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Solo y Sin Marca

Alex Rodríguez

Mi amigo y exitoso escritor lagunero Carlos Velázquez mencionó en su gustada columna que lo peor del Mundial habían sido los comentaristas. Yo me había quebrado la cabeza intentando hacer una balanza final sobre qué había sido lo mejor y lo peor del certamen, ejercicio que realizo anualmente no sólo en futbol, sino en los estrenos de cine y en el ámbito literario de los libros que cayeron en mis manos.

Había pensado en el penoso paso de España, los fracasos italianos y portugueses, en la sobrevalorada y estancadísima selección de Inglaterra o en la ya multimencionada humillación de Brasil. El futbol se puede analizar desde muchos ángulos y una competencia global como la que tuvimos debería dar riqueza en análisis, evoluciones o involuciones históricas y quizá, hasta un por qué y un para qué y un de dónde viene y hacia dónde va, de la actuación de tal o cual equipo, jugador y/o entrenador, con todo su entorno social y hasta político.

El latoso del señor Velázquez tiene razón: lo peor del Mundial fueron los comentaristas. La verdad ya no sé si él fue quien lo dijo, pero no estoy para corroborarlo, y total, suena a algo que él hubiera dicho. No importa en qué canal se sintonice, a qué hora, con qué analistas y/o vendedores de productos disfrazados de comentaristas se vea en televisión. Se dice lo mismo. Se utilizan normalmente palabras como "continuidad", "proceso", "el técnico tiene la última palabra", "el futbol es así", "los grandes", "los históricos", sentencias pronunciadas con aires de intelectualidad que son puramente vacío. Rara vez hay un real análisis, una nutrida crónica, un punto de vista propio. Se repite lo mismo y se hablan generalidades y obviedades con cara de aristocrático inglés: "Fracaso del equipo brasileño", "Se esperaba más de Messi", "Robben es un gran jugador", "El equipo español envejeció", "Costa Rica dio la sorpresa", "México, Colombia y Chile jugaron muy bien". ¡Ah! ¿A poco? Lo bueno que todos vimos esos programas para enterarnos.

Hace poco escuché a un comentarista local diciendo que la estrategia en el futbol no existe. Todo análisis (para mí) parte de analizar la estrategia. Y si de entrada no la sabemos ver, por eso el periodismo deportivo está como está y sólo se repiten una y otra vez obviedades, ahí va otra: "Argentina perdió mucho con la lesión de Di María". Pues sí. Claro. Obvio. Recontraclaro. ¿no? Pero parece que hay que ver programas en donde eso se repite durante dos horas para entenderlo.

Son como los escritores que se la pasan haciendo palíndromos, escondiéndose en sus juegos de palabras y sin crear realmente nada importante, sin señalar a su sociedad (futbolística, en este caso) sin reflejar el presente, sin analizar el pasado, sin proponer o proyectar un futuro. ¡Bienvenida la Liga MX!, dicen. ¿Cómo para qué? ¿Para decir todo el año que Chivas está obligado? ¿Que a Cruz Azul le urge un título? ¿Que América es diferente? ¿Que Pumas debe respetar su esencia? ¿Su esencia, neta (perdón la expresión)?

Para colmo, hay comentaristas que se levantan el cuello diciendo que son científicos del análisis deportivo. ¡Científicos del análisis deportivo! Dios mío. Con razón André Bretón quedó entre espantado y emocionado por el surrealismo mexicano.

Yo estoy desencantado. Busco columnistas españoles y argentinos y vaya que me lleno de placer. Y no por malinchista, sino porque en su forma de redactar, de ver, de escribir, se nota que incluso viendo futbol, tienen un bagaje cultural que en México muy, pero muy pocos tienen y que por eso jornada tras jornada nos dan más de lo mismo.

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