El retrovisor surgió en 1911 y empezó a comercializarse formalmente tres años después. (ARCHIVO)
Manejar sin el no sólo podría hacerte acreedor a una multa vial, sino que también podría poner en riesgo tu viaje debido a la imposibilidad de revisar el camino total en que te desplazas.
Es el espejo retrovisor, que tuvo sus orígenes a principios del siglo XX, cuando se observó la necesidad de incorporarlo a los vehículos que participaban en carreras.
Y es que anteriormente, una persona, generalmente un mecánico, acompañaba al piloto mientras conducía para mantenerlo al tanto de los otros coches.
Al menos así fue hasta 1911, cuando el corredor de autos Ray Rannoun no encontró acompañante y prefirió instalar un espejo en su vehículo.
Con este sencillo método para salir del apuro, Rannoun pudo participar en la carrera y además creó el primer retrovisor de la historia, que sería comercializado formalmente a partir de 1914.
