Siglo Nuevo

Shingeru Ban

El Pritzker 2014, recae en el arquitecto de origen japonés, reconociendo sus logros estéticos y su labor social.

Shigeru Ban durante una visita al Centro Pompidou-Metz, Francia, 2010.

Shigeru Ban durante una visita al Centro Pompidou-Metz, Francia, 2010.

Aldo Villarreal

El trabajo de este arquitecto japonés, ganador del Premio Pritzker 2014, es sinónimo de sencillez y practicidad, pero al mismo tiempo de conciencia del entorno y gran compromiso humanitario. En su obra el ojo encuentra el recreo que produce descubrir la elegancia de la simplicidad.

Shingeru Ban, procedente de Tokio, se formó como arquitecto en la Cooper Union de Estados Unidos. Actualmente opera despachos en la capital japonesa, Nueva York y París. Su trabajo abarca tanto proyectos de carácter privado y cívico, como proyectos de asistencia en casos de catástrofe. Entre 1995 y 1999, fue consultor para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados.

Su loable actitud ante diferentes desastres naturales le convierten en todo un referente de la arquitectura humanitaria. Tras el terremoto de Kobe, en enero de 1995, Ban asentó una serie de parámetros y medidas referentes a la construcción de viviendas temporales ante las denominadas “situaciones de emergencia”. Estos consistían en materiales baratos, métodos de construcción sencillos y adecuados aislamientos. Construidos gracias a la ayuda de diversos voluntarios y en poco tiempo, demostraron ser soluciones viables y eficientes para atender con urgencia las necesidades de cobijo físico y alivio psicológico de decenas de familias. Ello aunado a un interesante e indiscutible valor estético.

Sus mejores obras

A su historial de intervenciones tras terremotos levantando refugios, (Kobe, 1995; Turquía, 2000; Bhu, India 2001; Puerto Príncipe, 2010 o Oagawa,2011), han de añadirse los edificios de papel y cartón capaces de rehacerse pieza a pieza. Es el caso de La Iglesia de Papel de Kobe, construida por voluntarios en tan sólo cinco semanas, sin maquinaria pesada y a muy bajo costo, cuya finalidad residía en dotar de un templo a varios damnificados de un terremoto.

La Casa Curtain Wall.- Resulta sorprendente, simple y se convierte en una bella amalgama de lo viejo con lo nuevo, logrando combinar materiales contemporáneos en nuevas interpretaciones de los estilos tradicionales japoneses.

La cortina cubre dos plantas, encerrando así un espacio interior a la vez que revela un espacio exterior. Detrás de la cortina, varias paredes corredizas de cristal consiguen un interior aislado y privado. La cortina se convierte en un elemento arquitectónico capaz de vincularse a los elementos de diseño tradicionales japoneses (tales como las pantallas shoji y sudare y las puertas futurama). Las utópicas cortinas de Shigeru Ban, constituyen una solución arquitectónica simple y artística que funciona para la ventilación y que estéticamente resultan seductoras y manifestantes poéticas del flujo natural del aire.

El Pabellón de Japón Hannover (Alemania).- Contó con la colaboración de Frei Otto, quien le elogió considerándolo “un auténtico artista de la construcción, un arquitecto que entiende que las soluciones simples son a menudo las más complejas de desarrollar y que se mantiene constantemente abierto a nuevas ideas sin perder de vista sus objetivos”, y Buro Happold, quienes recurrieron a estructuras de cartón reciclado. El proyecto, de hecho, constituyó una etapa más de investigación acerca de las propiedades de este material.

La estructura tiene una superficie de tres mil 600 metros cuadrados y una altura de 16 metros. Combina una serie de arcos de madera laminada con una malla espacial de tubos de cartón de cuarenta metros de longitud y 12.5 centímetros de diámetro atados con cintas de poliéster. Los cimientos están forjados por una estructura de acero y tablones de madera rellenas de arena. La estructura de la sala se cubre con una membrana de papel, para la protección del fuego y del agua, especialmente diseñada en Japón.

Naked House.- En ella serían tres generaciones las que compartirían la vivienda, respetando el desarrollo en libertad de las respectivas actividades de cada miembro en un contexto de atmósfera compartida en el seno de una familia unida.

Ban propuso un espacio radicalmente amplio y diáfano, en el que destacaban cuatro ligeras cajas sobre ruedas. Una especie de celda móvil privada para cada miembro de la familia, en el que atendió las cualidades de la textura lumínica interior, creando diferentes capas de pieles: de paneles exteriores translúcidos a paneles de nylon en el interior, alusivos a la delicadez de los shoji.

Centro Pompidou, Metz.- Diseño presentado por los arquitectos Shingeru Ban y Jean Gastines, con la colaboración del estudio Gumuchdjian Architects, que resultó ganador en el Concurso Internacional convocado en 2003 para realizar el Centro Pompidou de Metz, una rama del Centro Cultural Pompidou de París que constituye el mayor espacio para exposiciones temporales fuera de la capital francesa. Sus tres galerías ofrecen cinco mil metros cuadrados para exposición, mientras que a su vez las áreas adicionales flexibles y adaptables se pueden utilizar también para la exposición de diversos objetos.

El origen conceptual de esta filial del Centro Pompidou parisino, fue la forma de un sombrero chino de paja, en cuyo patrón de tejido hexagonal, se inspira la impresionante cubierta realizada con madera laminada bajo la que se ubica el programa museístico y que contribuye a crear en el exterior una plaza pública.

Sistemas de división de papel

Ban explica que durante el proceso de trabajo tras el terremoto de Kobe, observó que el principal problema en la primera fase de una situación de evacuación de emergencia se situaba en la gran cantidad de personas refugiadas acogidas en grandes recintos donde debían compartir su espacio con desconocidos. Observó que la posibilidad de poseer un grado de intimidad era una cuestión crucial y determinante para dichas personas, quienes desacostumbradas a tener relaciones de proximidad con sus vecinos en su vida cotidiana se volvían más sensibles y vulnerables con la recién sufrida desgracia.

Decidió aplicar entonces y por primera vez, un sencillo y económico sistema de división en Fukuoka (2005): particiones de cartón que definían un territorio privado entre cada una de las familias refugiadas. La versión aplicada en Fukushima era un sistema compuesto de tres tubos de cartón de diferentes diámetros a la que se añadía una ligera cortina. Sólo era necesario cortar, taladrar y conectar los elementos componentes para obtener cualquier dimensión precisada.

Campues de IE Business School (Madrid, durante la inauguración del Pabellón de Papel de Shigeru Ban).- Realizado en asociación con el arquitecto Fernando Serrano-Suñer y ubicado en el campus de la escuela Instituto Empresa (IE), el pabellón construido en un plazo de doce semanas y planteado con carácter temporal, queda destinado a usos múltiples y se trata , por el momento, de la única obra construida por el japonés en España. Una estructura construida con más de 170 tubos de papel reciclado y nudos de conexión de madera de pino laminada, que se apoya en diez puntos del perímetro, de manera que su interior queda totalmente despejado, poniéndose de manifiesto el empeño y esfuerzo de Ban por recurrir al uso de materiales y técnicas locales: los tubos fueron fabricados en la localidad zaragozana de Pina de Ebro y los nudos de pino tallados por carpinteros madrileños. Para levantar el pabellón contó con la colaboración de los estudiantes IE University

Ganador del Pritzker

Su profesionalidad y su labor es sin lugar a dudas arquitectónica, pero también es cierto que va más allá, rompiendo esquemas y llevando a cabo cambios reales que se manifiestan en obras como las ya mencionadas. Es fundamental que un galardón como el Pritzker, que comenzó premiando hace más de tres décadas, a arquitectos de renombre como Luis Barragán u Óscar Niemeyer, entre otros, sea partícipe de la transformación a nivel mundial que está experimentando la arquitectura, cuya cabida es infinita y accesible a la mejora de la vida de un gran número de personas.

Precisamente en eso es en lo que reside la profesionalidad del arquitecto: ser consciente de que dispone de todas las herramientas para abogar por el bien común acorde a los tiempos actuales. Una construcción más comprometida con las personas que con el beneficio económico.

En este sentido, el arquitecto japonés apunta: “La mayoría del tiempo estamos trabajando para las personas privilegiadas que tienen dinero y poder, estamos contratados para visualizar su poder y el dinero con arquitectura monumental... pero yo sabía que muchas personas sufren después de los desastres naturales y el gobierno les daba instalaciones de evacuación muy pobres”.

Ante la noticia del premio, Ban ha manifestado que su propósito es continuar compatibilizando esa doble vertiente de su actividad como arquitecto: “Debo seguir escuchando a las personas para quienes trabajo, tanto si se trata del encargo de una casa particular, como en mi trabajo de ayuda en casos de desastre. Este premio es un acicate para continuar en lo que estoy haciendo y hacerlo mejor”.

La trayectoria de este arquitecto se distingue por un interés fundamental en la investigación a través de técnicas y materiales, impulsada por la motivación de usar lo existente de maneras distintas y proponer innovaciones estructurales, en las que se entrevé el peso de la tradición arquitectónica japonesa.

Lejos de modas, Ban asegura que la búsqueda de nuevas formas de construir las cosas, permite liberar al propio trabajo de la influencia de esos flujos transitorios, inclusive de la etiqueta 'sostenible' y 'ecológica' que se suele atribuir a su arquitectura. “Esta forma de trabajar surgió de manera natural en mí ya en mis comienzos, hace 30 años. Siempre me interesaron los materiales de bajo coste, locales, reutilizables”.

Indudablemente, esto le ha proporcionado al arquitecto de un conocimiento que le ha capacitado para estar a la altura en distintos tipos de construcciones: museos, sedes para empresas, viviendas privadas, bibliotecas, locales comerciales, iglesias, pabellones etcétera, sin olvidar su incansable compromiso altruista, con cabida para eficientes y factibles soluciones de emergencia ante situaciones de catástrofe.

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