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El nuevo paquete

Los Supuestos del Modelo

Daniel González

Cuando se anunció el paquete económico para 2014 por parte de Hacienda se establecieron como meta un crecimiento económico de 3.9 por ciento muy distinto al 2.7 por ciento proyectado al día de hoy y con muchas probabilidades de ser menor, se hablaba de un déficit en cuenta corriente de 1.5 por ciento respecto del PIB y que en lo que llevamos de este año ya está en 1.8 por ciento, también se estimaba una inflación de 3 por ciento que al cierre de 2014 estará cercana al 4 por ciento.

Como resulta evidente, estos objetivos planteados el año pasado no serán alcanzados y puede resultar entendible, ya que siempre el primer año de gobierno es el más difícil por la curva de aprendizaje que de manera natural cualquier administración debe enfrentar. Para 2015 con la experiencia debida y con el respaldo de las reformas, el Ejecutivo debe integrar en la propuesta de Ley de Ingresos de la Federación y el Presupuesto de Egresos de 2015 objetivos muy parecidos al año anterior y que de acuerdo a lo anunciado la semana pasada por la Secretaría de Hacienda será de un 3 por ciento en inflación, un crecimiento del Producto Interno Bruto de 3.5 por ciento y un déficit fiscal sobre el Producto Interno Bruto (PIB) de 3.0 por ciento.

Además se debe integrar en este nuevo Paquete Económico la nueva legislación producto de las 11 reformas llevadas a cabo por el actual gobierno y la manera de cómo estas modificaciones a la ley tendrán un impacto inmediato en el nivel de vida de los mexicanos y no como propone el presidente que sea hasta 2018 cuando se cristalicen los resultados de este periodo reformador. En segundo lugar la propuesta económica deberá considerar el endeudamiento crítico en el que se encuentran la mayoría de los estados y municipios del país y como el gobierno federal decidirá enfrentar el problema antes de que la situación se salga de control y como siempre terminemos por pagar todos los ciudadanos de este país.

En tercer lugar la reforma deberá contemplar la capitalización de los beneficios producto de la reforma fiscal que tanto afecto el bolsillo de muchos contribuyentes que aún no alcanzan a ver para que sirvieron más impuestos y por ultimo deberá considera esquemas más eficientes de gasto que eviten los clásicos subejercicios de dependencias y secretarías; definitivamente para este año las consideraciones de mejoras al salario mínimo, el aumento en la productividad y la generación de empleos que rebase el millón de plazas no será posible.

Considerando la situación al exterior de México se visualiza un escenario mucho mejor para los mercados internacionales vía la recuperación económica de Estados Unidos y Europa, un crecimiento constante de las exportaciones mexicanas y el gran atractivo que representa para la Inversión Extranjera Directa (IED) el sector energético de la nación. Considerando la situación al interior del país donde se tiene por lo menos hasta ahora el completo respaldo de senadores y diputados para la Presidencia de la República vía "Pacto por México", con el impulso de las reformas estructurales que permiten ahora sí y después de treinta años tener un mercado con apertura económica que coincide con el marco legal (vía reformas estructurales) acorde a este modelo de desarrollo y con dos años de experiencia gobernando, podríamos estar en la posibilidad de decir que se acabaron los pretextos para que a partir del 2 de septiembre de 2014 podamos ver al nuevo México que se ha prometido desde hace muchos años.

A diferencia de presidencias anteriores desde Ernesto Zedillo para ser preciso no se habían alineado los astros como ahora, para algunos presidentes fue el escenario internacional para otros mandatarios mexicanos fue un marco legal que funcionaba para un modelo de economía cerrada y que ya no servía para la economía moderna que administraban y para otros la actitud mezquina de los legisladores que empantanaron por años incluso décadas las reformas que necesitaba el país. Hoy el presidente Peña no tiene ningún pretexto de este tipo para no consolidar el modelo económico que permita la mejor condición de vida para todos nosotros.

Después del primero de septiembre el tiempo de espera se agotó para el Presidente de México, a partir del primer día después de su segundo informe de gobierno será necesario ver los resultados de las reformas y las condiciones macroeconómicas actuales, ya no habrá manera de justificar por qué se generaron menos de un millón de empleos al año, por qué no se logran tasas de crecimiento superiores al 5 por ciento, ni tampoco por qué la informalidad en este país es superior a la formalidad económica.

El presidente Peña tendrá sólo dos años para que todos veamos la transformación del país antes de que la agenda política y económica sea dictada por los precandidatos a la Presidencia de 2018, ya que, como todos sabemos, en el cuarto año de gobierno inició la carrera por la grande y el capital político del presidente se agota.

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