Tanto han fallado los pronósticos de los últimos años, que un opinador profesional podría sentirse tranquilo al declarar que nunca habrá una recuperación económica en el país. La verdad, sin embargo, es otra. Hasta las pelotas rebotan después de caer… y nuestro rebote, de hecho, parece ya haber empezado.
Parte del pesimismo es producto de un estancamiento que ha durado ya dos años y que las autoridades no previeron ni entendieron. Para 2013 Hacienda pronosticó un crecimiento de 3.5 por ciento que al final quedó en apenas 1.1 por ciento. Para este 2014 previó 3.9 por ciento y por lo pronto la Secretaría de Hacienda ha ajustado su cifra a 2.7 por ciento.
La otra razón del escepticismo es la manera en que el Inegi y Hacienda dan a conocer las cifras del producto interno bruto. Si nosotros las difundiéramos con el mismo sistema que ahora usa Estados Unidos, el gobierno mexicano podría afirmar que la recuperación ya ha comenzado.
¿Es un problema de medición? No precisamente, sino de presentación de la información. En su boletín de prensa del 21 de agosto el Inegi dice que en el primer trimestre de este 2014 el PIB mexicano creció 1.9 por ciento y en el segundo 1.6 por ciento. Parecería una tendencia a la baja. En cambio la Oficina de Análisis Económica (Bureau of Economic Analysis, BEA) apunta que en el primer trimestre la economía de Estados Unidos cayó 2.1 por ciento y en cambio creció 4 por ciento en el segundo. Aquí habría una clara tendencia al alza.
Las cifras estadounidenses, sin embargo, son radicalmente distintas a las mexicanas. La BEA reporta la cifra de un trimestre contra el trimestre anterior y la anualiza (la multiplica por cuatro). El Inegi reporta el trimestre contra el mismo trimestre del año anterior, lo cual quiere decir que más que reportar el crecimiento de un trimestre ofrece el de un año completo que termina en un determinado trimestre. El economista Jonathan Heath ha escrito sobre las confusiones que se generan por estas dos distintas formas de presentar las cifras de crecimiento.
Si el Inegi reportara de la misma manera que la BEA, el resultado sería radicalmente distinto. El crecimiento del primer trimestre, ya revisado y anualizado, sería de 1.76 por ciento, mientras que el del segundo trimestre alcanzaría 4.16 por ciento (1.04 del segundo trimestre contra el primer trimestre pero multiplicado por cuatro).
Las tendencias en México y Estados Unidos, como vemos, no son opuestas. El segundo trimestre en México muestra también una franca recuperación, sin considerar el hecho de que la Semana Santa reduce de manera artificial el resultado de este segundo trimestre. Por eso la Secretaría de Hacienda mantuvo su predicción de crecimiento para la economía nacional en 2.7 por ciento.
¿Cuáles son los factores que están influyendo sobre este rebote? Del lado negativo está, por supuesto, el aumento de impuestos de este 2014, el cual incide de forma negativa en el consumo interno, que se mantiene deprimido, pero que en las cifras de la ANTAD empieza ya a mostrar una ligera mejoría. Del lado positivo está un gasto gubernamental que ha crecido 9.7 por ciento en el primer semestre (SHCP). Ayudan también las exportaciones, que subieron 4.3 por ciento en enero-julio, gracias sobre todo a un 10.6 por ciento de aumento en las exportaciones automotrices (Inegi).
El rebote se hará claro de manera gradual. Seguramente alcanzaremos un punto máximo a principios del verano de 2015, justo para las elecciones. Hay razones para pensar que los tiempos se calcularon precisamente para ello. Otra pregunta completamente distinta es si el rebote se podrá mantener hasta 2018.
OTRA VEZ LA IAVE
Una vez más un desastre de tránsito por una falla en el sistema IAVE. Si los usuarios pagan para transitar con mayor prontitud, ¿por qué Capufe no simplemente levanta las plumas de las casetas cuando fallan sus sistemas? No es ético cobrar por un servicio que no se da. ¿Dónde está la Profeco?
Twitter: @SergioSarmiento
