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Un sobreviviente del 23 de septiembre

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Un sobreviviente del 23 de septiembre

Un sobreviviente del 23 de septiembre

Saúl Rosales

El hecho de que dentro de diez días será 23 de septiembre y la inminencia de que en 2015 se cumplan cincuenta años del 23 de septiembre de 1965 provocan la necesidad de comentar la efeméride popular de esa fecha. El comento queda asociado a dos libros de lectura indispensable para quienes han escogido la solidaridad humana radical como una de las orientaciones importantes en su vida.

No es gratuita la selección de esos dos libros. Obedece a que ambos me llegaron este 2014, año-vísperas del cincuentenario, y los dos fueron escritos por uno de los participantes de aquellos hechos épicos en el discurrir de las luchas populares y ominosos para los usufructuarios de la riqueza y el poder político de nuestro país. Uno es de largo nombre: 23 de septiembre de 1965. El asalto al cuartel de Ciudad Madera. Testimonio de un sobreviviente; el otro, Del cuartel a Lecumberri. El autor es Raúl Florencio Lugo Hernández.

Ambos libros, como lo diría Carlos Montemayor, “atravesarán los años, avanzarán a contracorriente de la verdad oficial, de la historiografía oficial, por la misma fuerza de la dignidad con que iluminan la historia de nuestros pueblos”.

Los breves libros de Raúl Florencio Lugo (101 y 51 páginas) contienen la verdad de los oprimidos que relumbrará en la oscuridad de las falsedades, las negaciones, los ocultamientos, las medias verdades manejados por el poder, porque la historia no puede prescindir del débil pero imbatible cauce de la memoria popular.

La primera obra mencionada, 23 de septiembre… fue escrita por Florencio Lugo en la cárcel de Lecumberri. Allí narra y analiza los orígenes de las luchas populares que por la cerrazón de los gobiernos para ejecutar la justicia desembocaron en la formación de la primera guerrilla contemporánea de México.

En la madrugada de aquella fecha, el “Grupo Popular Guerrillero” formado por campesinos, estudiantes, profesores y otros profesionistas atacó el cuartel militar de Ciudad Madera, población ubicada en la Sierra de Chihuahua. Con esa acción se desencadenó la formación y la acción de otros grupos armados que quisieron reivindicar derechos del pueblo.

Florencio Lugo salió vivo, aunque herido, de aquel ataque. Reptando a causa de la lesión se alejó de Madera. En su escapada se encontró un campesino que al identificarlo como guerrillero de los que habían atacado el cuartel lo auxilió y lo llevó a su casa. Después de recibir primeros auxilios, Lugo se retiró. A lo largo del camino se encontró con médicos que solidariamente lo curaron.

El fuego de los ideales revolucionarios mantenía en ebullición la caldera que impulsaría a Florencio Lugo en la búsqueda de continuar su vida de militante popular armado. Tal búsqueda lo llevó a encontrar, convivir y actuar con otros grupos.

Esa odisea posterior que se extiende hasta que fue detenido, torturado y encarcelado en la prisión de Lecumberri queda relatada en Del cuartel a Lecumberri, librito que, como dice Eusebio Vázquez Navarro, “es un testimonio vivo y actuante aún, sobre los hechos de Madera aquella madrugada de 1965 […]”

Los libros de Florencio Lugo surgieron de aquella gesta igual que El mundo en que vivimos, de Arturo Gámiz (comandante del asalto al cuartel); El tiempo que nos tocó vivir, de Raúl Ramos Zavala; Manifiesto de la Liga 23 de Septiembre, de Ignacio Salas obregón; Las armas del alba, Las mujeres del alba y La fuga, de Carlos Montemayor y Una alborada para Miguel, de José Gerardo.

Para concluir escuchemos a Florencio Lugo en la ocasión que se le presentó para incorporarse a la guerrilla posterior al 23 de septiembre de 1965: “el doctor Trejo me dijo que estaba en contacto con un comando armado perteneciente a la ACNR y me invitó a presentarme con ellos. Acepté la invitación con entusiasmo. Aquella revelación del compañero Trejo significaba que la lucha seguía avanzando y toda persona comprometida con el movimiento siente la obligación de integrarse o, de alguna manera, participar o al menos colaborar con las actividades revolucionarias”.

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