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Los Viagra: los 'Pepes' mexicanos

Atando cabos

DENISE MAERKER

Con la novedad de que en la sierra de Michoacán 250 hombres armados buscan a "La Tuta". La sorpresa es que no se trata de elementos del Ejército, ni de policías federales, ni estatales, sino de un grupo operativo, así lo llaman, integrado por exautodefensas convertidos en policías rurales y por hombres armados con una credencial que les dio el gobierno del estado. Es lo que han dicho Estanislao Beltrán "Papá Pitufo" y Luis Antonio Torres "El Americano" en días recientes cuando salieron a explicar su relación con los hermanos Sierra, mejor conocidos en la zona como "Los Viagra".

El jueves pasado -cuando "El Americano" desmintió en una entrevista que el hombre de cachucha y camisa a rayas que aparece en segundo plano en un video donde se ve a Calos Sierra Santana y a Servando Gómez conversando fuera él- nos explicó que "La Tuta" había secuestrado a uno de los hermanos Sierra, a Carlos, para obligarlos a pagarle dinero y evitar que se unieran con las autodefensas. Los describió como un grupo de siete hermanos originarios de Pinzándaro, en el municipio de Buenavista, Tomatlán, que eran "independientes" y que "La Tuta" temía se unieran a las autodefensas. Nos explicó que no eran parte de la Fuerza Rural, pero que estaban "apoyando como comunitarios" en el objetivo de detener a "La Tuta" y que luego si los dejaban iban a buscar integrarse a la Fuerza Rural. Ayer en la mañana, en entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Radio Fórmula, Estanislao Beltrán "Papá Pitufo" comandante de la Fuerza Rural aceptó que era él el que aparecía en unas fotos con Nicolás Sierra Santana, otro de los hermanos Sierra, parte de los "Viagra", y que no le veía ningún problema porque Nicolás era un compañero que "inició la lucha con el pueblo". Le explicó a Ciro que Nicolás Sierra era actualmente comandante del grupo operativo conformado por 250 elementos que buscaba a "La Tuta" en la Sierra y que iban a donde se "ocupa operar".

Es la primera vez que un líder de las autodefensas reconoce públicamente que los hermanos Sierra, "Los Viagra", son "compañeros de lucha del movimiento de las autodefensas". En la zona son conocidos por ser un grupo armado que trabajo para "La Familia", que había trabajado con "La Tuta", que rompió luego con los Templarios y que se integró a las autodefensas de Buenavista, Tomatlán, encabezadas por "El Americano". Su incorporación, mantenida en secreto, y negada cada vez que se les ponía un micrófono enfrente, no fue bien recibida por todos. Hipólito Mora siempre rechazó que se acogiera a ex Templarios en los rangos de las autodefensas. Y los desacuerdos más graves entre las autodefensas giraban en torno al nivel de amnistía que practicaban en sus comunidades. Mientras unos sólo perdonaban a los "punteros" o "halcones" otros como en Buenavista eran acusados de recibir sicarios. "Los Viagra" fueron los innombrables dentro de las autodefensas. Para algunos eran un mal necesario y para otros un compromiso inaceptable con los criminales. El Doctor Mireles defendía al "Americano" y a su grupo porque decía que eran muy buenos en la lucha y que la información que tenían los ayudaba a "limpiar" la zona de "Templarios".

Entrevistado para esta columna Alfredo Castillo, comisionado en Michoacán, no negó que los hermanos Sierra estén en ese grupo operativo que trabaja en la zona y al que llamó el G250. Dijo que los guían en la sierra porque "nosotros no sabemos movernos por ahí" y que contrario a los que dijeron "Papá Pitufo" y "El Americano" sí son parte de la Fuerza Rural, pero de un grupo especial. Cuando le preguntamos por qué se aliaban con gente conocida en la zona por sus vínculos con el crimen organizado respondió que no hay órdenes de aprehensión en su contra y que "para que la cuña apriete debe ser del mismo palo" y que están bajo control.

Estas declaraciones me hicieron recordar a los "Pepes". Ese grupo de delincuentes y exsocios de Pablo Escobar que el gobierno colombiano usó para acorralar y finalmente matar a Escobar y que terminó convertido en un grupo de paramilitares. Un antecedente, por cierto, del que nadie está orgulloso en Colombia.

¿Asociarse con ciudadanos que se armaron y violaron la ley de armas para defender a su pueblo, es lo mismo que aceptar una alianza de facto con un grupo conocido en la zona por sus nexos con el crimen organizado? No lo creo. El gobierno de Enrique Peña Nieto nos debe una explicación de su política de alianzas en Michoacán.

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