Ahora los sismógrafos, también llamados sismómetros, no sólo son capaces de avisar con cierto tiempo de oportunidad cuando se aproxima un sismo, sino que también señalan su intensidad y ubicación precisa. (ARCHIVO)
Un sismo es capaz de devastar ciudades y causar numerosas víctimas, como el que afectó hace unos días a China y ha dejado al momento más de 400 muertos.
Precisamente los chinos, fueron quienes se mostraron más conscientes de su peligrosidad y la necesidad de desarrollar algún mecanismo para prepararse cuando alguno estuviera amenazante.
Hacia el año 132 después de Cristo, fue Chan Heng quien desarrolló el primer sismógrafo rústico, el cual, según eHow, era una mezcla entre el arte y la ciencia.
Este consistía en una "veleta de terremoto", la cual tenía forma de un gran caldero de bronce con ocho dragones del mismo material que colgaban a su lado. En la boca de cada dragón se colocaba una bola suelta y debajo de ellos ocho sapos con las bocas también abiertas.
El proceder era sencillo, cuando la tierra se movía, algunas bolas caían de las bocas de los dragones a los sapos, lo cual, se un método muy rústico, avisaba sobre un temblor.
Ahora los sismógrafos, también llamados sismómetros, no sólo son capaces de avisar con cierto tiempo de oportunidad cuando se aproxima un sismo, sino que también señalan su intensidad y ubicación precisa.