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Su delicada piel

La piel del bebé es muy sensible ¡cuídala!

Aún en días nublados se debe utilizar filtro solar 30 minutos antes de la exposición al exterior y reaplicar cada 3 horas en la ciudad y cada 2 en la playa.

Aún en días nublados se debe utilizar filtro solar 30 minutos antes de la exposición al exterior y reaplicar cada 3 horas en la ciudad y cada 2 en la playa.

Ximena Martínez González

La delgada, suave y tersa piel de un bebé es tan hermosa como sensible, y por ello debe tener los mejores cuidados para no dañarla ni que sufra estragos por el clima a extremas temperaturas que en la región lagunera son muy comunes. La piel es el límite entre el hombre y su medio ambiente y su función principal es la de actuar como barrera contra microorganismos, agentes físicos y químicos e impedir el intercambio de líquidos y electrolitos con el exterior. El doctor Luis Carlos Arroyo Quintana, especialista en dermatología y pediatría, explica los cuidados que debe tener la piel de un bebé.

El crecimiento y el sol

El doctor Arroyo explica que cuando un bebé nace, su piel se encuentra completamente desarrollada, es decir, cuenta con todas las capas. Lo que va a cambiar con el crecimiento es el grosor, pues la piel de un recién nacido es entre tres y cuatro veces más delgada que la de un adulto, lo que la hace más propensa a irritaciones.

Al ser una piel tan delgada, los menores de seis meses no deben ser expuestos al sol ni aplicar ningún tipo de filtro solar, pues todos los químicos se van a absorber y contrario a beneficiar, puede perjudicar. “A partir de los seis meses, se puede exponer al bebé al sol por muy poco tiempo”, explica el doctor. Estos periodos pueden ser de 5 a 10 minutos, siempre aplicando un protector solar diseñado especialmente para niños mayores de 6 meses y con mucha precaución. Hay que tomar en cuenta que no porque el pequeño ya este protegido con el filtro, se puede exponer más tiempo; siempre debe ser un periodo muy corto. “Por ejemplo en la playa, aplicas protector, llevas al bebé a la alberca o mar y lo expones unos 10 minutos, después lo metes. Al pasar una hora, puedes volver a salir. Debe ser una periodicidad intermitente, que no sea constante”, explica Arroyo. No es lo mismo asolear al pequeño 10 minutos tres veces al día, a 30 minutos de golpe, pues puedes provocar una quemadura. De igual manera, lo ideal es evitar cualquier contacto con el sol entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde y recordar que, aún en días nublados, la piel debe ser protegida.

En niños a partir de un año ya pueden ser expuestos al sol media hora, con su debido protector, y realizar la misma acción. “Inclusive en la actualidad tampoco es tan recomendable para un adulto permanecer mucho tiempo expuestos al sol. Se requiere de un protector solar de buena calidad, exponerse una hora y después permanecer en lugares sombreados”, comenta el pediatra. Sobre todo en la región lagunera, no es nada sano la exposición solar por más de una hora, pues el efecto del sol es acumulativo y el daño celular provocado por la radiación puede demostrarse en la edad adulta, a partir de los 40 años o incluso, antes.

Factores solares

El factor solar depende de los fototipos, es decir del tipo de piel y la realidad es que hoy en día todos, aún con una piel muy oscura, requieren de un protector solar. “Una persona de tez morena oscura o negra también requiere de protector solar, aunque sea de 15 a 30, pues ya tiene una protección con la melanina pero no es suficiente”, comenta el doctor. Las personas de tez muy blanca, pelirrojas o rubias, requieren de un factor de protección de arriba de 60, sin embargo, el doctor hace énfasis en que lo más importante es la aplicación de 30 a 45 minutos antes de exponerse al sol para que el filtro se fije. Posteriormente, reaplicar cada 3 horas si te encuentras en ciudad y cada 2 horas si es playa. “Mucha gente comete el error de pensar que, al adquirir un filtro solar de 100 ya estará protegido todo el día y no es así, pues el protector por la radiación acaba igual, sea el factor que sea, por lo que debe ser reaplicado cada 2 o 3 horas”, explica el especialista.

¿Cuándo bañar al bebé?

El doctor comenta que existe la creencia de que a los recién nacidos no se les debe bañar, lo cual causa mucha controversia, sin embargo, él recomienda que si el pequeño presenta cualquier cuadro de afecciones en la piel se le bañe dos veces al día con una barra o jabón sin detergente. “Al medio día es la mejor hora para bañar a los niños, ya que es la más caliente o tibia del día, y un segundo ‘chapuzón’ sería ideal por la noche para refrescar su piel y hacer que esas lesiones provocadas por el calor y sudoración mejoren”, comenta Arroyo. Al bañar a un recién nacido debe ser con agua potable y si se moja su ombligo, no pasa nada, lo único que se debe hacer es realizar una curación posterior para evitar infecciones. “En estos lugares tan calurosos el niño suda mucho entonces necesita refrescarse y eliminar el exceso de sudoración para evitar la aparición de problemas de la piel”, explica el doctor.

Para absorber el sudor se recomienda fécula o almidón de maíz (maicena), pues además es biodegradable por lo que en caso de que el pequeño lo respire o trague, el polvo se va a degradar y reabsorber. No se deben utilizar talcos en los bebés en ningún momento, pues pueden inhalarlo y provocar que vaya hacia el pulmón, lo cual tarda mucho en ser eliminado.

El baño del bebé debe ser efectuado con productos que no contengan detergentes y deben ser especiales para pequeños, de los cuales comercialmente tienen la insignia SYNDET, con una alta gama de ellos accesibles para todos y por lo general un mismo jabón puede ser utilizado para cuerpo y cara. El doctor recomienda evitar el uso de esponjas y estropajos, pues pueden ser muy bruscos con la sensible piel del bebé y es tan poca la suciedad que acumula el niño que no son necesarios, con tallar con la mano suavemente es suficiente para remover gérmenes.

Por otro lado, es muy importante lubricar la piel del pequeño con cremas especialmente fabricadas para ellos. “La piel del bebé debe ser hidratada para mantenerla humectada, sea flexible, no se agriete y para que conserve las capas y componentes normales y naturales”, explica Arroyo. Durante el invierno se recomienda utilizar cremas un poquito más gruesas o pesadas, y en verano, más ligeras, acuosas y humectantes. La piel por si misma contiene un Ph natural que generalmente es ácido y evita que se contraigan infecciones, por lo que debe ser cuidada y mucha gente no lo hace. “Además, es nuestra carta de presentación. Debe ser cuidada de la manera correcta”, agrega. Si se decide utilizar algún tipo de aceite, como el de bebé, el doctor explica que debe aplicarse únicamente cuando la piel se encuentra húmeda para que absorba toda esa humedad, nunca en seco, pues puede provocar erupciones en la piel.

¡Cuidado con la ropa!

Se debe tener especial cuidado con la ropa del recién nacido, pues debe ser lavada con detergentes o jabones muy suaves. El pediatra explica que, de igual manera, se debe evitar en mayor medida el uso de suavizantes o bien, utilizar únicamente una porción muy pequeña. “Existen medidas más practicas para suavizar, como el uso del vinagre. La ropa se lava, se enjuaga bien y se mete en la lavadora o tina con agua con un biberón de 4 onzas de vinagre por cada 20 litros de agua por alrededor de 10 minutos”, comenta. Los químicos de los suavizantes pueden provocar erupciones en pieles sensibles, por lo que se debe evitar lavar con ellos o utilizarlos en exceso.

“En cuanto a la ropa, de preferencia que sea de algodón o que éste material sea el mayor porcentaje”, explica Arroyo. Se deben evitar sintéticos en la ropa, pues provocan mucho calor y producen problemas de irritación porque no transpiran adecuadamente. “Por ejemplo en invierno, si quieren vestir al pequeño con ropa sintética como estambre, lo ideal es primero arropar al bebé con ropa de algodón y ya encima lo demás, sin que tenga contacto directo con su piel”, finaliza el especialista.

Principales problemas

La gran mayoría de los problemas de la piel de un bebé tienden a ser normales o transitorios, en términos generales no suelen ser de gravedad. El dermatólogo pediatra, Luis Arroyo Quintana, explica un poco de cada uno de ellos.

Eritema tóxico neonatal:

Suele confundirse con alergias. A pesar de que en su nombre lleva la palabra “tóxico” no implica ninguna toxicidad. Se registra con pequeñas manchitas de dos o tres cm que en ocasiones son coronadas como salpullido. Puede brotar en la cara, el tronco y en ocasiones en otras partes del cuerpo; es común que brote en los primeros dos o tres días de nacido, pero también se puede dar las primeras semanas.

Melanosis pustulosa temporal:

Es parecida al eritema, la diferencia es que la melanosis deja una mancha en la base ya cuando se resuelve. Generalmente cura de manera espontanea y es más común en bebés de tez morena.

Miliaria:

También se le conoce como salpullido en niños y está muy relacionada con la sudoración debido al calor. Un error muy frecuente en los padres, sobre todo primerizos, es abrigar de forma exagerada a los pequeños con la finalidad de prevenir enfermedades respiratorias, sin embargo, esto puede atraer otros problemas. Cuenta con tres variantes:

-Pustulosa: da la impresión de tener pus en la punta como si estuviera infectada pero no es así.

-Cristalina: Parecen pequeñitas gotas de agua.

-Miliaria rubra: La más frecuente, es el salpullido rojizo.

Estas miliarias se resuelven con tratamientos sintomáticos, como baños frecuentes, dependiendo del tipo de piel.

Acné neonatal:

¿Un bebé con acné? Es parecido, es un efecto hormonal que la mamá traspasa al pequeño y por las mismas que el bebé posee. Las lesiones son parecidas al acné juvenil, pústulas abiertas o cerradas como del color de la piel y/o puntos negros. Existe una faceta en las bebés que se llama “pubertad en miniatura”, la cual puede provocar turgencias en las glándulas mamarias e incluso, puede salir un liquido blanquecino y a nivel vaginal también desechar un líquido. Es natural y no hay de qué preocuparse; si esto se llega a dar, es importante llamar al médico para corroborar y ser explicado, pues suele asustar a los padres.

Dermatitis seborreica:

También conocida como costra láctea. Se presenta los primeros días o semanas del bebé y es una escama con apariencia grasosa, difícil de remover. Es frecuente en la frente y cejas pero también en el resto de la cara, torso o área del pañal. No debe ser removida por medio de cepillado en seco o jalando, se utilizan champús especializados y aceites para que despegue gradualmente. Se recomienda consultar a un dermatólogo pediatra para obtener el tratamiento indicado y evitar aquellos muy agresivos.

Manchas mongólicas:

Se le denomina “mongólicas” debido a que son muy frecuentes en las regiones asiáticas y africanas; de ninguna manera se trata de una situación neurológica, como muchas personas suelen creer al escuchar su nombre. Aparece generalmente en la espalda baja al nivel de glúteos, tronco y dorso. Se trata de un proceso normal y natural que da la apariencia de una pigmentación azulada y en ocasiones hace creer a los padres que se trata de algún golpe o moretón. Con el paso del tiempo desaparece, pues la piel va engrosando y se deja de notar. Se registra en un 60 por ciento de la población.

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