Destacan. Maestros, los 9 alumnos ganadores de escuelas públicas laguneras este año en la Olimpiada del Conocimiento y sus padres.
Ubicarse entre los mejores alumnos del estado es una labor destacable para estudiantes y maestros, pero lo es aún más cuando destacan no una vez, sino dos o hasta siete y son de escuelas rurales en donde las condiciones de por sí son adversas.
Este es el caso del maestro Francisco Javier Reyes Peralta que ha posicionado a siete alumnos entre los mejores de Coahuila en la Olimpiada del Conocimiento Infantil en igual número de ocasiones consecutivas.
Él imparte clases en el ejido Flor de Mayo, municipio de Viesca, que enfrenta serios problemas, entre ellos la escasez de agua.
Por eso, el trabajo del docente es para reconocerse y admirarse, pues los resultados son producto de un trabajo en equipo que hace con padres y alumnos, pero por iniciativa propia.
El maestro no toma "puentes", trabaja los sábados y las vacaciones de Semana Santa, sólo respeta los días Santos, sin recibir retribución alguna a cambio.
"Es mucho el esfuerzo porque me gusta mi trabajo y tenemos ganas de llegar a donde queremos llegar. Los sábados repasamos los contenidos para que los niños al competir sean más eficientes, es un sacrificio de padres de familia, compañeros maestros, de los alumnos, pero estamos muy contentos con los resultados", dice.
Este año no fue la excepción para la escuela primaria Constituyentes del 57 que se ubica en Flor de Mayo y también estará representada por el alumno Édgar Tahir Castro Hernández, en la ceremonia a la que asisten los ganadores del concurso y en donde conocen al presidente de la República, que en este caso es Enrique Peña.
A pesar de que ha sobresalido en tan importante concurso, las autoridades educativas no han mejorado las condiciones de la escuela ni han "aterrizado" programa alguno para que los alumnos y maestros trabajen en mejores condiciones.
Otro caso de éxito es el del profesor Gerardo Ávila Campos, quien por segundo año consecutivo estuvo en los primeros lugares de la Olimpiada del Conocimiento y su alumna, Thaily Danitza Zúñiga Escobedo, viajará a la Ciudad de México a conocer al presidente.
El maestro tiene cinco años ejerciendo la docencia, tres de ellos frente a grupos de sexto grado. El éxito que ha obtenido junto con sus alumnos, también ha sido producto del esfuerzo.
"Yo trabajo de 8 de la mañana a 4 de la tarde, la escuela es de doble turno, pero sólo para cuatro grupos y hay la libertad para trabajar con los alumnos de sexto".
Dice que el material que lleva para la preparación del examen sale de su bolsa, pues no debe ser impedimento para avanzar.
El maestro dice que en las escuelas rurales como la Braulio Fernández, del ejido San Isidro, de Viesca, donde trabaja las condiciones son más difíciles.
"En el ejido los padres no cuentan con mucha escolaridad, muchos niños desertan por falta de apoyos., en mi escuela falta infraestructura, no hay cancha de usos múltiples, no hay agua en los baños, en los bebederos", dice.
Ambos coinciden en que las carencias no han sido una limitante ni para ellos ni para sus alumnos, pero sí les implica redoblar esfuerzos, por lo que consideran que estas escuelas deberían ser más consideradas por las autoridades por los resultados que están dando.
Además de que estos alumnos brillantes deben tener un seguimiento, pues a la fecha no han visto programa alguno que se aplique para asegurarse que terminen su educación profesional. En el caso de los siete alumnos que fueron a México de Flor de Mayo, dos de ellos ya están en una maquiladora, pues sus padres no tuvieron recursos para darles la universidad y por la lejanía con Matamoros o Torreón, simplemente no pudieron.
Además ni Édgar ni Thaily contaban con beca hasta antes del concurso, pues según autoridades educativas se les proporcionará una de mil pesos mensuales, por parte de la fundación de un banco, no del gobierno ni de la SEP.
