Consultas. El Instituto Nacional Electroral ha recibido multiples consultas con relación a la operacón de los OPLE.
En medio de la incertidumbre por la transición de institutos electorales estatales autónomos a Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), y sin que la Constitución de ninguna entidad se haya homologado a la Reforma Electoral, el Instituto Nacional Electoral (INE) comenzó a recibir múltiples consultas sobre atribuciones. Los consejeros del INE conocieron ayer martes peticiones de institutos en extinción de los estados de México, Guerrero, Jalisco y Distrito Federal, entre otros, respecto a sus facultades para realizar tareas de redistritación, concurso de plazas, capacitación organización electoral y compras.
Por ello, los consejeros Javier Santiago Castillo y Arturo Sánchez Gutiérrez anunciaron que el instituto prepara una respuesta genérica a esas inquietudes para aclarar que los institutos ya no deben realizar tareas que la Constitución dio a ese órgano nacional.
El INE conoció sobre esas consultas y determinó emitir criterios generales para que no se inicie ninguna actividad hasta en tanto no se revise caso por caso la situación en cada estado.
El consejero Javier Santiago Castillo atribuyó las dudas a la transición de un modelo descentralizado a uno híbrido, en que el INE es autoridad nacional para algunas tareas.
Por ejemplo, la Constitución dio al instituto la facultad de "atracción" y "asunción" de elecciones locales -si hay causales y así se dictamina- o bien, de capacitación a nivel nacional, pero también con posibilidad de que deleguen esas funciones, además de que el INE realizará la redistritación nacional y federal.
Al asumir la organización de un proceso interno partidista, el Instituto Nacional Electoral (INE) prevé replicar el esquema de una elección constitucional, de modo que se garanticen los principios rectores de la función electoral: certeza, legalidad, máxima publicidad y objetividad. Según un borrador del Reglamento para la Organización de la Elección de los Dirigentes de los partidos, al atraer un proceso partidista, y una vez establecido por el instituto político el método y los niveles de elección, éste quedaría fuera de las decisiones organizativas y podría participar, con voz pero sin voto, en las reuniones de las comisiones que ya para entonces asumirían las tareas.
