Apuesta. Ante la inversión que requiere, las instituciones prefieren destinar recursos a la prevención por ser más económico.
Si bien la inversión puede variar por diferentes factores, las estimaciones indican que cada paciente con problemas derivados de la obesidad y el sobrepeso representa un gasto de entre 600 mil y 700 mil pesos por año.
A un paciente se le deben realizar análisis de laboratorio, dependiendo del control que se lleve, cada uno o dos meses; la hemoglobina glucosilada se practica cada cuatro meses y los ajustes de medicamento, que pueden variar dependiendo de las etapas y la respuesta que presente, entre otros aspectos y padecimientos que pudiera llegar a desarrollar, hacen que el cálculo sea incierto y varíe por persona.
"Es un tanto difícil, pero yo creo que pudiéramos calcular más o menos que un paciente, por año, se estaría gastando unos 600 o 700 mil pesos", explicó Eduardo Díaz Juárez, secretario de Salud estatal.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Salud Pública, Durango pasó del lugar cuatro al 19 entre 2006 y 2012, en prevalencia de obesidad y sobrepeso.
En ese renglón, en menores de cinco años de edad, Durango ocupó el lugar número 19 a nivel nacional; en el rango de cinco a 11 años, se desplazó hasta el lugar 21, y en adolescentes ocupó el lugar 19 de todo el país. Mientras que en adultos apareció en el sitio 20.
La Secretaría de Salud estatal contempló un presupuesto de 40 millones de pesos destinados específicamente a Medicina Preventiva, mientras que para la adquisición de fármacos y enfermedades crónicas no transmisibles se contempló un recurso de otros 70 millones de pesos.
El tabaquismo, las enfermedades cardiovasculares e hipertensión, problemas derivados de la obesidad y el sobrepeso, están consideradas como factores en hasta el 90 por ciento de los casos de pacientes hospitalizados o que fallecen de infarto.
Van por la prevención
La Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE lanzaron la Estrategia Estatal para la Prevención y Control de Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes.
La propuesta contempla acciones, aunque en algunos casos no de manera específica, que van desde la promoción de la salud hasta la regulación de productos y servicios. Se implementarán acciones para promover una correcta atención, desarrollar entornos saludables en escuelas y sitios de trabajo, actividades en espacios públicos y el “impulso de políticas públicas saludables”. En materia de prevención, contempla mecanismos para detección temprana de padecimientos no transmisibles, así como un sistema de monitoreo que recopile y emita información sanitaria y reúna periódicamente datos sobre los factores de riesgo.
Se prevé una regulación sanitaria y política fiscal que permita tener una vigilancia en alimentos y bebidas, así como en la publicidad de dichos productos en medios masivos. Se buscará que las empresas productoras coloquen las etiquetas frontales con la información nutrimental para que el consumidor tenga elementos suficientes para decidir su consumo.
