Nacional AMLO Reformas Constitucionales Violencia Reformas estructurales Transportistas

Sin tierras... y sin refinería

LOS EMPLEOS PROMETIDOS Y NECESARIOS EN LA ZONA NUNCA LLEGARON PARA LOS TRABAJADORES DE LA TIERRA

Nada. Hidalgo tuvo 100 días para entregar un polígono de 700 hectáreas de terreno que albergaría una ambiciosa refinería verde.

Nada. Hidalgo tuvo 100 días para entregar un polígono de 700 hectáreas de terreno que albergaría una ambiciosa refinería verde.

AGENCIAS

Es 2014 y la tierra ya no es de quien la trabaja, eso lo saben bien los campesinos de la zona sur de Hidalgo, quienes alquilan sus manos en una tierra que no les pertenece, porque la suya, esa que heredaron de sus abuelos, está a la espera del progreso disfrazado de refinería.

Ellos tienen las manos callosas y la piel tostada por el sol, la mayoría son viejos. Sentados en la banqueta de las instalaciones de la Comisaría Ejidal, "los campesinos del polígono", como se les conoce, recuerdan el 2009, año en que el gobierno de Felipe Calderón anunció que la Refinería Bicentenario se construiría en Hidalgo. Entonces los hombres del campo jugarían un papel esencial: aportar la tierra.

Hidalgo tenía 100 días para entregar un polígono de 700 hectáreas de terreno que albergaría una ambiciosa refinería verde, con capacidad para refinar 300 mil barriles diarios de petróleo, de lo contrario el proyecto se asignaría a Guanajuato, esa especie de competencia llevó a acelerar las negociaciones con los ejidatarios; los hombres del gobierno contra los hombres del campo, de un lado las promesas y el dinero, del otro la desconfianza, pues ya antes una refinería, la Miguel Hidalgo, en 1970, les había arrebatado parte de su identidad.

"Era una lucha perdida porque no había salida, teníamos que vender", cuenta José Castillo, un campesino de Atitalaquia, quien perdería más que su tierra, por una refinería que a cinco años, sólo tiene construidas las bardas.

José no sólo dejó la tierra que trabajó desde niño, por la que levantaba a las tres de la mañana para sembrar y regar. La ambición que llegó con la venta, también le arrebató a dos familiares.

"No pensamos en el riesgo de la familia y cuando la mayoría de gente está de acuerdo, qué le queda a uno, pues vender su tierra", dice José. La promesa de una vida mejor, proyectos productivos, empleos en la nueva refinería y el dinero que recibirían por sus predios, levantó la efervescencia. En el ejido unos 300 campesinos venderían sus terrenos.

 IMPRUDENCIA, PROVOCA ASALTOS

Las listas de los ejidatarios que vendieron fueron exhibidas en la Comisaría, al igual que los montos. Severiano, otro ejidatario de la región dice que los montos que recibieron fueron de los 300 mil pesos hasta más de cinco millones de pesos, de acuerdo al porcentaje de tierra que aportaron; la delincuencia se hizo presente en el municipio y al menos seis campesinos fueron asaltados, entre ellos la tía y la prima de José, quienes fueron asesinadas.

"Parecía que se venía un boom, se hablaba de que los hijos de los campesinos podían tener una ficha de trabajo en la refinería, que compráramos camiones y maquinaria", señala el presidente del Comisariado Ejidal, Delfino Martínez, quien en voz baja como quien cuenta un secreto, acepta que tras las promesas fallidas, los campesinos están inquietos y piensan en la restitución de sus predios.

 EL EMPLEO QUE NUNCA LLEGÓ

Afuera sentados en la banqueta los ejidatarios confirmarían esa posibilidad, lamentan que el compromiso de una vida mejor no haya sido cumplido; hubo compra de camiones y máquinas. Las oficinas sindicales en esos años pronto comenzaron a engrosar sus listas de afiliados, unos a la espera de ser contratados en viajes de carga y otros para obtener un empleo en la construcción, pero tanto unos como otros se quedaron a la espera.

El dinero se acabó. Quienes invirtieron en camiones vieron mermado su patrimonio por lo que al paso del tiempo tuvieron que vender sus pertenencias, ahora esta población, que se ubica en la zona del Valle del Mezquital, se encuentra sin esperanzas y sus campesinos sin tierra. Esa es la historia de Manuel, de 75 años de edad, a quien sus tres hijos lo impulsaron a comprar un camión de volteo como la mayoría de los campesinos, no es que fuera una moda, era el medio por el cual muchos iban a salir de la pobreza.

Manuel compró el camión con el dinero de sus dos hectáreas de tierra, por las que recibió alrededor de dos millones 800 mil pesos, además se hizo de una máquina retro excavadora, más de un millón de pesos fueron invertidos, o mejor dicho, piensa "tirados a la basura".

Con el camión sólo pudo realizar cinco viajes de tierra y la retroexcavadora nunca fue ocupada para los trabajos de la refinería, sólo en el pueblo de vez en cuando era contratada para abrir un camino o limpiar una zanja, por lo que Manuel y su familia recibían como pago entre 500 y 700 pesos.

"Vendimos las cosas y es como si las hubiéramos perdido; no me quiero ni acordar, siento que todo se fue a la basura. Nosotros no sabemos de esas cosas, somos campesinos".

 TRABAJAR LO AJENO

Con el rostro cansado, José, de 60 años, dice que no se hace a la idea que su tierra ya no le pertenece. De joven trabajó en la construcción de la refinería Miguel Hidalgo, pues el campo nunca ha dado lo suficiente. Pero para la tierra recuerda, que desde los 10 años acudía con su padre a la siembra de maíz, frijol o jitomate, por eso no es una extraña y tras vender casi media hectárea al polígono de la refinería, ha tenido que buscar trabajo y ahora siembra unos terrenos ajenos.

José, aclara, que ellos no vendieron, el gobierno compró y así, de la noche a la mañana, dejaron de ser los dueños de la tierra, "hoy que ya no la tenemos lo lamentamos, no lo aceptamos y no nos hacemos a la idea que ya no es de nosotros".

Casado y con cuatro hijos adultos, cuenta que debe de trabajar para mantenerse junto con su esposa. "Hay que hacerlo en lo ajeno y de ahí nos ayudamos un poco". La venta de su tierra, dice, llevaba la esperanza de que la gente tuviera fuentes de trabajo, "lo cual vemos que no es así, vienen de fuera y los nuestros se quedan mirando".

 LA MAQUINARIA SIN USO

José obtuvo por la venta de su terreno un predio de menos de media hectárea, alrededor de 500 mil pesos, dinero con el que adquirió un camión de volteo que compró en 180 mil pesos, pues era un modelo atrasado de 1981. Con el camión, un Ford, Perkings, color rojo, estaban puestas las expectativas de que su economía iba a mejorar, ahora sólo tendría que esperar que lo llamaran para acudir al polígono a sacar los viajes de piedra y tierra para la obra.

El resto del dinero se fue en pagar deudas, acudir al médico y comprar algunos muebles para la casa.

Una mañana el ahorro se había terminado y el camión permanecía en el patio oxidado por la lluvia y el sol, pues el tan anhelado trabajo nunca llegó, el año pasado, José vendió el volteo en 70 mil pesos.

Severiano tiene la piel curtida por el sol, al hablar de la tierra los ojos se le humedecen. Los campesinos son hombres fuertes, hechos en el trabajo duro, pero al recordar la parcela que trabajaron, la voz se les quiebra y los recuerdos comienzan a doler. "Antes era un gusto hasta para ir al campo a comerse un elote, pero ahora a dónde, si ya no tenemos nada", dice.

 EL RECUERDO DE LA SIEMBRA

La siembra queda en el recuerdo y en las anécdotas para los nietos. A Severiano la venta de sus tierras no le dio para mucho, apenas 350 mil pesos, pues fue una pequeña fracción. "Yo extraño mi parcela, pero también por ella es que mi esposa aún está con nosotros, hasta para dar vida la tierra es buena", señala. La esposa de Severiano padece artritis, por lo que gran parte del dinero fue para pagar la medicina.

Las parcelas ya no producen, son 700 hectáreas que están rodeadas de una cerca de block, dentro quedó la historia de cientos de campesinos.

El incumplimiento de la refinería, no sólo ha dejado zozobra en el campo, ésta también llegó al gobierno estatal, durante el 2010 y 2011, diversos sectores comenzaron a inconformarse; empresarios y funcionarios exigieron la construcción de la obra.

El gobierno del estado encabezado entonces por Miguel Osorio amagó con una demanda al gobierno federal y con la restitución de los mil 500 millones de pesos que contrató como deuda para la compra de los terrenos en los municipios de Tula, Atitalaquia y Tlaxcoapan, pasivo que actualmente ronda los mil 400 millones de pesos.

Un periódico capitalino dio a conocer en noviembre del año pasado, que la refinería Bicentenario no había sido incluida en el Plan de Negocios 2014-2018 de Pemex, entonces los reclamos reaparecieron.

La obra apenas tiene una construcción de 13.4 kilómetros de barda perimetral y trabajos que se programaron para el 2010-2011 como el traslado de canales de riego y torres de electricidad, apenas se llevan a cabo. El sueño se esfuma; los hidalguenses están a la espera de que la promesa se cumpla.

Incumplimiento

Por el retraso en la construcción de la instalación petrolera.

* 1,400 empleos permanentes no se crearon.

* 42 mil mdp fue la deuda para conseguir el predio.

* Mil pesos obtuvieron los campesinos por su tierra.

Refinería

/media/top5/REFINERIA31agos.jpg

Leer más de Nacional

Escrito en: Proyecto rrefinería Hidalgo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nacional

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Nada. Hidalgo tuvo 100 días para entregar un polígono de 700 hectáreas de terreno que albergaría una ambiciosa refinería verde.

Clasificados

ID: 1032319

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx