El número de personas deportadas de Estados Unidos por la frontera de Coahuila se ha duplicado en un año.
Mientras que en 2013, según datos de la oficina de Derechos Humanos del Gobierno de Coahuila, los repatriados por Piedras Negras y Acuña sumaban 50 mil al año, en 2014 el gobernador Rubén Moreira calcula que serán 100 mil.
Debido a lo anterior, el titular del ejecutivo estatal pidió a las autoridades federales estadounidenses y mexicanas que el regreso de los migrantes también suceda por otras fronteras.
Explicó que para los deportados, entre los que hay connacionales y centroamericanos, trasladarse a sus estados de origen significa aumentar hasta mil kilómetros su trayecto ya que tienen que rodear para llegar a Saltillo o Torreón.
En Acuña las estimaciones son que al año llegan 50 mil deportados, que representa la mitad de su población, lo que es un problema porque no tiene capacidad para recibir a tanta gente que está varada por días o semanas.
En Piedras Negras la cifra es similar, pero con la ventaja de que permanecen por menos tiempo, ya que la ciudad cuenta con conexiones ferroviarias, aeropuerto y líneas de autobuses, por lo que la estancia en este municipio es breve, además que hay otras ciudades a su alrededor que le ayudan a amortiguar la carga.
Moreira comentó que hasta hace unos días el estado de Chihuahua no estaba recibiendo a los migrantes, por lo que las personas son repatriadas por las fronteras coahuilenses.
Mencionó además que otra problemática es el contraflujo de inmigrantes centroamericanos que se ha incrementado considerablemente y que ha rebasado la capacidad de los escasos albergues creados por organizaciones sociales.
Bajo este panorama, el gobernador informó que se instalarán más comedores en Acuña y Piedras Negras y una Casa del Migrante en Ramos Arizpe. Y en Torreón plantea trabajar en coordinación con el DIF municipal.
