Concentración y sobreestimulación
La concentración es la capacidad cognitiva que permite focalizar toda la atención sobre una idea, un objeto, una actividad o un estímulo en concreto. Mientras se mantiene la concentración los demás estímulos se perciben en segundo plano. Pero, qué pasa cuando se dificulta de forma permanente desconectarse de otros estímulos para dedicarse a una cosa en concreto.
La falta de concentración se define como una dificultad de desconectarse de otros estímulos tanto externos como internos para enfocarse en una actividad o idea en concreto.
Si la capacidad de concentrarse se ha deteriorado, ha disminuido o se ha visto perjudicada provisionalmente se habla de un trastorno.
Los trastornos de concentración pueden presentarse de diferentes formas y en cualquier etapa de la vida.
Es común que se hable constantemente de la falta de concentración que sufren los menores, específicamente en el ámbito escolar. Sin embargo, este problema en ellos suele ser por el excesivo tiempo que se exponen a otros estímulos como los aparatos electrónicos como la televisión o la computadora.
La falta de concentración puede tener diferentes causas, por ejemplo, el exceso de estímulos externos pero también puede ser consecuencia de enfermedades médicas o mentales que deterioren esta capacidad cognitiva.
DIFERENTES CAUSAS DE FALTA DE CONCENTRACIÓN
Algunas de las causas más comunes que provocan falta de concentración son las siguientes:
Falta de sueño.
Alimentación desequilibrada (falta de vitaminas y minerales, exceso de azúcar).
Estrés y síndrome de burnout.
Efectos secundarios de medicamentos.
Demencia.
Depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia cuando no se han controlado bien los síntomas.
Fármacos como barbitúricos o benzodiazepinas.
Enfermedad que produce pérdida o daño a las neuronas (enfermedad neurodegenerativa), como el mal de Parkinson, la enfermedad de Huntington o la esclerosis múltiple.
Jaqueca.
Problemas nutricionales (deficiencias de vitaminas tales como vitamina B12).
Exceso de estímulos externos tecnológicos como televisión, computadora, radio, celular.
DIAGNÓSTICO
En caso de falta de concentración que no es derivada de enfermedad médica o mental se puede acudir a un psicólogo para llevar a cabo una evaluación con métodos estandarizados que arrojan información importante con diferentes funciones cognitivas entre ellas la concentración.
En México los instrumentos psicológicos más utilizados son las escalas de Inteligencia de Wechsler. Existen tres escalas, la primera para adultos llamada Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos (WAIS) por sus siglas en inglés, la segunda es la Escala Wechsler de Inteligencia para Niños (WISC) y por último la Escala Wechsler de Inteligencia para preescolares (WPPSI). Estas escalas evalúan la capacidad cognoscitiva de la persona en dominios específicos a través de diferentes subpruebas.
Existen otros métodos estandarizados utilizados para la evaluación psicológica en cuanto a las funciones cognoscitivas como el DTVP-2: Método de la Evaluación de la percepción visual de Frostig que evalúa las habilidades de percepción visual y la capacidad intelectual general en diferentes dominios específicos. Otro instrumento psicológico es el Test Gestáltico Visomotor para niños “Bender” que proporciona la edad y el grado 'maduracional' del niño.
TRATAMIENTO
De acuerdo a la causa de la falta de concentración será el tratamiento.
En general es importante una alimentación baja en grasas y azúcares y rica en vitaminas y omega 3, que aporten mucha colina, niacina y selenio. Para que los niños aprendan a alimentarse correctamente los padres deben hacerlo primero.
Si la causa de la falta de concentración es el estrés se deben practicar diferentes técnicas de relajación como practicar yoga, sueño reparador, técnicas de respiración así como la relajación muscular progresiva.
Para mejorar la concentración existen diferentes ejercicios especiales muy simples, entre ellos son la búsqueda de diferencias en imágenes, crucigramas, rompecabezas, sudokus, entre otros. También llevar a cabo ejercicios cruzados en los que, por ejemplo, la rodilla derecha debe tocar el codo izquierdo, y a continuación la rodilla izquierda toca el codo derecho, como alternativa también puede frotarse la oreja izquierda con la mano derecha o en un día tratar de realizar la mayoría de las actividades con su mano que no es la predominante.
Construir un espacio cómodo libre de distractores externos que puedan perturbar la realización de tareas y un estado mental tranquilo es primordial para un óptimo funcionamiento y desarrollo de nuestra capacidad de concentración.
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