Desde sus inicios, el desarrollo agrícola, pecuario, industrial y urbano de la Comarca Lagunera siempre ha estado sustentado en la disponibilidad del agua, lo que ha propiciado su auge económico y crecimiento urbano que ha distinguido a la región.
A diferencia de otras zonas del norte del país, donde el clima también es semidesértico, la Comarca cuenta con una mayor disponibilidad de agua, gracias a los escurrimientos que se captan en los ríos Nazas y Aguanaval y que se almacenan en las presas, y a las aguas subterráneas de los ocho acuíferos que existen en la zona, que representan una reserva de agua disponible durante todo el año.
Siendo el agua un elemento vital del medio ambiente, es un tema muy importante en la vida económica y social de la región, que se ha convertido en una preocupación que ha propiciado durante muchos años planteamientos y opiniones sobre la situación actual y futura de la disponibilidad de agua en Comarca.
El acuífero Principal en el valle ha sido suficiente para cubrir el abasto urbano que ha soportado el crecimiento de la zona conurbada, que desde 1950 hasta la fecha ha cuadruplicado su población. Si bien ha habido disponibilidad de agua y los sistemas han ampliado su cobertura para atender el crecimiento, aún existen deficiencias en los servicios de abasto en algunas áreas de las ciudades y de las comunidades, que son atribuibles a la operación de los sistemas abastecedores y no a la disponibilidad de agua del acuífero. Como muestra de lo anterior, destaca la apertura reciente de varios pozos en el área conurbada con abundantes caudales de agua que no son comunes en otras ciudades del norte del país.
La escasez de agua en algunos sectores de las ciudades, aunado a declaraciones pesimistas que han sido repetidamente expresadas a través de los años en los medios de comunicación, han dado motivo a una percepción distorsionada sobre una supuesta crisis de abastecimiento. A falta de información suficiente y fundamentada se han generado algunas corrientes de opinión catastróficas sobre la situación del agua, que generan preocupación y tensión bajo el supuesto erróneo y no sustentado de una crisis, que influye en el ánimo de la población y pudiera desalentar nuevas inversiones con efectos negativos en la generación de empleos, por lo que es muy importante que de manera responsable se analicen las distintas versiones sobre el tema al hacer un juicio sobre la disponibilidad real de agua en la región para valorarla en su justa dimensión.
Los estudios realizados recientemente muestran que la disponibilidad de agua en las cuencas de los ríos Nazas y Aguanaval, así como en las reservas de los acuíferos regionales, permiten asegurar el abasto actual y futuro de la población, siendo el volumen de agua de los ríos y del agua subterránea de los acuíferos mucho mayor que el consumo urbano, incluyendo el crecimiento esperado de la población en el largo plazo.
Aun cuando hay agua suficiente en la región para el abasto urbano, se trata de un recurso limitado, por lo que es importante que todos llevemos a cabo las acciones requeridas para hacer un uso eficiente del agua, reduciendo su consumo en todas las actividades a partir de un enfoque basado en la gestión del ahorro de agua. Por lo tanto, evitemos los dispendios y pérdidas por fugas en los sistemas agrícolas, industriales y urbanos.
