Hasta su libertad le llegó a costar a Goodyear el desarrollo del caucho vulcanizado, pero el resultado cambió la historia. (ESPECIAL)
¿Imaginas que se utilizara un caucho que se congelara y agrietara con las temperaturas muy frías y que se convirtiera en una goma pegajosa en el verano?
Esa era la realidad del caucho natural tan popular en 1830, pero tan poco práctico. No obstante, una persona dedicó más que su vida a cambiar esa historia.
Esa persona es Charles Goodyear, quien durante años trató de encontrar una alternativa. Tras tiempo experimentando, había contraído tantas deudas de sus investigaciones que terminó en la cárcel, pero ni ahí se detuvo.
Según LaTercera, cuando Goodyear recobró su libertad, volvió a su laboratorio donde cierta ocasión, sin pretenderlo, apagó las luces y vació accidentalmente el contenido de sus frascos con plomo, azufre y caucho en una estufa caliente.
La sorpresa fue que la mezcla no estaba derretida, sino carbonizada y además se mantenía elástica. Tal fue el origen del caucho vulcanizado, que, como se sabe, dio también buenos resultados en temperaturas bajo cero.
