Al llegar a Torreón los migrantes tienen pocas opciones de auxilio. No hay suficientes espacios donde puedan recibir apoyo ni señales que les indiquen dónde se ubican las casas o los lugares para pasar la noche o recibir alimentos.
Los migrantes en su mayoría duermen bajo el puente frente a Peñoles. Quienes logran llegar a los albergues, se topan con limitantes.
En la casa del migrante de la colonia Las Julietas el servicio es de nueve de la mañana a cuatro de la tarde. No pueden pasar ahí la noche, por lo que los migrantes son canalizados a la Posada del Peregrino de Cáritas Torreón, pero en ocasiones no reciben a menores de edad.
Miguel Ángel Cervantes, encargado de la parroquia de Santa Cecilia dijo que el Centro de Día "Un Paso a la Esperanza, Jesús Torres Fraire" fue inaugurado en febrero, pero no ha podido ser utilizada porque recientemente les robaron el cableado y resulta costoso reponerlo. Actualmente siguen en la casa ubicada en la colonias Las Julietas donde son apenas dos cuartos y el baño.
Pese a los esfuerzos que realizan voluntarias y voluntarios, las necesidades son constantes. Falta ropa, zapatos y medicinas para atender a los migrantes.
Lilia de los Santos, encargada de la casa dijo que reciben a migrantes mexicanos, algunos de ellos deportados, y centroamericanos. La mayoría llega en estado de deshidratación y con los pies lastimados por el viaje.
"Algunos hacen veinte minutos o media hora desde el tren hasta la casa o al comedor. Hay unos que llegan a bañarse y se van, otros que se esperan y luego siguen su camino. En la noche cerramos, las muchachas del comedor son las que hablan para ver si los aceptan en Cáritas".
Como informó ayer El Siglo de Torreón, al albergue Santa Cecilia llegó hace cinco días llegó Alberto, un migrante originario de Chiapas que en Piedras Negras fue víctima de secuestro y abuso sexual.