De acuerdo con Miguel Alonso Hernández, del comité organizador, hay un grupo que quiere cambiar la ruta tradicional de la marcha, que desde el año 2000 llega al Zócalo. (Archivo)
Organizadores de la ya tradicional marcha gay en la Ciudad de México temen que no puedan culminar la manifestación, programada para el próximo 28 de junio, en la plancha del Zócalo.
De acuerdo con Miguel Alonso Hernández, del comité organizador, hay un grupo que quiere cambiar la ruta tradicional de la marcha, que desde el año 2000 llega al Zócalo.
La postura de la marcha LGBTTI es clara. Según su coordinador, no van a aceptar la ruta alterna, ya que esto sería "agachar la cabeza y aceptar que somos ciudadanos de segunda".
El activista remarcó que tanto a médicos, con el movimiento #YoSoy17, como manifestaciones religiosas han alcanzado el Zócalo, por lo que consideró una obligación del gobierno permitir a toda manifestación social expresarse en este representativo punto de la ciudad.
La preocupación de Hernández se debe a la aparente autorización del gobierno capitalino para que un grupo ajeno a la organización de la marcha divulgue una ruta diferente a la tradicional.
"Hemos visto en los posters de este comité los logos del GDF; no hemos visto que el GDF se desmarque de ello", señaló en entrevista radiofónica.
Desde 1979, año en que en México se realizó una marcha conmemorativa de la rebelión Stonewall, se ha realizado el desfile de la comunidad gay. Sin embargo, Alonso Hernández comentó que la postura del movimiento ha evolucionado con el tiempo.
"nuestra postura es señalar al presidente de la comisión de las familias, señalar los crímenes de odio, señalar varios grupos dentro del colectivo, como adultos mayores, grupos originarios", indicó.
Miguel Alonso recalcó que la comitiva original pidió desde diciembre el Zócalo y que, apenas hace unas semanas, se les quiso cambiar la ruta, con el pretexto de que la selección mexicana de fútbol jugaría, precisamente, el sábado 28 de junio, sin embargo el partido de la selección será el domingo.
"Esta es la oportunidad de oro del GDF para demostrar que en la Ciudad de México no hay homofobias, sino que el fútbol soccer y la diversidad sexual podemos convivir plenamente", dijo y recordó las acusaciones de racismo hechas por la FIFA a los aficionados mexicanos en Brasil.
