El anuncio realizado el pasado lunes por el gobernador de Texas, Rick Perry, de destinar más de mil soldados para vigilar la frontera con México impacta directamente a Coahuila. El problema de la migración se ha agudizado en incluso se ha vuelto una costumbre ver por las calles de Torreón, o de otras partes del estado, a personas provenientes de países centroamericanos pidiendo ayuda.
Es importante señalar que México se caracteriza por ser un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. Su posición geopolítica respecto de los Estados Unidos constituye uno de los factores que más influyen en su política migratoria. Según la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, al año ingresan a México aproximadamente 150 mil migrantes indocumentados, la mayoría provenientes de Centroamérica. De acuerdo con organismos de la sociedad civil esta cifra asciende a 400 mil.
En este escenario el gobierno de Coahuila, así como los municipios, se ve en la necesidad de brindar servicios médicos, ayuda alimentaria. Por ejemplo en Saltillo el Hospital General atiende mensualmente a cerca de 20 migrantes por problemas de deshidratación y nutrición. En el aspecto de salud Torreón, Saltillo y Acuña son los municipios con mayor demanda, en el caso de Torreón y Saltillo por ser puntos de entrada y en Acuña por ser el municipio que más repatriados tiene.
El problema no es menor para la entidad ya que según el gobernador, Rubén Moreira, por Coahuila se deportan aproximadamente unas cien mil personas por las fronteras de Piedras Negras y Acuña. Muchos de los deportados son originarios de los estados de occidente mexicano, que prácticamente tienen que rodear hasta mil kilómetros para llegar a sus hogares.
El siguiente dato da luz sobre la gravedad del problema: en lo que va del presente año 5 mil paisanos han sido repatriados por la frontera de Piedras Negras según informó el Instituto Nacional de Migración. Dicha cifra representa menos del 20 por ciento de lo registrado durante todo 2013.
Un dato más: en 2013, el DIF de Acuña y Piedras Negras atendieron a mil menores de edad que fueron deportados. En estos municipios es común ver a decenas de niños caminando solos o acompañados, los cuales vienen huyendo de la violencia que existe en sus países de origen principalmente en Nicaragua y Honduras.
De acuerdo al gobernador, Rubén Moreira, la migración afecta a cada municipio de manera distinta. En Acuña las estimaciones son que al año llegan 50 mil deportados, que representa la mitad de su población, lo que es un problema porque no tiene capacidad para recibir a tanta gente que está varada por días o semanas.
Mientras que en Piedras Negras la cifra es similar, pero con la ventaja de que permanecen por menos tiempo, ya que la ciudad cuenta con conexiones ferroviarias, aeropuerto y líneas de autobuses, por lo que la estancia en este municipio es breve.
Muchos de los migrantes centroamericanos por su paso por México sufren vejaciones tanto de policías como de grupos de crimen organizado, el pasado 24 de julio El Siglo de Torreón publicó la historia de Alberto, oriundo de un pueblo de Chiapas en la frontera con Guatemala, quien fue secuestrado por un grupo de personas que le prometieron llevarlo a Estados Unidos por tres mil dólares.
Alberto formaba parte de un grupo de 26 personas, hombres y mujeres la mayoría de origen centroamericano, que fueron secuestradas durante 14 días en Piedras Negras.
"Durante las dos semanas que estuvo secuestrado, Alberto sufrió abusos sexuales en repetidas ocasiones, al igual que otros hombres y mujeres que se encontraban con él", consigna la nota de Violeta Rodríguez.
De acuerdo a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en los últimos dos años un total de 21 denuncias han sido interpuestas por agresiones contra migrantes, de un caso correspondió a 14 migrantes que fueron privados de su libertad. Sin duda la cifra negra es mayor, ya que las violaciones en contra de los derechos humanos de los migrantes están a la orden del día. De acuerdo a reportes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos "como resultado de su especial situación de vulnerabilidad existe un bajo índice de denuncia entre la población migrante que ha sido víctima no sólo del delito, sino de violaciones a sus derechos humanos en general. El número de quejas de las y los migrantes es mucho menor al de los casos de agravio cometidos en su perjuicio porque tienen clara su prioridad: llegar a su lugar de destino sin ser detectados".
Es cierto, el problema de migración no se origina en Coahuila, pero sí afecta al estado que se ve rebasado. No se debe perder de vista que el aumento de la pobreza, la disparidad de salarios, el desempleo, los diferencia en expectativas de vida y la brecha educativa, son factores que están directamente relacionados con el fenómeno.
En el estudio "La era de la migración. Movimientos internacionales de población en el mundo moderno, de Stephen Castles y Mark J. Milleri se señala que la era de la migración se caracteriza "por la globalización de la migración, es decir, cada vez más países se ven afectados por los movimientos migratorios provenientes de una diversidad de áreas".
El problema ya está aquí, ahora ¿qué hacemos con los migrantes que merecen un trato humanitario? A lo largo y ancho del país se cuentan historias de los abusos de las autoridades y del crimen organizado.
En 2011 la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió un dictamen donde recomendaba: "Capacitar a sus funcionarios en materia de detección y atención a migrantes víctimas de secuestro, así como en materia de no discriminación y derechos humanos de esta población.
"La migración en México no debe abordarse únicamente desde la perspectiva a la seguridad nacional, sino como un tema de desarrollo y goce de los derechos más esenciales de la persona".
Por desgracia en el tema de la migración, como en muchos problemas que enfrenta el país, existen los diagnósticos y las posibles soluciones mismas que no se aterrizan en políticas públicas o lo que es peor se convierten en letra muerta.
Twitter: @lharanda
