La muerte de Villa
Fue el 20 de julio de 1923 aproximadamente a las ocho de la mañana cuando sonaron las descargas de las carabinas 44/40 y 30/30, en grupo de guerrilleros comandados por Melitón Lozoya fueron las que realizaron esta cobarde masacre.
A los 90 años de su muerte, todavía se le recuerda como El Brazo Armado de la Revolución y Jefe de División del Norte. Como es el conocimiento de todos con la Toma de Ciudad Juárez, de Torreón y de muchas ciudades más fue como hicieron renunciar al gobierno tirano de Porfirio Díaz.
Más tarde volvió a tomar Torreón y Zacatecas cuando Victoriano Huerta asesinó al Presidente legítimo Don Francisco Ignacio Madero y con esta Toma hicieron también renunciar a Don Victoriano Huerta.
Hasta esta fecha es el que más corridos tiene y más libros ha escrito en su recuerdo o en su memoria y también el mexicano más famoso o conocido en todo el mundo.
No fue presidente de la república porque no era ambicioso aunque estuvo sentado en la silla dijo que él no era de silla Presidencial que él era de silla de Caballo por eso es conocido como “El Centauro del Norte”.
En lo particular, me gustaría muchísimo que hubiera sido presidente de la república, ya que su vida fue de altas y bajas.
Después del accidente de una de sus hermanas se fue para la sierra y anduvo a salto de mata perseguido por los rurales y autoridades de este tiempo. Así fue como conoció a los bandidos Ignacio Parra y el verdadero Pancho Villa.
En un tiroteo con los rurales muere el verdadero Pancho Villa dejando su nombre de Doroteo Arengo Arámbula, así fue como llevó el nombre de Don Francisco Villa, cierto, fue bandido robavacas, carnicero revolucionario, así lo marcó la historia no porque él lo halla querido sino que fueron las circunstancias del destino.
Los vecinos de Estados Unidos profanaron su tumba para quitarle la cabeza y estudiar su inteligencia, nada más que se equivocaron lo que lo hacía valer eran los huesos que se cargaba.
Es muy extensa la vida de Pancho Villa, este texto es para hacerle un recordatorio.
Soy apasionado de la historia de México y de la vida de Pancho Villa, uno de los ejemplos que como sociedad mexicana debiéramos tener, no me cabe duda alguna.
José Ángel López Pérez,
Gómez Palacio, Durango.
