputados del estado. Lo que sí cambió es la presencia de los activistas lésbico-gays-bisexuales-trans (LGBT). En palabras de Raymundo Valadez, un activista que lleva 15 años dedicado a promover los derechos LGBT, "hace siete años éramos tres activistas en todo Coahuila con la capacidad de incidir en el congreso; en 2014 ya hay una red de activistas estatal, con organizaciones que hacen trabajo en Saltillo y en Torreón".
Esas organizaciones tienen pocos recursos, dependen del trabajo voluntario, no tienen un presupuesto fijo, su autonomía frente a los recursos públicos es precaria y sin embargo han logrado posicionar sus temas en la agenda legislativa, han organizado marchas del orgullo en Saltillo, Torreón y en Piedras Negras, han tejido alianzas con medios de comunicación como El Siglo de Torreón y con grupos católicos afines al Obispo Raúl Vera y fueron principalmente Raymundo Valadez, Edwin Morquecho y Noé Ruiz los activistas que desde 2011 presionaron a Rubén Moreira a que se comprometiera con el matrimonio igualitario. En 2013 esos activistas lograron que el diputado Samuel Acevedo, del Partido Socialdemócrata, presentara la iniciativa del matrimonio igualitario en el congreso, misma que se queda congelada un año hasta que el gobernador Moreira presiona a los legisladores para que la iniciativa sea dictaminada y aprobada con el voto de todos los legisladores del congreso, incluidos los dos diputados del PAN, y sólo con el rechazo del diputado del Partido Unidad Democrática.
Coahuila avanzó al reconocimiento de los derechos de las personas LGBT en un escenario que sigue siendo adverso para la diversidad sexual. De 2007 en adelante es cierto que mucho ha cambiado en el país, ya incluso se reconoce el 17 de mayo como el Día Nacional contra la Homofobia, pero aún persisten actitudes discriminatorias en la sociedad, como la reciente declaración de la presidenta del DIF de Durango, para quien la "homosexualidad es una enfermedad genética y tendiente a la propagación del VIH-sida." La Suprema Corte de Justicia recientemente emitió una opinión según la cual cualquier otra figura jurídica para las parejas del mismo sexo distinta al matrimonio es discriminatoria, así que Coahuila es sólo el primero de los 31 estados del país que ya aprobó el matrimonio para tod@s. Faltan 30 y los activistas LGBT de todo el país bien podrían aprender de las lecciones de los coahuilenses para que sus estados se sumen a la Ciudad de México y a Coahuila. Es sólo cuestión de tiempo.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano
