EL SIGLO DE TORREÓN
Cada una de las etapas del matrimonio es bonita, pero ¿qué podemos decir del primer año de casados?
El aprendizaje, las anécdotas y las experiencias de los recién casados son muchas y para conocer más sobre algunas de ellas, visitamos en sus cálidos hogares a dos jóvenes parejas.
Ángel y Sabina Sobrino
A pesar de que muchos les habían dicho que el primer año de casados sería el más difícil, Ángel y Sabina Sobrino han descubierto lo contrario.
Están conscientes que siempre existen problemas, pero lo importante es salir adelante tomando en cuenta el apoyo y la ayuda que se puedan dar el uno al otro. Han aprendido mucho del matrimonio y saben que el compartir y el sentido de responsabilidad son detalles que no hay que olvidar.
Dicen por ahí que nunca terminas de conocer a una persona y al respecto, la feliz pareja comentó que efectivamente siguen conociéndose y enamorándose aún más.
Por ejemplo, existen detalles ?que recordaron con humor- que no conocían del otro. En ocasiones Ángel salpica agua del lavabo del baño y Sabina tiene que decirle que lo haga con más cuidado para que no ensucie. Él no se quedó atrás y la delató rápidamente, quien acostumbra dejar algunas cosas del baño fuera de lugar, por lo que también le llama la atención: ?Son detalles mínimos que no afectan nuestra relación, al contrario, vas conociendo mejor a la persona?, coincidieron.
Su relación de novios duró aproximadamente tres años y fue un cinco de abril de 2003 cuando la joven pareja tomó la decisión de formar su propia familia. Llegaron al altar de la capilla de San Pedro Apóstol y de ahí, festejaron su enlace en el Parque España.
Ahora, después de 11 meses recuerdan con alegría esas fechas: ?Se nos ha ido volando el tiempo?.
En la colonia Navarro establecieron su hogar, en donde pasan la mayor parte del tiempo en el cuarto de televisión, es de sus lugares preferidos.
Respecto a su rutina diaria, platicaron que los dos se levantan temprano para hacer algo de ejericicio, después regresan a desayunar juntos y luego se van a trabajar. Procuran hacer las tres comidas juntos ya que dicen que así fomentan la unión y la comunicación.
Como a Sabina le encantan las ?migas?, su esposo en ocasiones la consiente y él mismo las prepara, ?todo depende de cómo andemos de tiempo?.
A él le gusta todo lo que ella prepara, dijo mirándola fijamente: Las enchiladas, los vampiros con crema, entre muchos más.
Lo que más les ha gustado del matrimionio ha sido el vivir juntos y por tanto, poder compartir todo con la pareja, concluyeron mientras se ?tomaban? de las manos.
Toño y Fabiola Fahur
Ellos tienen un año tres meses de casados. A pesar del poco tiempo, tienen mucho qué contar.
Son una pareja, pero concientes de que cada uno es independiente, gozan de la libertad. ?Todavía no tenemos bebés que nos digan a qué hora despertarnos y tampoco tenemos papás que nos digan a qué hora llegar, por lo que nos divertimos mucho?, coincidió la feliz pareja.
Al recordar ciertas actitudes o detalles que llaman la atención tanto de ella como de él, se rieron entre sí. Toño platicó que Fabiola siempre quiere apagar las luces que estén encendidas en los lugares de su casa en que no haya gente. Y ella dijo que tiene que recordarle a su marido ?a cada rato? que baje la tapa del baño, ya que no está acostumbrado a hacerlo.
En este corto tiempo han descubierto y aprendido mucho como esposos. ?Esto es bueno, ya que nos hace querer conocer más y más de lo que tenemos por compartir y enseñar a lo largo de la vida?.
Para celebrar su primer aniversario viajaron al paradisíaco Quintana Roo, en donde disfrutaron en compañía de sus compadres, Fer y Cristina, los muchos atractivos turísticos con los que cuenta Playa del Carmen.
Fabiola recordó el momento en que Toño le dio el anillo de compromiso. La llevó hasta lo alto del Cerro de las Noas, desde donde le pidió que buscara su casa con un miralejos y para su sorpresa, descubrió una manta con la leyenda ?¿Te quieres casar conmigo??. Fue una de las formas más originales y románticas, dijo Fabiola.
Un 21 de diciembre de 2002 por fin se conviertieron en marido y mujer. Los Fahur recuerdan que ésa, fue una gran noche que compartieron al lado de familiares y amistades. La boda se llevó a cabo durante el día en una propiedad privada y por el gran ambiente, la fiesta se prolongó hasta entrada la noche.
Después, Fabiola y Toño fijaron su domicilio en el fraccionamiento Santa Bárbara de la ciudad de Torreón, donde han vivido desde que se casaron.
Las jóvenes parejas viven una maravillosa etapa dentro de su matrimonio: su primer aniversario de bodas. Por lo pronto, los bebés no han llegado a casa, lo que sí ha llegado es la dicha que han encontrado con sus parejas.
