EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Los codazos y empujones están duros en el PRI Municipal de Torreón de cara al proceso electoral para la renovación de los columpios con bono del centro recreativo que llaman Cámara de Diputados. Y es que los suspirantes tricolores, que se creen con hartos méritos, piensan que la elección de 2015 será un pan de dulce y que tendrá los mismos resultados que los pasados comicios para elegir a los ocupantes de las hamacas del Congreso estatal, en los que el partido de marras pasó por encima del PAN -éste sin dulce-. Ante el presunto escenario de flores y guirnaldas, los que buscan hueso piensan que consiguiendo la candidatura será suficiente. Pero dicen los que saben que no será así, ya que con todo y que el terreno quedó “planchadito” por la aplanadora priista gracias a la operación manejada desde el séptimo piso de la Estufa Mayor de la ciudad, podría haber algunas sorpresas debido a lo flaco que está la caballada.

Nuestros subagentes disfrazados de arrieros clientelares comentan que, por ejemplo, el que más se anda moviendo para prenderse de la ubre del erario federal es el mismísimo dirigente local priista, Francisco Dávila, quien piensa que la gente ya olvidó el berrinche que lo llevó a ser abanderado del PRD en una ocasión o que no sabe que hoy, siendo líder tricolor, es diputado por el partido palero PPC. Le sigue en suspiros el primer cobrador -perdón, regidor- Miguel Mery, a quien su patrón, Miguel Riquelme, ya le ordenó que saliera más a que le diera el sol para que se le bajaran los berrinches que constantemente hace por sus diferencias con la síndica Gabriela Casale, alias “Lady Cabildo”. Dicen que al coordinador de la bancada del PRI en el Cabildo le late muy fuerte su corazoncito cuando va a la Gran Tenochtitlán y ve a lo lejos el majestuoso Palacio de los “Moches”, también conocido como San Lázaro. Pero el que de plano grita a voz en cuello que la tiene muy segura es Román Alberto Cepeda, el trapecista agropecuario número uno de los dos últimos sexenios que mucha suerte ha tenido, y no por su capacidad como funcionario sino por la manera como ha logrado colarse. Parece ser que ya le tiene prendida la veladora a su padrino, el titular de la Sagarpa, Enrique Martínez, a ver si le escucha en sus plegarias.

***

Contrario a lo que se dice y se pregona entre los tres mosqueteros, que son cuatro, de la zona metropolitana de La Laguna, cada quien parece andar por su lado en el proyecto federal de transporte Metrobús que impulsa el preciso Enrique Peña Nieto. Pero todo indica que en este añejo plan, los alcaldes no tendrán ni voz ni voto y el jugoso contrato quedará en manos de una empresa muy bien apalancada con el gobierno federal. Y mientras que Miguel Riquelme, autoerigido jefe político de la comarca, se ha mantenido al margen y muy calladito con relación al proceso -tal vez porque su ruta troncal ya está bien definida y tiene amarrado el enjuague con los transportistas-, en Matamoros cuentan que el alcalde Raúl Onofre está que “trina” de coraje porque supuestamente no le construirán la terminal de camiones en su municipio sino que será en Torreón, a la altura del Manto de la Virgen, por lo que los miles de sufridos usuarios de la vecina ciudad se quedarían sin la tan cacareada conectividad. En Gómez, el otro Miguel, sigue de la greña con los concesionarios del pulpo camionero en el que hasta el más chimuelo masca tuercas bajo el cobijo de la CTM, además de que es el gobierno estatal de Jorge Herrera el que tiene el control (es un decir) del transporte. Y los transportistas ya dieron su no rotundo al paso del mentado Metrobús por el Miguel Alemán y pidieron que mejor pasara por el Periférico, y en esas andan atorados del otro lado del Nazas. Por si fuera poco, hay muchas complicaciones técnicas para el paso de los camiones articulados por las estrechas calles. En Lerdo, el profe Luis de Villa también tiene sus problemas de conectividad si el nuevo sistema de transporte se lo mandan por el Periférico. Y así cada quien sus broncas. Los maliciosos dicen que eso pasa cuando este tipo de proyectos los realiza una empresa foránea que desconoce la dinámica sui géneris del transporte lagunero y las necesidades de los usuarios. Por cierto ¿y las licitaciones para este proyecto y obra, apá?

***

Dicen que en la delegación Laguna I de la Procuraduría General de Justicia en el Estado, que comanda Gerardo Márquez, aún se oyen las fuertes carcajadas -¿o serán llantos?- generadas luego del anuncio de que el gobierno de Coahuila invertirá 100 millones de pesos para modernizar a la dependencia. Y es que nuestros subagentes vestidos de denunciantes de vuelta y vuelta nos informan que en las oficinas estatales no hay siquiera papel sanitario para las necesidades básicas, tampoco tóner ni hojas de máquina suficientes. Cuentan que las fotocopiadoras trabajan de milagro y punta de zapes y que las computadoras son tan viejas como el Atari. Por si no fuera suficiente, el suministro de agua de garrafón está más restringido que en la Franja de Gaza y los agentes del ministerio público y policías investigadores se quejan de que trabajan con las uñas. En el caso de estos últimos, si alguna víctima de delito -que, lo crea la autoridad o no, aún existen- busca atención a sus denuncias, tiene que darle un “apoyo” a los agentes y no es porque ellos lo pidan, ¡qué va!, sino por “obvias razones”. Y entre las risas y las precarias condiciones, tirios y troyanos se preguntan cómo se puede pensar en modernizar a la Procuraduría cuando falta lo más básico. Los maldicientes opinan que deberían empezar por poner atención en eso y hacer caso de las constantes quejas, a menos que en la urbe de adobe tengan pensado mandarles otro sustito impreso en una carta de renuncia obligatoria, como el del “error” de la semana pasada.

***

Quien de pronto parece más preocupado por presumir logros ajenos que propios es el mandamás de la provincia coahuilense, Rubén Moreira. Resulta que en la reciente visita que realizó a la frontera junto al director del Seguro Social, José Antonio González, el señor gobernador se mostró muy enjundioso al anunciar que “se confirma nuevo hospital del IMSS para Acuña”, según fue consignado en su comunicado oficial, con lo que da por hecho algo sin duda muy positivo para aquella ciudad. Pero tal vez no contaba con que el instituto fuera a mandar su propio boletín, en donde se dice una cosa muy diferente. En la citada misiva, el director del IMSS comenta que “se analiza la ampliación de la infraestructura hospitalaria en estos municipios (entre ellos Acuña)”, que no es lo mismo a decir que ya está confirmada. Este gazapo bien intencionado resultaría anecdótico a no ser por que el gobierno de don Rubén tiene una enorme deuda pendiente con los laguneros, quienes no ven la hora en la que se termine el tan anunciado, llevado y traído hospital general de Torreón, que ya tiene más de tres años y medio en construcción y al cual, por esta razón, ya se le conoce como el “nosocomio fantasma”. Los amantes del cuchicheo de café comentan que en vez de anunciar con bombo y platillo obras de carácter federal que no están aún amarradas, el gobierno estatal debería echarle todos los kilos -entiéndase pesos- para acabar la obra que tanto requiere esta enfermiza comarca. O quizá el respetable no ha entendido que esta es la nueva forma de gobernar. En fin, en estas tierras olvidadas de la diosa Prudencia, resulta una ardua labor descifrar los mensajes de las autoridades, cuantimás cuando son de distinto nivel de gobierno y sobre todo cuando son contradictorios.

***

Para nadie es un secreto que uno de los principales empeños del gran tlatoani de la República, Enrique Peña Nieto, es el de mantener una imagen positiva en “extranjia”, sobre todo en la nación del norte del río Bravo. Para ello, el gobierno federal gastó sólo en 2013 la friolera de 6.1 millones de dolarucos -es decir, unos 80 millones de pesillos- en cabildeo con los funcionarios del Tío Sam, según un reportaje publicado recientemente por un importante diario venezolano. Con esa cantidad, México no sólo es el país que más gasta en cabildeo -o “lobby”, como le llaman los gringos- en Latinoamérica, sino que ocupa el quinto puesto a nivel mundial. La gran pregunta que surge luego de observar tan elocuentes números es ¿de qué le sirve a Peña erogar tantos recursos del erario en este rubro si los principales temas que impactan a los mexicanos, como el de la seguridad transfronteriza y la Reforma Migratoria, nomás no avanzan en la agenda de la Casa Blanca y el Capitolio? Porque contrario a lo que se espera de una relación de “amistad” y “sociedad comercial” que tanto gustan pregonar en sus discursos los líderes políticos de ambas naciones, el primer sherif de Texas, Rick Perry, ya mandó a la tropa a la frontera para evitar que sigan cruzando paisanos y centroamericanos y hasta posibles “terroristas”. Los malpensados creen que más que a cabildear, a lo que van los emisarios mexicanos es a hablar bien de Peña y a recibir lecciones -disculpe, asesoría- en los temas que sí le importan a mister Obama y los suyos, como la puesta en venta del petróleo y el gas nacionales. Y ya de pasadita, a averiguar cómo andan los juicios contra prominentes y traviesos políticos priistas, entre ellos dos coahuilenses, sobre los cuales en este país de folletín nadie investiga nada.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1031052

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx