Marcha. Asamblea celebrada en San Bartolo Ameyalco, en la delegación Álvaro Obregón.
La golpiza que recibieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) el miércoles pasado en San Bartolo Ameyalco, y que dejó como resultado a más de 50 agentes lesionados, dos de ellos en coma (uno en condiciones críticas) encendió los ánimos entre los policías, quienes piden apoyo de parte de sus superiores para que una situación similar no vuelva a ocurrir.
Solicitan herramientas con qué defenderse, respaldo de las autoridades si levantan la mano contra los manifestantes y, sobre todo, apoyo, pues en este incidente, aseguran, la mayoría de los uniformados ni siquiera habían comido y otros tenían 12 horas continuas trabajando, y cuando solicitaron por el radio el relevo nunca los ayudaron.
"Nos mandan a la guerra sin fusil, somos carne de cañón. Nos agarran como quieren, nos mad... hasta el cansancio y nosotros no podemos meter las manos, no podemos defendernos, y ahí están las consecuencias. Si no son los anarquistas son los maestros, los ambulantes o los de cualquier pueblo. Se supone que somos la autoridad y no sirve para nada porque nadie respeta el uniforme", asegura el oficial Ortiz (cuyo nombre se omite por temor a represalias), miembro del grupo antimotines y uno de los policías que participaron en el operativo de Ameyalco.
Afirma que fueron "madreados" y, pese a eso, reciben críticas por parte del personal de Derechos Humanos. "¿A nosotros quién nos apoya, quién nos protege? Sólo cumplimos órdenes y ni los jefes nos apoyan", dice.
El policía asegura que es urgente que cuenten con protección legal para que cuando se autorice el uso de la fuerza no sean ellos los castigados.
