Siglo Nuevo

El reto Detox

¿La moda tiene que ser tóxica?

En la provincia de Guangdong, chica Lu Guahg, donde la economía se centra en la producción de textiles, Greenpeace ha encontrado altos niveles de contaminación industrial.

En la provincia de Guangdong, chica Lu Guahg, donde la economía se centra en la producción de textiles, Greenpeace ha encontrado altos niveles de contaminación industrial.

Jessica Ayala Barbosa

¿Rosa vibrante o azul añil intenso como las profundidades del mar? ¿Amarillo, anaranjado o verde fosforescente? ¿Lisos o estampados? ¿Cuál será la tonalidad que esta temporada, además de colorear nuestro guardarropa pintará los ríos de países como México Indonesia, China y Filipinas?

En julio de 2011, la asociación internacional no gubernamental Greenpeace lanzó la campaña Detox, un reto con miras a desintoxicar por completo la moda hacia 2020.

“Espera, ¿la moda es tóxica?”, puede ser la pregunta que comienza a formarse en la mente de muchos lectores. Y para comenzar a explicar en qué consiste la campaña es necesario establecer de antemano que sí, la moda es tóxica y en muchos sentidos.

Es innegable que la industria del vestido es una de las más lucrativas a nivel mundial. En algunos países como Italia, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, este sector constituye una parte importante de la economía.

Las tendencias de colores y estilos que imponen las marcas más glamorosas dos veces al año son demandadas por millones de personas alrededor del mundo y no precisamente a los precios más altos o justos, sino a los más accesibles.

Según el reporte de Greenpeace Hilos tóxicos: los grandes parches de la moda, una de las complicaciones de la moda es la sobreproducción. Se estima que cada año se producen alrededor de 80 mil millones de prendas (11 piezas al año por habitante), y los precios bajos a los que se ofrecen encierran un sobrecosto humano que, en primera instancia, pagan los de siempre: los países en vías de desarrollo.

Dada la fugacidad de la moda, la industria textil se ve obligada a cubrir la necesidad de sus consumidores de la manera más rápida y al menor costo posible, para lo cual emplea la mano de obra de países donde esta es barata. Pero además del costo humano está también el ambiental. A la explotación de los obreros en las maquilas, se suma otra problemática: la contaminación. La industria textil suele utilizar un sinfín de sustancias químicas dentro de sus procesos de producción. Curiosamente, muchas de estas sustancias están catalogadas como tóxicas en otros países y por consiguiente su uso está restringido en la mayoría de los países desarrollados, dígase Estados Unidos o cualquiera de la Unión Europea, mas no en los países subdesarrollados. En estos territorios, por lo general sucede que o no existe reglamentación alguna acerca del uso y destino de tóxicos en la industria o bien no se aplica, es decir, termina siendo transgredida bajo la mirada cómplice de los gobiernos.

En este sentido, las sustancias químicas utilizadas afectan la salud de los trabajadores, al mismo tiempo que deterioran el medio ambiente.

Según advierte Greenpeace, la diferencia entre las políticas en cuanto a regulación de sustancias tóxicas entre México y la Unión Europea es abismal. Mientras que en el viejo continente existe una larga lista, que se cuenta por miles, de compuestos regulados y prohibidos, en nuestro país la lista se reduce a doce únicamente, y está enfocada principalmente en los materiales pesados.

Para todos los efectos, esto quiere decir que en México prácticamente cualquier empresa o individuo puede descargar en los ríos sustancias altamente tóxicas, señala el organismo ambientalista en su reporte Ríos tóxicos (2012), disponible en su portal de Internet.

Sin embargo, el hecho de que este problema afecte principalmente a los países manufactureros, no quiere decir que las potencias mundiales se encuentren exentas de los daños que el uso de tóxicos en la producción de prendas puede causar.

De hecho, el rastro tóxico de la ropa sigue un ciclo que comienza con la elaboración de formulaciones químicas que contienen sustancias peligrosas como Nonil Fenol etoxilado (NPEs), tintes azoicos y plastisol. Estos compuestos son entregados a fabricantes de productos textiles que los emplean en sus procesos de tratamiento, preparación y teñido, vertiéndolos después como residuos en lagos y ríos. Las sustancias pueden acumularse en sedimentos, e incluso en la cadena alimenticia, tanto en peces como en otros seres vivos.

Posteriormente la industria textil distribuye estas prendas, que llevan restos de compuestos tóxicos, en todo el mundo, incluso en lugares donde están prohibidos, haciendo cómplices a los consumidores en la propagación de la contaminación, pues el lavado de las prendas genera una nueva liberación de sustancias peligrosas.

Para agravar la situación, los excedentes de ropa son desechados en los campos abiertos de estos países que, sintiéndose confiados de sus esquemas de regulación, ignoran que las sustancias que han prohibido finalmente han llegado a sus territorios y han contaminado también sus aguas.

LOS ENEMIGOS A VENCER

Sustancia

Uso

Efecto

Ftalatos

Ablandador de cuero artificial, caucho y PVC.

Tinte.

Se considera tóxico para la reproducción de mamíferos ya que puede inferir en el desarrollo de los testículos.

Retardantes de llama bromados y clorados (PBDE)

Reducen la inflamabilidad de los productos.

Interfieren en los sistemas hormonales relacionados con el crecimiento y el desarrollo sexual.

Colorantes azoicos

Principales tintes.

Al degradarse durante el uso liberan aminas aromáticas que pueden causar cáncer al entrar en contacto con la piel.

Compuestos organocoestánnicos

Biocidas y fungicidas empleados en calcetines, zapatos y ropa deportiva para evitar el mal olor causado por el sudor.

Afecta a los sistemas inmunológico y reproductivo.

Perfluorados

Por sus propiedades antiadherentes e hidrófugas se utiliza en productos textiles de cuero y antimanchas.

Afectan al hígado y actúa como disruptor hormonal alterando el crecimiento y la reproducción.

Clorobencenos

Disolventes y biocidas, fabricación de tintes e intermediarios químicos.

Afectan el hígado, la tiroides y el sistema nervioso central.

Disolventes clorados

Disolvente y lavado de tejidos.

Agota la capa de ozono y daña el sistema nervioso central, el hígado y los riñones.

Clorofenoles

Biocidas

Altamente tóxico tanto para organismos acuáticos como para los seres humanos; afecta a muchos órganos.

Parafinas cloradas de cadena corta

Retardantes de llama y acabados de cuero y textiles.

Altamente tóxico para organismos acuáticos.

Metales pesados (cadmio, mercurio, plomo y cromo)

Tintes, pigmentos, procesos textiles y curtido de cuero.

Altamente tóxicos, con efectos irreversibles. Causan lesiones del sistema nervioso y riñones y enfermedades cancerígenas.

MODA LIBRE DE TÓXICOS

A través de Detox, Greenpeace denunció a las marcas líderes que a través de prácticas y políticas irresponsables son cómplices de la contaminación de los ríos en China. La campaña se valió de la presión global de millones de personas que se unieron a la causa para evidenciar a marcas como Nike, Adidas y Puma, en primera instancia, a través de la colocación de anuncios gigantes que exigen desintoxicar la moda en lugares que manufacturan sus productos y contaminan con ello sus aguas. Asimismo sensibilizó a la población mundial con la difusión de la problemática en medios de comunicación y redes sociales, apoyándose en personalidades como David Beckham y Crsitiano Ronaldo. Desde estas trincheras Greenpeace provocó el 'ruido' suficiente para atraer la atención de consumidores que a su vez comenzaron a generar diversas formas de presión que incluyen desde el activismo en redes sociales hasta las manifestaciones tipo performance a las afueras de sucursales de marcas importantes.

Obviamente los gigantes de la moda no son los únicos responsables de toda la contaminación, pero en este caso, el organismo ambientalista apunta a que el liderazgo que estos ejercen en la industria provoque una especie de 'efecto imán' para que más marcas se unan al reto.

HÉROES Y VILLANOS

Hasta el momento, las marcas que han firmado el desafío Detox son Puma, Nike, Adidas, H&M Lin Ning, C&A y Levi's.

Al aceptar el reto, las marcas se comprometen a trabajar en conjunto con sus proveedores para eliminar la liberación de sustancias químicas peligrosas a través de sus cadenas de producción y productos, con miras a erradicar por completo de su cadena de suministro la descarga de sustancias tóxicas para el medio ambiente hacia 2020, en un plan que lleva por nombre “Vertido cero”.

Para lograr este fin deben seguir un camino que comienza con la adopción de políticas limpias aplicables tanto en la propia compañía como en la de sus proveedores, sustituyendo las sustancias tóxicas por alternativas no peligrosas. Este primer paso debe establecer metas de tiempo claras y realistas.

Un segundo escalón hacia la desintoxicación sería la identificación de los peores químicos implicados en sus procesos productivos y su inmediata eliminación.

La transparencia constituye el tercer y quizá más difícil paso; Greenpeace reta a las marcas a ser francas con sus consumidores, quienes ya que están siendo contaminados tienen derecho a saber cómo y con qué, así como a estar enterados de los estragos al medio ambiente que la moda va dejando a través de su cadena de producción. Las compañías deben compartir una lista detallada de las sustancias restringidas y revelar cuáles están están liberando sus proveedores. Por último, una vez que se han asumido como compañías influyentes también pueden catalizar el cambio trabajando en colaboración con otras.

Greenpeace divide a los grandes emporios de la moda en 'rezagados': empresas que tienen pendiente un compromiso creíble con el “Vertido cero”, ubicando ahí a PVHC (Calvin Klain, Tommy Hilfiger), Mango y GAP; y 'villanos': marcas con poca o nula política ni programa de gestión de sustancias químicas y sin compromiso de “Vertido cero”, esta etiqueta la llevan marcas como Espirit, Metersbonwe y Victoria's Secret.

LA PROBLEMÁTICA EN MÉXICO

México figura como uno de los países con más ríos tóxicos a nivel mundial, aunque bien cabe señalar que la problemática no se deriva exclusivamente de la industria textil, sino principalmente de la minería. Dado el carácter permisivo de la reglamentación mexicana en cuanto al tratamiento de aguas residuales resulta difícil determinar con exactitud qué cantidades y cuáles contaminantes vierten las compañías textiles en los ríos y lagos. No obstante se adivina que la cifra no puede ser baja pues según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el país existen 148 plantas dedicadas a la fabricación de telas y 759 a la de prendas de vestir.

Greenpeace exige en México una política de “Ríos limpios”, a través del plan “Vertido cero”,

que incluye: cero descargas de sustancias tóxicas para el 2020; un sistema obligatorio y transparente de Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC); la ampliación de las sustancias tóxicas reguladas por la NOM 001, la NOM 002 y el RETC; mayores controles a las descargas industriales a aguas nacionales y municipales y sanciones relacionadas al daño generado aplicando el

principio: “el que contamina, paga” e información acerca de las actividades de la Conagua para vigilar.

Twitter: @gsi_k

Activistas de Greenpeace protestando en tiendas Zara, Hungría. (Foto: Attila Kisbenedek)
Activistas de Greenpeace protestando en tiendas Zara, Hungría. (Foto: Attila Kisbenedek)
Presentadora de televisión, Claudia Lizaldi. (Foto: Olga Alaris)
Presentadora de televisión, Claudia Lizaldi. (Foto: Olga Alaris)
Activistas despliegan manta para exigir se desintoxiquen las cadenas de producción. (Foto: Alonso Crespo)
Activistas despliegan manta para exigir se desintoxiquen las cadenas de producción. (Foto: Alonso Crespo)
Activistas de Greenpeace despliegan pancarta con la leyenda 'The King is naked' en la icónica Galeria Vittorio Emanuele de Milán, Italia. (Foto: Francesco Alesi)
Activistas de Greenpeace despliegan pancarta con la leyenda 'The King is naked' en la icónica Galeria Vittorio Emanuele de Milán, Italia. (Foto: Francesco Alesi)

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

En la provincia de Guangdong, chica Lu Guahg, donde la economía se centra en la producción de textiles, Greenpeace ha encontrado altos niveles de contaminación industrial.

Clasificados

ID: 1031675

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx