Recordar hoy a Víctor Urquidi es presentar a uno de los intelectuales que más influyeron en encauzar la comprensión de los factores que integraron la evolución de México durante el siglo XX y señalar las tareas que habrían de emprenderse para realizar un desarrollo equitativo y sustentable.
Economista que explicó los detalles de la marcha de nuestro país y la de América Latina, extendió sus estudios a muchos campos sociales. Exploró la simbiosis entre el desarrollo económico y las condiciones del medio ambiente para trazar rutas de investigación necesarias para identificar los pasos que hay que dar para logar un desarrollo socioeconómico que dé al individuo una existencia digna.
El doctor Urquidi confirmó su convicción de que el progreso del país tiene que cimentarse en el uso racional de los recursos naturales con políticas de una clara conciencia de los valores ambientales. Con el rico acervo de sus experiencias vividas en numerosos países el doctor Urquidi tuvo la autoridad para influir en decisiones del más alto nivel.
A fines del siglo XX expresó "Si México ha de entrar en el proceso del desarrollo sustentable, más allá de tenues políticas ambientales, tendrá que asumirlo como compromiso de toda la sociedad. Para ello se requerirá adelantar la democratización efectiva y participativa en el diseño de estrategias económicas a largo plazo, con autonomía de valoración, y revertir el deterioro ambiental, la creciente desigualdad social, la ineficacia del conjunto del sistema educativo, la insuficiencia de los programas de apoyo la ciencia y a la tecnología innovativa, incluida la referente a la comunicación satelital y por medios digitales, y alcanzar una congruencia general entre fines y medios…Éste será el gran desafío para el siglo XXI".
Tratándose de los años que se extienden al futuro, Urquidi reflexionó: "El tránsito hacia un desarrollo sustentable en México no podrá hacerse sin vincular entre sí la visión política con la estrategia económica, sin ligar estas visiones con una política social destinada a reducir la desigualdad y a generar mayor equidad en todos los órdenes, sin efectuar reformas profundas al sistema educativo y sin afirmar los valores culturales propios…otras múltiples consideraciones en un horizonte de largo plazo determinado entre otras cosas, por la dimensión de la población futura, su dinámica y sus cambios de estructuras y de localización territorial…son temas que deberían figurar en todas las agendas sobre el porvenir de la nación…la globalización, como quiera que se la juzgue como concepto, tenderá a ser el marco dentro del cual se podrán prever los resultados prácticos de las políticas de desarrollo."
Victor Urquidi, ilustre chihuahuense, presidente del Colegio de México entre 1966 y 1985, fue un promotor del pensamiento del Club de Roma que en 1972 lanzó al mundo su famoso informe "los limites al crecimiento". Desde entonces se intensificó su interés en analizar lo que tenía que ver con las perspectivas mundiales, y más directamente con México. La prospectiva es el método para prever los retos internos y los de fuera, y sopesar las respuestas más sensatas y socialmente equitativas.
Fue aquí donde don Víctor quedó vinculado con el Instituto Mexicano de Comercio Exterior que precisamente en los años setenta se empeñaba por ampliar y fortalecer la oferta nacional de productos a los mercados extranjeros a fin de agrandar el propio y con ello generar mejores condiciones de vida a la población. Con la racionalización de las importaciones para favorecer la agricultura y la industria nacionales tomando las tesis de CEPAL, coincidentes con las de Urquidi, se podía analizar la pertinencia de las compras al exterior y así precisar las necesidades del país comparándolas con las posibilidades de su producción nacional.
El IMCE invitó al doctor Urquidi a presidir el Comité de Prospectiva y se realizaron algunos estudios sobre las condiciones que pudieran afectar al futuro comercio exterior de México. Una de sus tareas fue proyectar posibles escenarios del Siglo XXI para los productos nacionales. Los resultados apuntaron a que las exportaciones más exitosas serían ciertos renglones agropecuarios así como los productos manufacturados de alto contenido de mano de obra. Hoy las cifras de nuestro comercio exterior confirman los pronósticos del Comité que el Dr. Urquidi presidió.
Van pues estas líneas en afectuoso recuerdo de uno de los grandes hacedores de nuestra cultura.
