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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Conforme pasan los días tras el berrinche que pegaron los ipecos laguneros que se sintieron madrugados por la ley de desaparecidos de Coahuila, se pone más en evidencia que dicha normativa es lo más parecido a una “ocurrencia del señor gobernador”. Y es que al natural reclamo por la monumental lavada de manos tipo Poncio Pilatos y el endoso a los empresarios de la manutención económica de las familias que tienen a un integrante desaparecido, se suman otros “pequeños detalles” que pintan un bonito cuadro en que los diputados locales aparecen legislando con los pies, o de plano en Babilonia mientras votan a favor de la propuesta de su jefe del Palacio Rosa. Resulta que además de contravenir a la Ley Federal del Trabajo, con la nueva norma las autoridades estatales pretenden obligar a empresas no instaladas en esta provincia a pagar salarios y prestaciones de las personas que desaparezcan en Coahuila.

O sea que el gobierno estatal no sólo no puede garantizar la seguridad de quienes viven o transitan por estos salvajes territorios, sino que además no se hace responsable y de paso le endilga a las empresas de otras latitudes la carga económica causada por su poca capacidad. ¡Qué chulada! Pero, como dijo el funambúlico filósofo dominical de las masas, aún hay más. Dicen los que saben que la legislación contempla otras bellas perlas como el hecho de que no se especifica cuáles son los familiares que tendrán derecho a cobrar los salarios y prestaciones y hasta qué grado de consanguinidad es válida esta prerrogativa. Además, se establece que los créditos a nombre del desaparecido serán condonados por las instituciones otorgantes y que cualquier persona que se presente como familiar del susodicho puede ejercerlo en un borrón y cuenta nueva, así que “seguramente” esta ley tendrá aplicación universal y será eleogiada hasta por las Naciones Unidas. Ante este cúmulo de pifias, don Rubén ha optado por la vieja estrategia de aventar la papa caliente y le ha pedido a sus subordinados -perdón, diputados- que ahí se pongan de acuerdo con los empresarios inconformes para encontrar una solución y que, de ser necesario, hasta pueden embarrar al Seguro Social para que se haga cargo, como si el IMSS no tuviera suficientes pasivos.

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En estos calurosos días poselectorales de vacaciones, programas suspendidos y obras tiradas, una incógnita recorre la Perla de La Laguna: ¿dónde está Francisco Saracho Navarro, secretario de Infraestructura de la “nueva forma de gobernar”? Nuestros subagentes, quienes se encuentran en plena pesquisa, solicitan al respetable que si alguien ve por ahí a este escurridizo funcionario, sería bueno que le preguntara la causa por la que no ha iniciado ninguna de las “grandes” obras anunciadas con recursos del Impuesto Sobre Nóminas (ISN) de 2014. Luego de la sesión en la que se dieron las albricias no ha habido reuniones, ni licitaciones, ni proyectos ejecutivos ni nada de nada. Pero esto no es todo, don Francisco tiene pendiente de entregar varias obritas, como la entrada principal a la Ciudad Industrial de Torreón, los famosísimos elevadores tipo montacargas del Sistema Vial Alianza, y el bulevar Laguna, mejor conocido como la “calzada encantada”, tras cuatro años en proceso de construcción. Las lenguas viperinas comentan que algo sucede con el secretario que parece tenerle fobia a Torreón porque no muestra el mínimo interés en hacer presencia en el tema de la obra estatal. ¿Será el calor lo que aleja a Saracho de esta polvorienta comarca? Y a propósito de polvo, los subagentes piden que, en caso de verle, también se le recuerde a Saracho que tiene “tiradas” desde hace varias semanas las obras de recarpeteo del “Bacheador y su cómplice el Chapopote” en las avenidas Álvarez, Zacatecas, Lerdo de Tejada y Arista, donde sólo se hizo el rayado en el viejo pavimento y así se dejó.

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Todo parece indicar que a los combativos vecinos de Torreón Jardín les salió el tiro por la culata. Nuestros subagentes vestidos de luminaria vandalizada nos comentan del gran problema en que se han metido los integrantes de la Asociación de Colonos de ese sector residencial, luego de que reclamaron airadamente al alcalde Miguel Riquelme por la ola de robos y asaltos que empezaron a sufrir pese a que desde hace años cuentan con vigilancia privada. Pues resulta que las exigencias que le hicieron a don Miguel para que se aplicara a brindarles lo que es su obligación como autoridad, llevaron a la realización de ciertas “investigaciones” que arrojaron algo de luz respecto a la oscura causa. Los resultados, dicen, no fueron muy buenos. La empresa encargada de la seguridad de la colonia al parecer no cuenta con registro y aunque tiene empadronados a 30 elementos como parte de su personal, sólo ocho hacen la supuesta labor de “matutes” privados. Dicen los que saben que esto puede ser la punta del hilo de una travesura cometida en perjuicio de los colonos del sector residencial que han estado pagando por tener liebre, cuando en realidad reciben gato. O bien, un ardid más de la administración de regresar con golpes las críticas que recibe.

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El cierre del grifo estatal de los recursos del impuesto al hospedaje para las Oficinas de Convenciones y Visitantes de Coahuila está siendo aprovechado muy bien por las huestes del alcalde de Torreón para hacerle montón a Gabriel Cornú Máynez, quien se ha eternizado cual dictador en el puesto de director de la asociación en La Laguna. Y es que, de acuerdo a los anales periodísticos, don Gabriel aparece enquistado en ese organismo desde tiempos inmemoriales, cuando la oficina se llamaba Promotora de Turismo y Convenciones, la cual surgió en el año del señor de 1998. Los antiguos registros hablan que desde sus primeros años dicha organización enfrentó problemas para su manutención, ya que muy pronto aparece el apellido Cornú vinculado a exigencias de más recursos para la promoción turística de esta paradisiaca región. Hoy, tanto el alcalde Miguel Riquelme como su director de Fomento Económico, Jaime Russek, han subido al ring en este asunto para asustar a don Gabriel instándolo a que transparente los recursos que ha utilizado y muestre los beneficios que supuestamente ha generado en materia de turismo en La Laguna. Frente a esto, el director de la OCV ha optado por guardar silencio y esperar a que el gobierno de Rubén Moreira dé señales de reactivar la entrega del apoyo, lo cual podría ocurrir de un momento a otro en algún instante de un futuro incierto. Pero Riquelme y Russek no sólo han salido a darle coscorrones a Cornú, sino que han dejado ver su clara intención de agenciarse el recurso con lo que se asumen de forma tácita como paladines de la transparencia y el buen ejercicio de los dineros públicos. ¿Qué tal, eh?

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Si algo hermana a Torreón con Gómez Palacio, eso es la falta de atención de los gobiernos provinciales por la preferencia que éstos tienen hacia las consentidas capitales. Nuestros subagentes disfrazados de bambalinas nos informan del gran descontento que existe en el ánimo culturero de la industriosa urbe de la antigua Santa Rosa por las convocatorias, festivales y programas lanzados por el gobierno de Jorge Herrera y que se concentran en la capital de los alacranes de dos y ocho patas. Tal es el caso de la Muestra Estatal de Teatro Durango 2014, organizada por el Instituto de Cultura del Estado, que de estatal sólo tiene el nombre ya que en los carteles sólo aparecen funciones en el teatro Victoria de la Perla del Guadiana y con grupos de la misma ciudad, como si en Gómez Palacio no hubiera público ni compañías de teatreros. Además, la mayor parte de las actividades, y las mejores, del Festival José Revueltas, que este año tendrá una edición especial, se llevarán a cabo -como siempre- en la muy beata capital. Pero si esto fuera poco, la gente del instituto parece haber consumado algo que ya se veía venir en años anteriores: el traslado de la ceremonia de entrega del Premio de Ensayo Literario José Revueltas a Durango, cuando desde hace casi cuatro décadas se lleva a cabo en la Casa de la Cultura de la vecina ciudad. Los maldicientes opinan que al zar de la cultura del estado, Rubén Ontiveros, le falta salir de los confortables recintos que habita y frecuenta para darse cuenta que Durango es más grande que el Valle del Guadiana.

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